El calvario por el que pasaron madre e hija en barrio Toba se conoció el miércoles por la noche cuando la joven logró escapar de su padre, quien las tenía secuestrada desde hacía un mes donde las sometió a violencia física, verbal y las privaba de alimentos y medicamentos. La adrenalina y la desesperación que le generó a la joven ver que su madre se moría, hizo que se sobrepusiera al miedo y corriera hasta la casa de su vecina donde pidió ayuda. Cuando llegaron los policías no pudieron ayudar a la mujer y los médicos del Sies diagnosticaron que había fallecido. Este sábado, el esposo de la víctima fatal y padre de la muchacha fue imputado y quedó en prisión. En la audiencia se conoció que el miércoles, el femicida golpeó, violó y asesinó por asfixia a su pareja.
La vecina que ayudó a la joven contó en diálogo con El Ciudadano que alrededor de las 21 de este miércoles Laura, de 30 años, le tocó la puerta. Entre llantos, le avisó que su madre, Norma Quiroga, de 53 años, estaba convulsionando. Consiguieron el teléfono de un vecino y llamaron a emergencias. Norma estaba tirada en el colchón de una de las habitaciones, agonizante y con un evidente golpe en la nariz. “Tenía sangre de color oscuro que le emanaba de la boca”, dijo la vecina muy afectada, quien agregó que a pesar de las maniobras de RCP, Norma falleció antes de que llegara la ambulancia.
Como pudo, Laura contó a los investigadores que ambas vivían recluidas, incluso atadas y que prácticamente no comían. Eso, sumado al fuerte golpe que tenía la víctima en la nariz, fueron indicios que llevaron al fiscal Miguel Moreno a detener a Rubén G., de 53.
Cuando parecía que el horror por el que pasaron madre e hija estaba develado, este sábado se conocieron más detalles perversos en la audiencia imputativa que estuvo presidida por el juez Rafael Coria.
El fiscal Moreno acusó a Rubén por haber privado de la libertad a Norma y su hija Laura manteniéndolas encerradas en su casa durante un mes, ubicada en las inmediaciones de pasaje 1821 y Campbell, de barrio Toba. Para tenerlas cautivas, el femicida utilizó amenazas contra ambas, las privó de alimentos y medicamentos colocándolas en una situación de desamparo, explicó el investigador judicial para agregar que Norma también había sufrido violencia física que se mantuvo en el tiempo, lo que le había dejado múltiples lesiones.
En la imputación de este sábado, el funcionario judicial detalló que en el preinforme de la autopsia se conoció que el miércoles pasado Norma fue víctima de abuso sexual con acceso carnal, golpes de puño y asfixia por compresión del cuello, los cuales le provocaron la muerte a las 21.
Tras escuchar a las partes, el juez Coria aceptó la acusación de la Fiscalía e imputó a Rubén G. por privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida mediante amenazas y violencia y por resultar un grave daño a la salud de las mujeres, abandono de persona agravada por el vínculo, abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante agravado por el resultado de un grave daño de salud de la víctima y homicidio calificado por el vínculo y dentro de un contexto de violencia de género. Además, el magistrado dictó la prisión efectiva por el plazo de ley.
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