En el marco de la investigación del doble crimen de las hermanas Gorosito personal de la Tropa de Operaciones Especiales detuvo este jueves por la tarde a Melisa Samanta N., de 35 años, pareja del convicto Pablo Camino, por orden del fiscal de Homicidios Dolosos Patricio Saldutti.
La mujer fue aprehendida al salir de la Unidad Penitenciaria I de Coronda donde había ido a visitar a su pareja, conocido lugarteniente del líder de Los Monos Ariel «Guille» Cantero. Fue trasladada a la División Investigaciones Criminales y Judiciales de la Tropa de Operaciones Especiales y será llevada a audiencia imputativa el próximo sábado, cuando se conocerá cuál es la participación en el doble femicidio que la acusación le atribuye.
Según expuso la Fiscalía, el pasado martes 19 de julio Estefanía y Marianela estaban merendando en un bar de Oroño y Salta. Alrededor de las 18 fueron captadas por los ocupantes de un auto en esa zona céntrica.
De esto dio cuenta el impacto en antenas de la línea celular de una de una de las víctimas –los teléfonos no aparecieron–, que echó luz sobre el recorrido y el destino final de las hermanas.
Las hermanas Gorosito fueron captadas en un bar y un celular marcó el trayecto hasta su muerte
Estefanía y Marianela fueron trasladadas en el auto Citroën C3 gris propiedad de uno de los imputados Damián Rojas, de 30 años, señaló Saldutti. Y en el trayecto les quitaron, bajo punta de pistola, los celulares, las llaves de su casa y anillos de oro que solían usar.
Así las cosas –continuó Saldutti con la acusación– se dirigieron hasta la zona despoblada de Cabín 9, y les quitaron la vida con múltiples disparos y descartaron los cuerpos en un pequeño basural a la vera de Camino de los Indios, a 200 metros al norte de la intersección con calle El Chajá.
Un procedimiento de control vehicular puso en jaque el ansia de impunidad de los autores, indicó la Fiscalía.
Es que cerca de las 20.30, en El Chajá y Provincia de Misiones, a unos 500 metros del hallazgo posterior de los cadáveres, los ocupantes del Citroen se toparon con un retén de Gendarmería e intentaron hacer una maniobra evasiva, dando marcha atrás. Los sospechosos bajaron del auto y fugaron a la carrera.
William López, de 18 años, fue aprehendido cuando intentó subirse al techo de una casa. Y al examinar el coche, que no era de su propiedad, los gendarmes encontraron sangre. El joven, de nacionalidad paraguaya, terminó en la subcomisaria 18ª.
A las 8.30 del día siguiente, un huertero se topó con los cuerpos y avisó al 911. La ciudad amaneció con el horror de un doble femicidio. Por la tarde, las víctimas fueron identificadas. La saña se evidenció en la autopsia. Estefanía tenía 8 impactos, dos en el cráneo. Marianela, cuatro, dos también en la cabeza.
Además de la “información de calle” obtenida por los investigadores, el imputado Rojas quedó involucrado por la denuncia “completamente increíble” –así la calificó Saldutti– que hizo en la subcomisaría 20ª de San Martín al 6200.
A la 1.30 del miércoles, el albañil dijo que le habían robado el C3 a las 18 del día anterior, y que lo había dejado con la llave puesta en la cuadra de Melián al 6300, en barrio 17 de Agosto. Por la tarde, la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) lo detuvo en ese domicilio.
La requisa en el C3 halló tres anillos de oro que los familiares de las hermanas Gorosito reconocieron: “La familia de las chicas mencionó que era coquetas y que les gustaba usar este tipo de accesorios y les llamó la atención la faltante”.
Un orificio de bala en el vehículo “puede dar cuenta de que un disparo pudo haberse efectuado dentro del auto”, conjeturó Saldutti.
Como parte de la evidencia, también hay testimonios reservados. Y declaraciones de familiares de las hermanas Gorosito.
López y Rojas fueron imputados bajo calificación de femicidio, homicidio calificado por el concurso premeditado de personas, homicidio criminis causae; y robo calificado en concurso ideal, y en concurso real con la figura de portación ilegítima de arma de fuego de guerra, además de falsa denuncia para Rojas.
La jueza María Trinidad Chiabrera valoró las evidencias y dictó la prisión preventiva por el plazo de ley, es decir al menos dos años hasta el juicio.
“Estamos hablando de la muerte violenta de dos mujeres en un contexto de violencia de género por la violencia, la atrocidad con la que fueron cometidos los hechos y también por la forma y el lugar de descarte de los cuerpos”, describió el investigador Saldutti.