En la urbe sin paz, el 11 de enero pasado los ataques aéreos del régimen de Bashar al Assad mataron a 37 personas, entre ellas cuatro mujeres y tres niños. El 26 de febrero, otro bombardeo arrasó con seis vidas, cuatro de ellas de profesores y estudiantes. Es la ciudad de Binnish, en la provincia de Islib, en Siria. Las ruinas de edificios son el paisaje habitual. Y entre ellas, también, renace Diego Armando Maradona.
El pintor sirio Aziz Asmar pintó al astro del fútbol, y mucho más, en una vivienda destruida de Binnish, al noroeste de Siria, poco después de conocerse la muerte del ídolo argentino. Otra postal de la trascendencia de Diego, casi imposible de imaginar.
Asmar es conocido por rendir homenaje a referentes sociales. Su anterior retrato había sido en junio, cuando pintó un mural de George Floyd, el hombre negro asesinado por policías blancos en Minneapolis, Estados Unidos, un crimen que inició la serie de manifestaciones del movimiento «Black Lives Matter».