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Discriminación en el bondi: Paula recibió múltiples muestras de afecto y solidaridad

El celular de la estudiante colombiana se llenó de mensajes y llamados de acompañamiento y repudio tras el ataque xenófobo de una mujer en el colectivo. Hoy contó la historia de su llegada a Rosario y hasta fue recibida por el rector de la UNR.

El hecho de discriminación, xenofobia y racismo que sufrió Paula Ximena, la joven colombiana estudiante de medicina de la Universidad Nacional de Rosario que fue increpada a los gritos en un ómnibus por una mujer, causó gran repudio en toda la sociedad y la chica recibió muchas muestras de afecto y apoyo.

Después de que se conoció lo que sufrió Paula y de que ella contara la historia para El Ciudadano en primera persona, fue recibida por el rector de la UNR, Franco Bartolacci, quien le brindó su acompañamiento.

Paula es de Cúcuta, una ciudad del norte Colombia, cerca de la frontera con Venezuela. Allí vivía con su familia, trabajadores vinculados a la salud. Su sueño siempre fue estudiar Medicina, pero cuando terminó la escuela secundaria, a sus 16 años, rindió el examen para ingresar a la educación pública en la Universidad de su país, aunque su puntaje no fue el suficiente para estudiar lo que quería.

El examen evalúa con preguntas por múltiple choice sobre los conocimientos adquiridos en la escuela secundaria. Y según el porcentaje obtenido, determina si les estudiantes pueden ingresar a la universidad pública o a un técnico.

Para estudiar medicina se necesitaba sacar casi la puntuación máxima, que es de 500 puntos. Paula obtuvo 260 y en ese momento se sintió muy mal. Sabía que estudiar en la universidad privada tendría un costo inalcanzable para ella.

Fue así que escuchó en su barrio que una vecina que estudiaba medicina en Rosario estaba de vacaciones en la casa de su familia. Paula se comunicó con ella y la guiaron para que pudiera venir a estudiar a la Argentina. Y así llegó en 2019.

Aunque siempre la recibieron bien, recuerda a quien atendía la primera pensión donde vivió como «un hombre rancio» de quien sintió el mismo rechazo que le provocó la señora del colectivo. Ahora vive con una amiga colombiana, ya recibida de médica en Rosario. Y sobre sus compañeres y docentes, solo tiene buenas palabras.

El día después del ataque en el colectivo de la línea 122 Negra, cuando volvía de comprar productos en una feria de barrio Ludueña y se topó con una señora que durante todo el trayecto la insultó y agredió diciéndole que «ella le pagaba sus estudios con sus impuestos», Paula se encontró llena de llamados y mensajes de solidaridad, a los que agradeció uno a uno. Pero ella solo quería tranquilidad para seguir estudiando, porque en dos días tiene que rendir una materia.

Solidaridad de la UNR

Sobre la visita al rectorado, Paula contó que cuando llegó “la gente estaba muy enterada del caso y muy amables, estaba el ex jefe de migraciones que también se puso en solidaridad conmigo, me dijo palabras bonitas, la secretaria y secretario me atendieron bien, pidieron disculpas y dijeron que sentían vergüenza. El rector pidió disculpas públicas y me explicó qué función tenía el cargo de rectorado, me abrió las puertas y me hizo entrega de un detalle de una mochila, un cuaderno y un lapicero».

Después del encuentro, Franco Bartolacci publicó en sus redes sociales. «Paula es colombiana, estudia en la UNR y ayer vivió una situación muy fea que no podemos tolerar. Si el preámbulo aspira a que nuestro país sea habitado por cada ciudadano del mundo que desee hacerlo, yo quiero una Universidad con esos valores. Paula tiene todo nuestro apoyo».

Sobre la gran repercusión y el apoyo que recibió, Paula aseguró: “yo no me lo esperaba”, Y contó que «a mi familia les llegó porque les conté, mi mamá estuvo muy triste».

Una clase de discriminación, xenofobia y racismo en la 112 Negra para aprender más de la Argentina

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