La Academia de Hollywood pegó un volantazo este año al poner en mención a una mayor cantidad de mujeres en las principales categorías, al otorgar premios a extranjeros y, si bien la pandemia obligó a hacer una excepción al ser más flexibles con las producciones que no pasaron por las salas de cine, al darle 11 Oscar a películas que fueron directamente al streaming.
Así como hace unos años la Academia acusó recibo por la ausencia de artistas negros en las categorías principales, y al año siguiente arrasó Luz de luna tanto en el rubro de mejor película como en guión adaptado y actor de reparto (Mahershala Ali), este año recogió el guante y decidió ceder ante las críticas.
Así, empezó por fin a mirar a las mujeres de cine más allá del género para observar las obras. El yerro más recordado fue la falta entre los nominados de Greta Gerwig por Mujercitas en 2019 y, tras las críticas, eligieron a dos mujeres para estar entre los cinco en competición.
Y fue la chino-estadounidense Chloé Zhao quien se hizo con la estatuilla por Nomadland, cerrando así una temporada de premios de ensueño para esta cineasta de cine independiente, que sin embargo en breve retomará la producción detrás de cámaras de Los eternos, de Marvel Studios.
En la nómina también estaba la británica Emerald Fennell, que se llevó lo suyo este domingo al ganar por mejor guión original por Hermosa venganza, galardón que inauguró la gala estableciendo una tendencia que se fue acrecentando.
Lo llamativo no fue solo que hayan sido dos las nominadas en esa categoría, sino que representaron casi la mitad de las nominadas hasta la fecha: tan solo cinco desde 1936 y con una sola ganadora previa; Kathryn Bigelow, en 2010, por Vivir al límite.
Las otras fueron la italiana Lina Wertmüller por Pascualino siete bellezas (1976), Greta Gerwig por Lady bird (2018), Sofia Coppola por Perdidos en Tokyo (2003) y Jane Campion por La lección de piano (1993).
Y si de diversidad se trata, la coreana Yuh-Jung Youn se impuso por encima a una eminencia de Hollywood como Glenn Close en el apartado de la mejor actriz de reparto. Así, la Academia continúa con su fino trabajo de inserción en Asia, un año más tarde de darle todos los premios importantes a la también coreana Parasites, de Bon Jon Ho.
El streaming
Además, la institución más prestigiosa del cine mundial tuvo que rendirse, un poco por obligación sanitaria y otro poco por los tiempos del streaming, ante las producciones de las empresas de video a demanda (video on demand) debiendo elegir nominar películas que no se estrenaron en sala, como El sonido del metal, de Amazon Prime Video, o El juicio de los 7 de Chicago o Mank, ambas de Netflix, así como también las animadas Soul (Disney+) y Más allá de la Luna (Netflix).
Ya la cuestión a futuro, probablemente no vaya a ser «¿cuándo va a ganar el Oscar una película que no pasó por las salas?», sino, por el contrario, «¿cuándo será el año en que haya entre las nominaciones cintas que sí hayan estado en pantalla grande?». Los tiempos corren, los inversores apuestan a las plataformas y la Academia, al parecer, no querrá quedar afuera.
A esta señal que arrojan desde Hollywwod sólo falta adaptarse al Festival de Cannes, la principal pantalla y mercado de cine que, hasta este 2021, se niega a convocar producciones que no se estrenen en salas.
Netflix, de hecho, se hizo con siete Oscars en la noche (Mank dos, La reina del blues dos, mejor documental para Mi maestro el pulpo, mejor corto de ficción para Two distant strangers y mejor corto animado para If anything happens I love you), Amazon Prime Video con dos (ambos por El sonido del metal) y Disney+ con dos (los dos por Soul).
Es cierto que la Academia hizo una excepción este año con respecto a las proyecciones en sala. También es cierto que varios de los premios cosechados fueron en las categorías denominadas «técnicas», pero igual de veraz es ver cómo cuando Hollywood exigió estreno en salas, el gigante del streaming acordó en diferentes países alguna proyección acotada para cumplir con el objetivo, como fue el caso de Roma en 2019.
Y el Oscar es para…
Cabe señalar que el Oscar a mejor película para Nomadland, de Chloé Zhao, seguido por los premios entregados a Frances McDormand y a Anthony Hopkins en las máximas categorías de actuación, cerraron una ceremonia novedosa y muy diferente a lo que solía verse en las entregas que realiza hace 93 años la Academia de Hollywood.
Con un tono mucho más personal e íntimo que en ocasiones previas, los organizadores de los Oscar llevaron a cabo una gala distribuida en cuatro locaciones, dos de ellas en Los Ángeles, una en París y otra en Londres; que estuvo marcada por un veloz ritmo y un importante cambio en el orden de las candidaturas.
