Más de dos mil emprendedores sociales y cooperativistas de la ciudad fueron agasajados ayer por el Ejecutivo local, durante un almuerzo que se realizó en los salones de la ex Rural, en el parque de la Independencia, y que tuvo como anfitriones a la intendenta Mónica Fein y a personal del área de Economía Solidaria municipal. Música, locro y aplausos se dieron cita para festejar el Día del Amigo pero también para compartir cada uno de los logros obtenidos en materia de trabajo por parte de las familias presentes.
“Desde la crisis de 2001 la historia ha transcurrido y aquí estamos trabajando. Cada vez que vamos a una feria o a una huerta familiar vemos hechos los sueños de cada hombre y mujer de esta ciudad, en proyectos en los que no hay patrón ni empresario sino el valor de su propio trabajo”, dijo Fein durante el encuentro.
Susana Bartolomé, titular de Economía Solidaria, explicó que hay unas tres mil familias vinculadas con la Municipalidad que viven de sus propios emprendimientos. “Pero en realidad hay mucha más gente que vive de la economía social en Rosario”, completó
“El fin de este encuentro –agregó la funcionaria– más allá de festejar el Día del Amigo, es generar una conciencia colectiva acerca de que es posible la concreción de este tipo de trabajos y que cada uno comparta su experiencia con el otro”.
En esa línea, uno de los detalles relevantes de la jornada fue el catering del almuerzo, que les fue encomendado a tres emprendedores sociales y no a una firma privada. Responsable del locro fueron las dos integrantes de la cooperativa Nael, Nanci y Alejandra, quienes contaron a El Ciudadano que cuando empezaron hace unos años “con un tibio y modesto proyecto que producía licores y dulces artesanales a pequeña escala” nunca pensaron que algún día tendrían que hacer una comida para dos mil personas.
Otro de los emprendedores elegidos para el servicio fue Pan Dulce, una firma familiar que empezó en 2009 cuando Daniel se encontró sin trabajo y con solamente 500 pesos en el bolsillo. “Con eso compré una bolsa de harina y empecé a hacer bolitas de fraile para venderles a los quioscos y granjas del barrio. Después bizcochos, facturas y pan con chicharrón. Hoy hicimos 120 kilos de pan, lo que para nosotros es muchísimo”, contó.
Lo mismo pasó con la venta de empanadas y bebidas durante el almuerzo que estuvo a cargo de Enrique Silvero y Ángela Núñez, un matrimonio correntino que produce desde hace más de una década panificación y tortas asadas. Además, son responsables del Centro de Participación Ciudadana para el Desarrollo de proyectos Sociales Gauchito Gil, que entrega unas 200 raciones de merienda diarias a niños en la zona oeste.