La donación de más de 7.500 hectáreas que habían sido parte de pago por un trabajo de delimitación de la frontera entre Argentina y Chile, de la que se cumplen este lunes 6 de noviembre 120 años, fue la piedra fundacional del primer parque nacional de Latinoamérica. Se trató de una acción altruista por parte del perito Francisco Pascacio Moreno que impulsó la creación de áreas protegidas para la conservación de las especies, con un modelo único de fomento del desarrollo de la zona para mejorar la vida de los pobladores con obras que respeten el ambiente.
El 6 de noviembre se celebra el Día de los Parques Nacionales ya que fue en esa fecha de 1903 cuando Moreno, explorador, geógrafo y paleontólogo argentino, envió una nota al entonces ministro de Agricultura, Wenceslao Escalante, en la que manifestó su deseo de donar al Estado Nacional «tres leguas cuadradas en la región situada en el límite de los territorios de Neuquén y Río Negro, en el extremo oeste del lago Nahuel Huapi, con el fin de que sea conservado como parque natural».
En la misiva, Moreno detalló que esas tierras -y otras 22 que más adelante vendió para mantener comedores escolares- se le fueron adjudicadas «como recompensa por servicios prestados al país con anterioridad a mi nombramiento de Perito Argentino en la demarcación de límites con Chile» y destacó que fue mientras realizaba esas tareas que recorrió y admiró «lugares excepcionalmente hermosos».
«Más de una vez enuncié la conveniencia de que la Nación conservara la propiedad de algunos (de esos lugares) para el mejor provecho de las generaciones presentes y de las venideras», aseguró en la nota, al tiempo que detalló los más bellos escenarios naturales que recorrió y pidió al funcionario que se acepte su donación con la expresa finalidad de «mantener su fisonomía natural y que las obras que se realicen solo sean aquellas que faciliten comodidades para la vida del visitante, para solaz y esparcimiento de las presentes y futuras generaciones».
«La génesis de la fundación de los parques nacionales es un hecho bastante simbólico», sostuvo en diálogo con Télam Federico Granato, presidente de la Administración de Parques Nacionales (APN).
Y explicó que «Moreno había recibido esas tierras como pago a su trabajo y, de algún modo, devuelve parte en un gesto completamente altruista».
«Por otro lado, él tenía la idea de que el parque sirva como una forma de ejercer soberanía en una zona limítrofe que, obviamente, estaba en plena discusión y para impulsar el desarrollo y crecimiento desde ahí de una ciudad, que es lo que hoy es Bariloche», agregó el funcionario.
En este sentido, remarcó que otro de los legados de Moreno era, precisamente, lograr que ese predio de conservación «ayude y fomente la construcción» de la ciudad, de los alrededores que es lo que después termina pasando con la conformación de la Administración de Parques Nacionales» y la designación de Exequiel Bustillo como el presidente de la misma.
«Es ahí donde arranca ese proceso en el que Parques actúa no solo indirectamente promoviendo el desarrollo, sino activamente siendo el órgano del Estado que canalizaba otras inversiones como puede ser la llegada de los trenes, el tendido eléctrico, la construcción de escuelas, hospitales, iglesias«, explicó Granato.
La Argentina, un país con escenarios naturales maravillosos y con una alta diversidad» de flora y fauna, cuenta con 39 Parques Nacionales, 2 Reservas Nacionales, 7 Reservas Naturales, 3 Parques Interjurisdiccionales Marino y 3 Áreas Marinas Protegidas, según SiFAP (Sistema Federal de Áreas Protegidas).
En todas estas áreas se advierte el legado de Moreno, que además de fomentar la conservación, impulsan la creación de una red alrededor de los mismos, un crecimiento social que le mejora la calidad de vida tanto a las especies como a las personas.