La mayor de esas modificaciones ocurrió hacia el final del evento, cuando la antepenúltima terna presentada, que siempre correspondió a mejor actriz o a mejor actor, fue la de mejor película, obtenida por Nomadland, de Chloé Zhao, quien a su vez se convirtió en la segunda mujer en recibir el galardón a mejor dirección en la historia.
Luego, de la mano de Nomadland llegó el turno para la brillante Frances McDormand, que obtuvo su tercer Oscar a mejor actriz por el nostálgico y dulce rol protagónico de la película, una verdadera demostración de lo mejor de su destreza.
Por su parte, el premio a mejor actor fue recibido por Anthony Hopkins, que a sus 83 años obtuvo por segunda vez ese reconocimiento por su magnífico papel en la película El padre, dirigida por el francés Florian Zeller.
Las tres atractivas ternas fueron presentadas como corolario de una noche signada por un ambiente un poco más descontacturado, sin anfitrión o anfitriona que condujera de manera fija la velada, y que recordó a otros lauros del rubro como los Globos de Oro.
Ambientados por la dirección musical del baterista y DJ Questlove en reemplazo de la típica orquesta, las y los presentadores de las categorías recorrían la famosa Union Station de Los Ángeles -la locación principal de esta ocasión- mientras describían las personalidades y trayectorias de los nominados antes de revelar los resultados, desviándose del manto de frialdad que caracterizó las últimas transmisiones.
Quizás motivados por la sensibilidad que provoca la pandemia de coronavirus, los organizadores de la Academia eligieron ese matiz para una entrega que ya se perfilaba además como la más diversa y empática hasta el momento desde que se conocieron las candidaturas.
Esa mutación también tuvo su correlato en el ritmo de la ceremonia, que se desarrolló de una forma mucho más veloz, obviando por primera vez la interpretación en vivo de las obras nominadas a mejor canción original, lo cual quedó en evidencia cuando promediando la mitad de la gala se conoció el resultado del premio a mejor dirección.
El galardón fue presentado por el surcoreano Bong Joon-ho, quien el año pasado dio el batacazo en esa terna con Parásitos -que también se llevó entonces el reconocimiento como mejor película- y que esta vez repasó las candidaturas a través de las respuestas que dieron los nominados a la pregunta «¿Qué es el cine para vos?», siguiendo la propuesta de la Academia para esta edición.
En tanto, la actriz surcoreana Youn Yuh-jung se llevó el primer Oscar de su carrera a los 73 años en la categoría de mejor actriz de reparto por su rol en el film Minari, dirigido por Lee Isaac Chung, y se convirtió así en la primera mujer nacida en ese país en recibir dicho reconocimiento.
En la película, de corte autobiográfico, Yuh-jung interpreta con humor y de una forma conmovedora a la abuela de una familia proveniente de Corea del Sur que se instala en una zona rural de los Estados Unidos para cumplir su propio «sueño americano».
En su categoría, competía con María Bakalova, por la secuela de Borat; Glenn Close, por Hillbilly, una elegía rural; Amanda Seyfreid, por Mank, y la ya ganadora de ese premio Olivia Colman, por El padre.
Daniel Kaluuya logró lo propio en la terna de mejor actor de reparto por su papel en la cinta Judas y el mesías negro, del cineasta Shaka King, en la que encarna a Fred Hampton, líder revolucionario del partido de las Panteras Negras asesinado por el FBI a fines de los 60.
El británico integraba esa terna junto a Lakeith Stanfield, su compañero en la película, Sacha Baron Cohen (El juicio de los 7 de Chicago), Leslie Odom Jr. (Una noche en Miami...) y Paul Raci (El sonido del metal).
Luego se entregaron los premios a mejor diseño de producción y a mejor fotografía, que reconocieron en ambos casos el trabajo artístico realizado en Mank, la producción de Netflix dirigida por David Fincher que narra el detrás de escena durante la confección del guión del clásico El ciudadano, de Orson Welles.
En tanto, Soul, de Disney, ganó el premio a Mejor Película Animada; mientras que en mejor edición fue reconocida El sonido del metal, la cinta de Darius Marder producida por Amazon.
En el inicio de la ceremonia, la británica Emerald Fennell se llevó el primer Oscar de su carrera en la categoría de mejor guión original por Hermosa venganza, mientras que el francés Florian Zeller lo hizo en la terna de mejor guión adaptado por El padre desde la sede emplazada en París.
Otro galardón relevante fue el de mejor película internacional para Otra ronda, dirigida por el danés Thomas Vinterberg, quien en su discurso confesó que su objetivo era hacer «una película que celebrara la vida» a partir de una historia «sobre no estar en control», y recordó entre lágrimas que poco después de iniciado el rodaje ocurrió el trágico fallecimiento de su hija en un accidente, por lo que dedicó lo que calificó como «milagro» en su nombre.
Además, durante la ceremonia la película de Netflix La madre del blues recibió los premios a mejor vestuario y mejor maquillaje y peinado, mientras que El sonido del metal, de Amazon, recibió el galardón por su brillante trabajo en sonido.