Alrededor de 10 millones de niñas, niños y adolescentes en Argentina comen menos carne, verduras y lácteos en comparación a lo consumido el año pasado por la falta de dinero de sus familias, según una encuesta difundida este miércoles por Unicef. Por la misma razón, más de un millón de chicas y chicos se saltea alguna de las cuatro comidas básicas del día: desayuno, almuerzo, merienda o cena.
El agravamiento de la situación de alimentación de las infancias quedó reflejado en la “Octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes”, una medición de alcance nacional que Unicef Argentina realiza de manera ininterrumpida desde 2020. El sondeo indica que la mitad de dichas familias no alcanza a cubrir gastos básicos de alimentación, salud y educación.
Según la encuesta, el consumo de carnes se redujo un 76 %; de verduras y frutas un 58% y de lácteos un 57 % en relación al año pasado, mientras que aumentó la ingesta de fideos y harinas un 24%. Es decir, se reduce significativamente el consumo de alimentos centrales para la nutrición de niñas, niños y adolescentes y aumentan aquellos más baratos y menos nutritivos.
El estudio sostiene, además, que más de un millón de niñas y niños deja de comer alguna comida (desayuno, almuerzo, merienda o cena) por falta de dinero. En siete de cada diez hogares donde esto sucede, la persona a cargo se encuentra ocupada y, dentro de ellas, más de un 60%, de manera informal.
A su vez, tres de cada diez familias tuvieron que recurrir a algún préstamo o pedir fiado para comprar comida y más de la mitad de los hogares -donde viven casi 7 millones de chicas y chicos- debieron dejar de comprar algún alimento por falta de dinero.
“Frente a la insuficiencia de ingresos, las familias se endeudan, dejan de comprar alimentos nutritivos o medicamentos, lo cual empeora significativamente la calidad de vida de sus integrantes”, advirtió Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina, en un comunicado difundido este miércoles.
En ese sentido, la organización que promueve la protección de los derechos de las infancias alertó que, según el estudio realizado, los ingresos de 9 de cada 10 familias no alcanzan para comprar la misma cantidad de productos básicos que en 2023, mientras que el 82% no logra solventar gastos específicos de chicas y chicos, como útiles escolares, transporte, vestimenta y calzado.
Los cuidados de la salud también tuvieron un fuerte retroceso por la crisis socioeconómica: en un 23% de los hogares se dejaron de comprar medicamentos; en un 32%, se redujeron los controles médicos y odontológicos; y en un 41%, se utilizan ahorros para gastos corrientes.
Además, en los sectores medios, un 9% de las familias tuvo que desafiliarse de la prepaga o cambiar a los niños y niñas de escuela, y aumentó el uso de la tarjeta de crédito para la compra de alimentos.
“Estas restricciones tienen lugar en un contexto en el que más de la mitad de los hogares accede a alguna política de transferencias de ingresos. En este sentido, el 93% de las personas encuestadas cree que los programas de protección social que brinda el Estado son necesarios, pero en el 68% de los hogares que reciben estas prestaciones, el dinero les alcanza para menos de la mitad de los gastos”, sostuvo Unicef.
Al respecto, Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Derechos de Unicef Argentina, sostuvo que las dificultades que dejó al descubierto la encuesta “se produce en un contexto donde las partidas presupuestarias de la Administración Nacional dirigidas a la niñez y adolescencia muestran una caída del 25% en términos reales en los primeros 5 meses de 2024 con relación al mismo período de 2023”.
Unicef indicó que si bien en ese periodo se incrementó la AUH en el 15% en términos reales respecto del devengado en igual lapso de 2023, el resto de las partidas que componen el presupuesto transversal de niñez muestran, en líneas generales, caídas interanuales, en algunos casos significativas.
“Esto hace necesario, una vez más, hacer un llamado a priorizar los recursos destinados a la infancia. Los incrementos del Apoyo alimentario del Plan 1000 días del 41,5% y de la Prestación Alimentar del 8,6% recientemente otorgados, van en la dirección adecuada para proteger ingresos en contextos de vulnerabilidad”, concluyó Waisgrais.