El presidente estadounidense, Barack Obama, fue recibido por la jefa de Estado brasileña, Dilma Rousseff, en el Palacio de Planalto con una pomposa ceremonia que supuso la primera actividad oficial de su visita a Brasil.
Obama, quien llegó esta mañana a la Base Aérea de Brasilia a bordo del Air Force One, pasó revista tres horas después a una tropa integrada por 217 soldados del Batallón de la Guardia Presidencial ataviados con uniformes históricos y subió una rampa que conduce al primer piso del Palacio, donde le esperaba Rousseff en compañía de su canciller, Antonio Patriota.
La mandataria brasileña, vestida con un traje rojo y un chal estampado, recibió con un cálido apretón de manos a un sonriente Obama vestido con traje oscuro y corbata granate.
La primera dama estadounidense, Michelle Obama, con traje de chaqueta en tonos grisáceos satinado y cabello recogido, se juntó al grupo en lo alto de la rampa para la ceremonia protocolar.
Los presidentes escucharon los himnos de los dos países, ejecutados por la banda de la Presidencia brasileña frente a la Plaza de los Tres Poderes, totalmente vacía por motivos de seguridad, al tiempo que cuatro piezas de artillería del Ejército disparaban una salva de 21 cañonazos.
Tras la ceremonia, Rousseff y Obama hicieron un recorrido por la exposición «Mujeres, artistas y brasileñas», que será inaugurada oficialmente el próximo miércoles.
Participarán en la clausura de una reunión de representantes de grandes empresas de ambos países y compartirán un almuerzo que tendrá un menú típicamente brasileño, escogido por Rousseff para que Obama conozca las tradiciones culinarias del país.
Posteriormente, Obama se dirigirá a un centro de convenciones distante unos dos kilómetros, donde pronunciará un discurso en un seminario que congrega a un centenar de empresarios de Estados Unidos y Brasil.
Las actividades del presidente de Estados Unidos en Brasilia concluirán al caer la tarde con una recepción que ofrecerá Rousseff en el Palacio de la Alborada, su residencia oficial, tras la cual partirá hacia Río de Janeiro, donde tiene previsto pasar todo el domingo.
En Río de Janeiro, en compañía de su familia, visitará el Cristo Redentor del cerro Corcovado y pronunciará un discurso en el Teatro Municipal, que inicialmente estaba previsto que fuera al aire libre, en la céntrica plaza Cinelandia.
La Embajada de Estados Unidos explicó que el cambio de lugar se debió a «una serie de preocupaciones» que no especificó, pero que al parecer estaban relacionadas con la seguridad del presidente.
Además, Obama pasará la noche del domingo en Río de Janeiro y el lunes por la mañana partirá hacia Chile, la segunda escala de su gira por América Latina, que concluirá en El Salvador.