El sistema de salud municipal recibió entre octubre del año pasado y marzo de este año 21.000 nuevos pacientes. La mitad son personas que se quedaron sin trabajo y un 30 por ciento son quienes se quedaron sin obra social por distintos motivos. En tanto, el otro 20 por ciento está compuesto por quienes migran entre centros de salud o carecían de historias clínicas. El número no es menor si se tiene en cuenta que en salud pública local se atienden 350 mil personas y la ciudad invierte el 26 por ciento de su presupuesto en mantener el sistema. Frente a esta demanda, que se puede acrecentar al ritmo de la crisis, desde el municipio buscan reacomodar y reasignar recursos para poder asistir a un sector vulnerable como es el que queda fuera del sistema al perder el trabajo.
Como en cada una de las crisis que sufrió este país, es decir en la década del 90 y después en 2001, la demanda en la salud pública se eleva.
El secretario de Salud de la Municipalidad de Rosario, Leonardo Caruana, dijo que comenzaron a notar una alta demanda en la atención por lo que decidieron realizar un estudio que terminó confirmando la sospecha. En ese sentido analizaron la situación desde octubre de 2017 a marzo de este año, es decir 6 meses, para determinar cuántas personas se incorporaron al sistema de salud municipal. Y las conclusiones se expusieron en el Congreso Económico y Social. Este tipo de estudios ya se había realizado en 2016.
En diálogo con El Ciudadano, Caruana explicó que el estudio se realizó luego de que las personas encargadas de la atención primaria notaran un incremento de nuevos pacientes.
“De esas 21 mil personas nuevas, la mitad se quedó sin trabajo y perdió la obra social. Hay otro 30 por ciento que es gente que ha tenido alguna prepaga y que ahora ante un escenario de crisis no pueden pagar. El resto son personas que no tenían historia clínica o que habían ingresado a otra institución”, detalló Caruana.
El secretario de Salud destacó que las personas que perdieron el trabajo y por ende la obra social se transforman en vulnerables “porque una persona que pierde el trabajo está más propensa a tener enfermedades”.
Otro de los puntos que destacó es que hay impactos de la crisis económica que recién se van a notar en los próximos meses. “El aumento del dólar también genera problemas por los costos de insumos. Los descartables, algunos medicamentos e insumos se pagan en dólares”, destacó.
De todos modos, Caruana resaltó que para la gestión de Mónica Fein la salud es una prioridad. “Y se prioriza el cuidado, el acompañamiento de las personas que están complicadas. Tenemos que reacomodar o empezar a estudiar refuerzos presupuestarios para atender la demanda. En esto estamos trabajando, la sola consulta de una persona dispara una necesidad que se complejiza. Entre esas 11 mil personas nuevas va a haber partos, operaciones, tratamientos oncológicos y hay que discutir cómo lo hacemos, pero lo vamos a abordar como lo hicimos en los 90 y en 2001. El objetivo es asistir a los más vulnerables que son los que se quedan fuera del sistema”, aseveró.