«Cuando uno conoce experiencias de parques de otros países se da cuenta que Argentina tiene una mirada en la que los Parques Nacionales preservan lugares del patrimonio natural, pero además lo hacen adaptados a la realidad y a las necesidades que tiene nuestro país, pensando de qué forma puede contribuir a que la sociedad que se encuentra en los alrededores o los mismos pobladores del parque puedan mejorar su calidad de vida», sostuvo Granato.
Y precisó que este concepto de Parques que tiene la Argentina impulsa «un desarrollo que tiene en cuenta que las maneras de generar trabajo, de generar riqueza no sean contrarias al ambiente, sino que tengan incluida la conservación de la naturaleza, de algún modo, una interacción también con el ambiente social que lo rodea».
Norberto Ovando, Presidente de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN), aseguró que cuando Moreno decidió en 1903 donar las tierras para la creación de un área protegida lo hizo luego de visitar Estados Unidos en donde Theodore Roosevelt había impulsado la creación del Parque Nacional Yellowstone.
«La idea de Moreno al donar esas leguas era encaminar un proyecto conservacionista que sirviera de base identitaria, además hay que tener en cuenta que la presencia del Estado -avalada por la existencia de un organismo gubernamental- solucionaría de forma neutral los puntos geográficos conflictivos con el país transandino», explicó el especialista.
La creación de un «parque natural», tal como lo describe el perito argentino en su carta, tenía como fin «justamente, que la gente sin importar su estatus social pueda ir y tener, no sólo un lugar de conservación importante, sino que este también sea un lugar de ocio para todo el mundo», precisó Ovando y remarcó que esta creación también impulsó el turismo hacia el lugar y un desarrollo productivo en la zona.
«Moreno esperaba que Chile protegiera sus bosques e imaginaba que, además, si creaban un parque al otro lado de la frontera, se crearía una zona neutral, dedicada al pacífico culto de la naturaleza, y esto contribuiría a resolver problemas que no llegarán a solucionar nunca los documentos diplomáticos», detalló el también experto de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (WCPA).
El 17 de enero de 1907 la superficie original del predio fue ampliada a 43.000 hectáreas y el 8 de abril de 1922 se creó, bajo el mandato presidencial de Hipólito Yrigoyen, el Parque Nacional del Sud (futuro Nahuel Huapi) con una superficie total de 785.000 hectáreas.
Paralelamente, en 1909, se había procedido a reservar por Ley las tierras que circundan a las cataratas del Iguazú por recomendación del paisajista Carlos Thays a quien años atrás se le había encargado un estudio del lugar y el diseño de un proyecto de Parque Nacional.
Según consideró Ovando, «la creación de los parques nacionales es un hecho destacado de las políticas nacionalistas ya que sirve para definir en el tiempo tres imágenes de nación: una pionera, que extrae su fuerza de la naturaleza; una que consolida su economía y explota racionalmente sus recursos y una nación socialmente justa que permite a todos los ciudadanos gozar de su patrimonio de riqueza y belleza».
El especialista apuntó que «el concepto de conservación de áreas naturales fue cambiando con el correr del tiempo y se pasó de grandes parques, escenarios panorámicos extraordinarios y hoy, ese concepto también se adapta a otros lugares, sabemos que es tan importante conservar un área de 10 hectáreas como de 700 mil».
Asimismo, Ovando enfatizó en que «la conservación y el turismo están totalmente ligados, uno depende del otro«, en consecuencia, hay un cambio de paradigma en la que se concibe al turismo como una actividad que es necesaria desarrollarla de una manera sostenible «son visitantes del parque, no turistas, para nosotros los conservacionistas».
En los últimos cuatro años, Argentina rompió récord histórico de superficie protegida en la ampliación de superficie protegida terrestre, incorporando al SiFAP más de 700 mil nuevas hectáreas.
