En Rosario primero fueron las escuelas secundarias que se fueron creando a medida que se iba conformando el Estado nación argentino. Bartolomé Mitre pensó que era necesario para hacer funcionar al sistema judicial federal que hubiera gente formada y creó la escuela Nacional de Rosario, recién en 1874. Después, Domingo F. Sarmiento creó las escuelas normales para que se formen nuevas docentes y en el gobierno siguiente, de Nicolás Avellaneda, se fundó el Normal N° 1. Pero, la ciudad iba por más. Era un gran puerto, la “Fenicia argentina” y necesitaba gente que supiera llevar las cuentas. Por eso, hacia fines del siglo XIX se creó el Superior de Comercio o Comercial N° 1. Esa fue la nueva base del crecimiento intelectual y económico de la ciudad. De allí surgió, en 1919 la Facultad de Ciencias Económicas. También, con esta institución se forjó la Biblioteca Estanislao Zeballos de la que en 1905 se dieron los primeros pasos para su creación por iniciativa del profesor Julio Bello. Sin embargo, a más de cien años de su creación, los tesoros que cobija esta biblioteca permanecen olvidados en sus anaqueles. La bibliotecóloga María Inés Sgrazzutti decidió revitalizar ese patrimonio que está en dicha biblioteca con una serie de presentaciones llamada Diálogos en la Biblioteca que ponen en valor y rescatan a libros históricos. Este martes (2 de julio), a las 18, tendrá lugar en la propia biblioteca (Facultad de Ciencias Económicas, Oroño 1261) la charla “La Reforma Universitaria vista desde Rosario”, con la presentación de Paulo Menotti.
Patrimonio público
“El objetivo de las charlas es darle visibilidad al valioso material bibliográfico que posee la biblioteca, mostrarlo más allá de la Facultad y de la Universidad, ya que la biblioteca es pública”, explicó María Inés Sgrazzutti y agregó: “La biblioteca llegó a tener cerca de 50 mil volúmenes gracias al aporte de reparticiones públicas y de los ciudadanos, entre ellos Estanislao S. Zeballos”.
La biblioteca surgió “en marzo de 1905 cuando Julio Bello fue nombrado director del Superior de Comercio y su primera inquietud fue armar una biblioteca, por ello comenzó a solicitar a reparticiones públicas nacionales, provinciales, gobiernos extranjeros el envío de publicaciones, que rápidamente fueron recibidas, y también comenzó a solicitarle que done sus obras al Superior de Comercio, especialmente la Revista de Derecho, Historia y Letras”, recordó Sgrazzutti.
En 1906 Julio Bello elevó un informe al Inspector General de Enseñanza Secundaria y Normal, en el que expresaba que la biblioteca contaba con 1495 volúmenes. Dos años más tarde, el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) dictó un decreto que hacía resalta el deber que tiene el gobierno de fundar y fomentar las bibliotecas públicas. “Apenas se entera de esta normativa, el ingeniero Bello comienza a gestionar que la biblioteca sea declarada biblioteca pública”, afirma Sgrazzutti.
El 30 de abril de 1910 el PEN declaró pública a la biblioteca y nombró un bibliotecario para La Zeballos, que ya en 1914 contaba con 9087 volúmenes. Sin embargo, la inauguración oficial recién se produjo el 26 de junio de 1915 con una conferencia Joaquín V. González sobre el tema “La Biblioteca y el maestro”. En 1919 se creó la Universidad Nacional del Litoral, la Facultad de Ciencias Económicas, Comerciales y Políticas se organizó sobre la base de la Escuela Superior Nacional de Comercio y la biblioteca pasó a depender de la Facultad. Cincuenta años más tarde, dicha casa de estudios pasó a pertenecer a la Universidad Nacional de Rosario con su creación en 1968.
De acuerdo a los estudios realizados por Sgrazzutti, quien se encarga de realizar Procesos Técnicos, es decir fichas, códigos, donde se debe guardar cada libro y la carga en la base de datos, los cambios históricos reflejan la composición, en la colección de libros de la Biblioteca Zeballos.
“Siendo ya la Facultad de la UNR, a finales de los 60 o principios de los 70 se decidió adquirir material específico de las carreras de la Facultad y dejar de lado el enciclopedismo anterior, en ese momento se separó la colección en dos, se creó el catálogo antiguo con obras anteriores a 1950, ahí es donde se guarda todo lo donado, teniendo unos 50.000 volúmenes, se mantuvo la catalogación antigua bajo el registro de reglas vaticanas. Lo adquirido a partir de la década de 1960, donde importa la especificidad, se guardó en otro sector, se catalogó y clasificó de acuerdo a normas modernas”, explica Sgrazzutti.
La bibliotecóloga expresó que se encontró con ese material antiguo y generó una base de datos específica para ese material. “Llevo diez años realizando esa tarea, en los momentos libres de la biblioteca y llevo cargado 25.000 documentos en esa base”, afirmó Sgrazzutti.
Rosarinos en la Reforma
Cuando en 1918 los estudiantes de la Universidad de Córdoba se rebelaban a las normas clericales y oligárquicas que desde sus orígenes regían a la primera universidad de la Argentina, en Rosario aún no existían las Facultades. Sin embargo, varios estudiantes rosarinos participaron de las jornadas de lucha estudiantil y entre ellos se destacaron Cortés Pla y Juan Lazarte, entre otros. Al mismo tiempo, existía una red de vínculos entre estudiantes y organizaciones estudiantiles, algunos del radicalismo y otros de izquierda, que apoyaron la huelga estudiantil. Por ejemplo, del Centro de Estudiantes del Superior de Comercio, creado en 1916, había una agrupación anarquista liderada por Manuel Genolet y Armando Di Filippo quienes dirigían la revista Germinal y luego formaron la agrupación Insurrexit, cuando se crearon las Facultades de Ciencias Económicas, Medicina e Ingeniería, en 1919. Estos estudiantes y luego docentes, participaron a la distancia de la Reforma y luego, sosteniendo sus principios. En su libro, El soviet de Rosario, Paulo Menotti da cuenta de esta relación entre rosarinos y la Reforma universitaria, y ese tema desarrollará este martes junto a la puesta en valor de libros de la Biblioteca Zeballos.
Esta exposición no es la única y forma parte de una serie de charlas que comenzó el pasado 7 de marzo con “Se dice de nosotras” con la profesora Mercedes Castro. Luego siguió “Nunca más” con una muestra de libros que fueron ocultados dentro de la biblioteca después del golpe de 1955 con la antropóloga Marcela Valdatta. También el filósofo Federico Donner reflexionó por el día del libro con “Democratización de la cultura”. Además, tuvo lugar el diálogo con Pablo Serr, poeta y escritor, coordinador de la biblioteca Alfonsina Storni y Carlos Núñez, psicólogo, coordinador de la biblioteca Pocho Lepratti. En mayo el doctor Jorge Sgrazzutti analizó la muestra de documentos que fueron consultados para su tesis doctoral y se explayó sobre “Los derechos del trabajador y la trabajadora” con la muestra de documentos consultados para la tesis doctoral de Jorge Sgrazzutti. Acompañaron en esa oportunidad Jorge y Viviana Roldán, psicóloga y prosecretaria del gremio de los No docentes. Por último, la historiadora Paula Caldo presentó el primer capítulo del documental “Catalina, la mujer de la bandera” y luego brindó una charla sobre el tema con un recorrido sobre los documentos que posee la biblioteca sobre el tema.