El Centro de Rehabilitación “Luis Braille” para personas con discapacidad visual (Escuela especial Nª 2014) recibe cada vez mas alumnos. “Es una suerte”, resalta su directora, Mariel Massari. Sin embargo, y como contracara, gran parte de los alumnos que recibe la institución de calle España 528 son jóvenes y adultos que han perdido la visión –totalmente o en algún porcentaje– víctimas de accidentes de tránsito o diabetes, enfermedad que puede prevenirse. El dato se condice con la nota publicada hace un mes por este medio, que afirmaba que gran parte de los niños rosarinos ya sufren de diabetes.
En 2012, un centenar de personas con discapacidad visual pasó por el Centro “Luis Braille”. El número no es exacto ni fácil de calcular. La inscripción está abierta todo el año y cada alumno se queda el tiempo que considere necesario. La mayoría de los que deciden rehabilitarse están entre un año y medio y tres años, el tiempo necesario para ser autónomos dentro de la discapacidad.
Otro dato es que gran parte de los alumnos adquirieron el problema de jóvenes o adultos. Y en este punto es donde los datos estadísticos se comportan de manera no lineal. Depende la época, las campañas de prevención, las razones por haber adquirido ceguera o disminución visual van cambiando. “Ahora, uno de los mayores porcentajes está en los que sufren la discapacidad culpa de la diabetes. Es lamentable, porque es sumamente prevenible. Un grupo importante de estos pacientes es infanto – juvenil, cada vez se adelanta un poco más. También hay mucha gente de 60 años en adelante”, explica Massari.
Gran parte de la población infantil rosarina ya sufre enfermedades o síntomas de adultos, entre ellas, la diabetes. En su momento, el médico endocrinólogo Javier Chiarpenello, a cargo de la Unidad Infantil del Hospital Centenario, hizo hincapié en que casi el 50 por ciento de la población infantil rosarina tiene sobrepeso; mientras que entre un 20 y 25 por ciento padece obesidad. A partir de los estudios realizados por un equipo médico del hospital, una de las primeras conclusiones que se sacaron es que los organismos de estos niños empiezan a “tener una resistencia a la salida del azúcar de la sangre”, lo que predispone a que a los 20 ó 30 años tengan diabetes.
“Hoy ya se habla de diabetes tipo 2 en niños. Una enfermedad que tendrían que tener a los 60 años, que afecta al hombre adulto con muchos años y con sobrepeso. Ahora está empezando a aparecer en chicos de 10 o 14 años. Dentro de 20 años esas personas tendrán daños irreversibles a nivel de los vasos sanguíneos, de la vista, en el aspecto renal, etcétera”, sostuvo el médico.
Otras de las causas llamativas por la que la gente se acerca es por rehabilitación tras los accidentes de transito. “Siempre escuchamos estadísticas de las muertes, pero nunca se saben las secuelas de accidentes. Unos años mas que otros, siempre tenemos alumnos víctimas de accidentes de motos, por no usar casco, exceso de velocidad. Siempre se piensa que esas son cosas que no suceden, por eso suelen ser situaciones muy traumáticas”, señala la directora.
Muchas de las causas que generaron ceguera o disminución visual tuvieron que ver con la falta de políticas públicas desde hace muchos años, y ahora comienzan a aparecer las consecuencias. Por ejemplo, muchos alumnos que tienen ahora 30 años tuvieron retinopatía (enfermedad no inflamatoria que afecta a la retina) de manera prematura. Ahora, los recién nacidos tienen fondo de ojo obligatorio al primer mes de vida, lo que supone un gran avance en la prevención.
Muchos de los chicos que ahora tienen 25 años tienen problemas a causa de la falta de controles por toxoplasmosis, algo que también se superó; y también ocurre que gran parte de los alumnos rondan entre los 70 y 90 años. “Eso es causa de la sobrevida, y es muy bueno ver que una persona tan grande quiera rehabilitarse, habla de una esperanza de vida muy grande”, señala la docente.
La prevención, entonces, se presenta como fundamental. “Tendría que haber una campaña mucho más importante a nivel municipal, provincial y nacional que haga hincapié en la prevención y en las consecuencias que traen enfermedades como la diabetes”, concluye Masseri.