Representantes de casi 200 países comenzarán hoy sus discursos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en un escenario de creciente fragilidad política y económica mundial y con la ofensiva internacional en marcha contra el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recordó el lunes que el mundo está enfrentando múltiples crisis y que hay agudas divisiones en torno a cómo responder a ellas, e insistió que para resolverlas había que respetar, en primer lugar, la carta de las Naciones Unidas.
El alerta por la epidemia del Ébola en África occidental, las negociaciones nucleares con Irán, la crisis de Ucrania o el frágil alto el fuego en Gaza son algunos de los temas de política exterior que también tendrán relieve en la Asamblea General.
Los países latinoamericanos pedirán la reforma de la ONU y muchos respaldarán el reclamo de Argentina para establecer un marco regulatorio internacional que ponga coto a las operaciones de los fondos especulativos.
El debate, por tradición, lo abrirá la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, seguida de Estados Unidos, como país anfitrión, Uganda, que preside este año la Asamblea General, y España.
Hoy intervendrán, además, entre otros, los jefes de Estado o de Gobierno de Chile, Francia, México, Argentina, Turquía, Bolivia, República Dominicana, Costa Rica, Honduras, Venezuela y Reino Unido.
Centenares de reuniones cruzadas hacen también que la sede de Naciones Unidas y el centro de Manhattan, donde se concentran los hoteles en los que se alojan las delegaciones, se conviertan en esta semana la mayor concentración de negociaciones de la diplomacia mundial.