Cuando termine la gestión del presidente Mauricio Macri, la inflación acumulará alrededor de 250%, las tarifas subirán un promedio de 550% y el dólar habrá escalado –si es que no hay más novedades– por encima del 400%.
Como contraparte, los salarios nominales llegarán con suerte a un promedio del 200%, muy por debajo de la inflación, según las proyecciones del último informe de la consultora Ecolatina.
Así, el costo de los servicios públicos más que duplicó la suba promedio de los precios de la economía, mientras que la cotización del dólar superó en un 60% ese índice.
Según el informe, cuando termine el año los salarios habrán crecido en torno a 200%, “muy por debajo de la inflación”, consignó el reporte.
Ecolatina estimó, además, que el alza de precios se desacelerará levemente, del 40% en 2019 al 30% en 2020, producto de que “no es posible bajar sensiblemente la inflación a la vez que se corrigen los precios relativos, y que no será posible incrementar el gasto en subsidios”.
El costo de vida pasaría “de la zona del 40% en 2019 a un piso de 30% en 2020 (por caso, el FMI elevó su proyección de inflación para el próximo año de 21,2% a 32,1% en su última revisión)”.
“Reacomodamiento”
“Producto de estas dinámicas, durante la gestión Cambiemos habrá tenido lugar un reacomodamiento de precios relativos”, indicó Ecolatina, como una especie de eufemismo frente a la brutal caída del poder adquisitivo del salario.
Señaló que “aunque prácticamente se habrán corregido los atrasos tarifarios y cambiarios heredados, el poder adquisitivo habrá retrocedido significativamente en el período”.
El trabajo recuerda que “uno de los principales problemas económicos que heredó Cambiemos fue la distorsión de precios relativos, entre los que sobresalían el atraso tarifario y cambiario”.
Entre 2007 y 2015 la inflación acumulada más que duplicó a la suba del tipo de cambio y de las tarifas.
“El gobierno de Mauricio Macri intentó encarar un proceso de corrección de precios relativos en simultáneo con una reducción de la inflación general. Lamentablemente, este segundo objetivo estuvo lejos de alcanzarse: la corrección de precios relativos aceleró la inflación”, indicó el informe.
Pero aclaró que “la mayor inflación no anuló la corrección de precios relativos: el alza de las tarifas de Servicios Públicos superó ampliamente al del IPC GBA Ecolatina entre 2016 y 2018 (370% y 160%, respectivamente).
“La suba de tarifas no sólo era necesaria para generar un esquema de precios relativos que reflejara más fielmente la estructura de costos de nuestra economía: además, era central para achicar el importante déficit fiscal primario”, explicó.
Por este motivo se explica que, pese a su impacto negativo en términos de “humor social”, los precios regulados continuaron en ascenso durante la primera parte de este año.
Como resultado, los subsidios económicos mostraron un retroceso de 14,5% interanual en términos reales a lo largo del primer semestre de 2019.
Los precios regulados crecieron 2 puntos porcentuales por encima de la inflación general entre enero y junio de este año (24,5% y 22,5%, respectivamente).
A contramano, en la segunda parte del año, mientras que la inflación general acumularía alrededor de 15%, los servicios públicos crecerían menos de 5%.
“Dada la ajustada meta fiscal de superávit primario de 2020, la suba de tarifas seguirá el año próximo y ralentizará la baja de la inflación”, estimó Ecolatina.
La entidad recordó que “la suba de tarifas de la segunda parte de 2019 se pateó a 2020” y consideró que “el reciente congelamiento tarifario residencial puede percibirse como un estímulo no salarial al consumo”.
Estimó que “los menores incrementos restarían presiones a la inflación, de modo que el deterioro del poder adquisitivo se atenuaría, e incluso podría llegar a crecer en el margen en los meses electorales”.
Señaló que “pese a que la principal herramienta oficial de desinflación sería la política monetaria contractiva, contener a los costos –dólar y tarifas- cumple un rol fundamental”.
“Al atrasarse el precio de un bien inelástico, es decir, de un bien que no es sustituible por otro –el pago de la tarifa de electricidad o de gas no puede ser reemplazado dentro de la estructura de gastos de los hogares como sí se puede hacer con otros bienes- se deja más espacio para consumir otros productos, aún cuando el poder adquisitivo permanezca constante”, indicó.
Por ello, ubica a esta medida junto a los créditos Ansés, relajaciones de los créditos UVA, el plan Ahora 12 y junio y julio 0 km.
“Tal como lo afirmó alguna vez el presidente, estas medidas son un ´alivio´, de modo que su impacto es, por definición, transitorio. Más aún, por la ambiciosa meta fiscal pautada con el FMI para el 2020, no será posible incrementar el pago en subsidios”, señaló Ecolatina.
Indicó que los ajustes tarifarios pospuestos en la segunda parte de este año deberán llevarse a cabo a comienzos de 2020, sumándose así a las correcciones propias de ese período.
Por lo tanto, el aumento de los precios regulados excedería nuevamente a la inflación en la primera parte del año próximo.