Por si hace falta. Con esa idea un grupo de 25 docentes, investigadores e investigadoras de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y un instituto de Conicet testearon un respirador artificial como alternativa a los aparatos comerciales. Al prototipo lo desarrollaron en Rafaela y ya contaba con el visto bueno de las agencias nacionales y regionales de tecnología. El aparato fue pensado como un refuerzo para los centros de salud en caso de que la pandemia por Covid-19 supere la cantidad de respiradores que hay en Santa Fe.
Preparados
El prototipo creado en Rafaela por el Grupo Inbio se llama Ciclador Automático para Resucitador (Car). Según informaron desde la UNL este miércoles fue testeado días atrás en Esperanza, a pocos kilómetros de la capital santafesina. “La prueba se basó en un protocolo y un procedimiento que fueron revisados y aprobados por el comité de ética y seguridad de la UNL. Consistió en mantener cerdos del peso de un humano adulto anestesiados por al menos 24 horas para poder determinar numerosas constantes vitales durante el procedimiento”, explicó Hugo Ortega, vicedecano de Facultad de Ciencias Veterinarias.
La puesta en marcha les permitió comprobar las funciones de controlado por volumen con seteo de frecuencia respiratoria, tiempo inspiratorio, monitoreo de la presión pico inspiratoria y presiones positivas al final de la expiración. “El objetivo es realizar un test de eficacia y seguridad. En este trabajo se conjugan la experiencia de un grupo interdisciplinario de docentes e investigadores”, agregó el vicedecano explicando además que las instalaciones usadas estaban en línea con los requerimientos de Senasa, Anmat y las reglas ISO 9001.
Uso
Guillermo Bernasconi de Grupo Inbio explicó que el respirador sirve para atender la posible emergencia sanitaria por coronavirus en Santa Fe. “El dispositivo puede ser configurado en muchas cuestiones, como la frecuencia respiratoria, tiempos, volumen entregado al paciente, presión máxima y mínima y otras magnitudes. Toda la prueba sucedió de la mejor manera”, dijo.
El próximo paso es pensar cómo producirlo en cantidad para las necesidades del Estado, algo que definen por estas horas en el Ministerio de Salud santafesino en coordinación con Nación.
Martín D’Angelo, director General de Promoción Científica, Tecnológica e Innovación del gobierno provincial, dijo que el rol del Estado debe ser apoyar este tipo de acciones del sector empresarial y científico para enfrentar las consecuencias de la pandemia. “Nos ayudan a prever dos escenarios. Uno a corto plazo en el que, de acuerdo a las previsiones de especialistas de la Salud, se precisan diseñar dispositivos técnicos para afrontar esta situación. Por otro, un escenario posterior en el que se proyecta cómo comenzará a salir la provincia de este contexto anormal. Una de las maneras es buscando socios estratégicos a nivel local, regional y nacional con el objetivo de buscar soluciones efectivas”, opinó D´Angelo.