“En la actualidad hay dispositivos implantables que pueden solucionar todo el espectro de la hipoacusia.
Todo este arsenal de dispositivos, que incluyen a los audífonos y a los implantes cocleares y también de oído medio, pueden revertir pérdidas auditivas”, destacó el presidente de la Asociación Panamericana de Otorrinolaringología (ORL) Héctor Ruiz.
La hipoacusia es la falta de capacidad para escuchar los sonidos y puede producirse por factores hereditarios, congénitos y adquiridos desde el momento del nacimiento, o adquirirse a lo largo de la vida, obedeciendo a numerosos factores causales.
Cuando la hipoacusia es tan profunda que no se percibe ningún sonido, se trata de hipoacusia profunda o sordera. “El ruido es una de las causas más importantes. En los boliches y los cines, el sonido está muy alto. Además, la mayoría de las personas están acostumbradas a escuchar música en un volumen que excede a lo recomendable”, manifestó Ruiz. Y agregó: “También hay causas desconocidas que pueden traer problemas auditivos, pero lo bueno es que detectadas prematuramente se pueden rehabilitar”.
Los niños nacidos con hipoacusia pueden convertirse en discapacitados auditivos si no son detectados y tratados precozmente, ya que no logran adquirir el lenguaje, y por ende deben enfrentar serios inconvenientes para adaptarse e insertarse en la sociedad.
“Toda la comunicación pasa a través del oído. Si uno no escucha no tiene muchas ganas de frecuentar reuniones, fiestas y amigos. Hay un aislamiento social por lo general”, afirmó Ruiz.
En ese sentido, el especialista expresó que en la actualidad “no se justifica que un chico pierda la audición y nadie se dé cuenta”, ya que “hay campañas de prevención y leyes que los protegen”. “Está todo como para que uno pueda saber sobre el nivel auditivo cuando nace, no hacerlo es desidia”, agregó.
En el mundo, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, hay alrededor de un 10 por ciento de personas con discapacidad permanente, de las cuales unos 250 millones de personas -que representan el 3,8 por ciento del total- poseen algún tipo de discapacidad auditiva.
En la Argentina, la discapacidad auditiva corresponde al 18 por ciento de las discapacidades, y de esta, el 86,6 por ciento son dificultades auditivas, mientras que el 13,4 por ciento corresponden a sorderas.
Respecto a los dispositivos implantables que se utilizan actualmente para revertir los distintos tipos de hipoacusia, el especialista aclaró que por lo general son excluyentes para los adultos que padecieron sordera toda su vida porque “el resultado es muy inferior”.
“La operación no es recomendable para aquellas personas adultas con sordera porque aprender a los 20 años un idioma no es sencillo y además las vías auditivas están atrofiadas. Por eso se hace hincapié en la detección y la rehabilitación temprana, para lograr buenos resultados”, indicó. La edad recomendable va desde los seis meses hasta los seis años.
“Lo único que se les pide a las pacientes es que al finalizar la intervención continúen con la rehabilitación porque nosotros no ponemos el lenguaje, ponemos el volumen”, explicó.
Al referirse a los distintos tipos de implantes, Ruiz explicó que “el audífono sirve para una pérdida moderada de la audición, el implante de oído medio para mejorar la audición en general y los implantes cocleares para pérdidas completas y totales”.
Sobre este último, Ruiz manifestó: “El implante coclear permitió descubrir un lugar que era intocable. Cuando yo empecé a hacer cirugía de oído, no se podía tocar el oído interno. Pero hoy no solamente se puede preservar la audición sino que se permitió estudiar mucho más lo que es el oído”. A través de las obras sociales y hospitales, las personas que padecen discapacidades auditivas pueden solicitar los implantes de forma gratuita. Esto ocurre en Argentina, ya que hay muchos países del mundo en los que el acceso a estos dispositivos es económicamente inaccesible.