LA ARGENTINA SUMÓ 700 MIL NUEVAS HECTÁREAS COMO ÁREAS PROTEGIDAS EN LOS ÚLTIMOS 4 AÑOS
La Argentina alcanzó un récord histórico en los últimos cuatro años en la ampliación de superficie protegida terrestre, incorporando al Sistema Federal de Áreas Protegidas (SiFAP) más de 700 mil nuevas hectáreas alcanzando un total de 44.203.352, el equivalente al 15,90 del territorio.
Según los últimos datos distribuidos por el organismo dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, nuestro país cuenta con 539 áreas protegidas, de las cuales 65 son «de jurisdicción nacional bajo la Administración de Parques Nacionales (APN)», entre ellas los parques nacionales.
Los parques nacionales además de la conservación y protección de las especies, fomentan «el desarrollo de ciudades, es decir, nace el Parque Nacional y después nace o crecen las ciudades, entonces ya esas ciudades de por sí tienen en su en su ADN incluida la conservación de la naturaleza», señaló en diálogo con Télam Federico Granato, presidente de la APN.
«Es una excelente forma también de ir construyendo el tan proclamado desarrollo sostenible, tiene que ver con que la gente tenga acceso a una mejor calidad de vida, mayores recursos, a trabajos y demás y que eso no se haga a costa de deforestación o de contaminación, como ha sucedido por ahí con las grandes potencias del mundo», agregó el funcionario.
Argentina viene trabajando en la ampliación de áreas protegidas «de manera sostenida, en los últimos 20 años» y eso, aseguró Granato, «es muy importante, tenemos la posibilidad de trabajar y hay que hacerlo porque una vez que un lugar se desmonta, sobre todo si es destinado a la producción agrícola o la ganadería es probable que después ya no se pueda recuperar».
La principal causa de pérdida de biodiversidad es «la fragmentación de hábitats» porque la pérdida de las mismas conlleva que «un montón de especies que ya no tengan las condiciones que necesitan para vivir», entonces Argentina «tiene que tener una planificación de su territorio: identificar cuáles son los lugares de interés, cuáles son los lugares necesarios para preservar por lo menos muestras representativas y en todo caso pensar cómo podemos generar modelos de desarrollo a partir de esa conservación», concluyó el especialista.
Desde el primer parque nacional, impulsado por el perito Francisco Pascasio Moreno con la donación de tierras en lo que actualmente es el Parque Nacional Nahuel Huapi, estás áreas apuntan también a despertar el interés de visitantes de lugares distantes lo que abre una nueva actividad: el turismo; que debe ser explotada con responsabilidad y manteniendo el mismo equilibrio que se busca entre el ambiente y el desarrollo productivo.
«El arduo trabajo de años y años en materia de concientización, educación y el cambio de paradigma respecto de la conservación trae consigo un nuevo término que es el de turismo sostenible, como lo es la observación de aves, de fauna sin modificar el equilibrio natural, y otras que dejan mucho dinero y mantienen los ecosistemas intactos», explicó Norberto Ovando, Presidente de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN).
El especialista agregó que: «al dejar dinero en ese parque o en esa área sirve no sólo para mejorar la parte de turismo, sino para poder dedicar parte del dinero justamente a la investigación científica, tecnológica o cultural» por eso es muy importante saber aprovecharla, siempre con la «mirada del legado de Moreno, que es una mirada de conservacionista».
En 2022 se crearon los Parques Nacionales Ansenuza, otorgando protección en Córdoba a la laguna de Mar Chiquita, el mayor lago salado de Sudamérica, e Islote Lobos, en Río Negro, que conserva la colonia reproductiva de pingüinos de Magallanes más septentrional del mundo.
En Misiones, se creó el Parque Federal Campo San Juan y se aprobaron las leyes de ampliación de los ya existentes Parques Nacionales Pre-Delta y Aconquija.
En 2023, se sancionó la creación del Parque Nacional Laguna El Palmar, cuarta área protegida chaqueña y la creación en Buenos Aires de la Reserva Natural Silvestre Marismas del Tuyú y en Córdoba la Reserva Natural Educativa Cerro Pistarini.