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“Diálogos de una pared”, en homenaje al Día internacional de los Derechos Humanos

Este jueves, a las 22, se conocerá el proyecto creado por el artista Lisandro Arévalo, una proyección en vivo y video-mapping sobre tres murales emblemáticos pintados en distintos momentos de la historia del país en el patio de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR

Este jueves, a las 22, tendrá su estreno en redes el proyecto Diálogos de una pared, del artista Lisandro Arévalo, intervención que se concreta en el marco del Día internacional de los Derechos Humanos. Se trata de una proyección en vivo y video-mapping sobre tres murales emblemáticos pintados en distintos momentos de la historia del país y de la Universidad Pública, en el patio de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

El proyecto fue curado por Pablo Silvestri y Rubén Chababo y se estrena en vivo a través de redes oficiales de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR.

Pasados revelados

El 10 de diciembre de 1948, y con la evidencia ante los ojos de las ruinas dejadas por la Segunda Guerra Mundial, las naciones del mundo suscribieron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento fundamental que, retomando la tradición de tantas luchas y conquistas sociales, habría de convertirse en la piedra basal para la defensa de la dignidad humana a escala global.

Un mismo día, pero del año 1983, la Argentina, con la presidencia de Raúl Alfonsín, reconquistaba la democracia luego de siete largos años en los que la violación sistemática de los derechos humanos dejó como consecuencia miles de personas desaparecidas y asesinadas, y tantas otras miles condenadas al exilio, al ostracismo, al silencio, además de un sistema económico devastado y un campo cultural asediado por una censura feroz.

“Cada 10 de diciembre, ambos acontecimientos confluyen en la memoria colectiva argentina con la conciencia de que la recuperación de la democracia fue posible, entre tantas otras razones, por esa infatigable lucha desplegada por buena parte de la sociedad civil que, haciendo propios los fundamentos de la Declaración Universal, supo reclamar por el fin del autoritarismo y las violencias de Estado”, adelantan desde el equipo creativo de Diálogos de una pared para poner el proyecto en contexto.

Un patio, un palimpsesto

“La comunidad educativa de nuestra Facultad de Humanidades y Artes ha sido testigo y protagonista de muchas de esas luchas que marcaron el siglo XX, y nuestro patio central ha sido, lo sabemos, escenario privilegiado de mucho de esos momentos, en los que junto a la sociabilidad propia de una casa de estudios se suman asambleas, reuniones políticas y celebraciones de las más diversas”, agregan en el parte de prensa.

“Con el paso de los años, las paredes de ese inmenso patio se fueron convirtiendo en una gran pizarra de la historia social y política, paredes sobre las que se inscribieron reclamos, reivindicaciones, evocaciones de luchas, homenajes a los ausentes y reconocimiento a sus trayectorias. En verdad, las paredes de nuestro patio central pueden ser visualizadas como un gran palimpsesto en el que se conjugan voces e imágenes que azarosamente se fueron superponiendo a lo largo de más de 50 años, dejando inscritas la huella de esas pasiones y de esas intensidades memoriales”.

Una intervención artística

Con el objetivo de conmemorar esta fecha fundamental del calendario, la facultad convocó al artista visual Lisandro Arévalo para que, a través de una intervención lumínica, hiciera visible, en clave arqueológica, algunas de esas históricas inscripciones. De las múltiples marcas allí existentes, el artista trabajó, desde el atardecer hasta la caída de la noche de este mes de diciembre, exhumando imágenes y palabras que “habitan” y ya son parte de la epidermis de esas paredes.

Guiados por Lisandro Arévalo, los rayos lumínicos han enfocado así, el nombre de Constantino Razzetti, destacado dirigente de la resistencia peronista, quien fue asesinado en octubre de 1973; un crimen político que ha permanecido tristemente en el olvido y cuya vergonzosa impunidad es una de las tantas deudas de la democracia.

La segunda de las inscripciones que la luz guiada del artista exhuma es el rostro de Jorge Julio López, militante popular, ex detenido desaparecido, testigo clave en el juicio por delitos de Lesa Humanidad contra el Comisario de la Provincia de Buenos Aires Miguel Etchecolatz y que fue nuevamente desaparecido luego de prestar testimonio un 18 de setiembre de 2006. Su paradero, hasta el día de hoy, sigue siendo desconocido.

La tercera de las inscripciones que la luz “redescubre” es un mural conformado por un conjunto de flores pintadas sobre una de las paredes laterales al ingreso del patio central y que buscan evocar a las miles de víctimas del genocidio armenio, una de las primeras grandes matanzas con que se inauguró el siglo XX. Un genocidio sistemáticamente negado por las autoridades turcas y que hoy pervive en la memoria pública gracias al tenaz esfuerzo de sus descendientes y un gran número de organizaciones de la sociedad civil.

“De este modo se completa esta intervención transitoria y fugaz con que nuestra facultad rinde tributo a algunos de los tantos dolores e injusticias de nuestra historia, pero también a quienes con su insistente tenacidad trabajan para hacer que esas memorias del dolor no queden atrapadas en ningún olvido”, cierran desde el equipo creativo del proyecto Diálogos de una pared.

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