Con el proyecto de saldar los juicios a los jubilados, que incluye asimismo un aumento de hasta un 45% de los haberes de más de 2 millones de personas, la Ansés se quedó prácticamente sin recursos para atender cualquier otra necesidad. Una de las víctimas más notorias de esta situación es el plan Procrear, lanzado por el gobierno de Cristina de Kirchner en su segundo mandato como un interesante instrumento para promover el crédito hipotecario. Uno de los principales beneficios era la tasa subsidiada, que partía del 2% para las familias más pobres y llegaba hasta el 14%.
El gobierno ya determinó que los 80.000 millones de pesos anuales que aproximadamente rinden los activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad serán para los jubilados. Esto dejó sin presupuesto el financiamiento futuro del Procrear. Hace un par de meses, el titular de Ansés, Emilio Basavilbaso, había anunciado un relanzamiento de éste con nuevos criterios. En vez de sorteos habría una selección respecto de a quién darle los créditos y se dispuso que la cuota sería indexada por la nueva UVI (Unidad de Vivienda), que ajusta por inflación.
Pero todo esto quedó en la nada, ante la evidencia de que al organismo previsional no le alcanzan los recursos. Mientras tanto, el remanente de los créditos Procrear se mantiene, ya que había quedado una gran cantidad que había sido adjudicada el año pasado pero que nunca se habían otorgado. Además de cumplir con las familias que habían sido beneficiadas en el sorteo de febrero de 2015, la Ansés también siguió adelante con los complejos de vivienda que luego se venden con préstamos del plan Procrear. Muchas de esas construcciones habían quedado paralizadas en el segundo semestre del año pasado.
En el esquema que había diseñado Basavilbaso, el nuevo Procrear apuntaría a familias con ingresos equivalentes a como máximo cuatro salarios mínimos, por lo que estarían en condiciones de acceder a este financiamiento aquellos que poseen ingresos familiares de hasta 30.000 pesos aproximadamente. Se apunta, por ende, a esta franja de la población que estaría entre la clase media y la clase media baja. Para ingresos superiores la idea es que fueran los bancos (tanto públicos como privados) quienes salgan a prestar.
Hubo ya varias rondas de negociaciones entre la Ansés, funcionarios tanto del Ministerio de Hacienda que conduce Alfonso Prat Gay y del Central –a cargo de Federico Sturzenegger– con banqueros para tratar de continuar el programa Procrear. El diseño quedaría de la siguiente manera: los bancos extenderían el alcance de los préstamos que comenzaron a ofrecer a través del ajuste UVI, pero para una franja de los que reciban estos préstamos el Tesoro directamente aplicaría un subsidio de la tasa. El objetivo es que la cuota sea menor y, por ende, pueda acceder un mayor universo de familias.
El tema es que el sector bancario no estaría ni de casualidad en condiciones de reemplazar el fondeo que daba Ansés para aceitar el Procrear. Mientras tanto, los meses pasan y la promesa de un gran aumento en la oferta de préstamos hipotecarios (uno de los pilares en la campaña de Mauricio Macri) sigue en veremos.
Los bancos se muestran todavía reticentes a salir a prestar con cláusula UVI. En parte esto se debe a que la inflación continúa en valores elevados, pero también a un artículo del nuevo Código Civil y Comercial que complica el otorgamiento de un préstamo cuando la garantía tiene alguna cláusula de ajuste. Esto recién sería subsanado con una ley que tiene ya media sanción en el Senado y ahora se encuentra en Diputados, aunque aún sin tratar.