“Está mal lo que hice. Si veo a la persona que agredí, le pido disculpas”, dijo Fausto Ariel M. desde el banquillo de los acusados. Tiene 31 años y es recolector de residuos de la empresa Clean City. A principios de octubre participó junto con cerca de 50 compañeros de una protesta sindical. Sobre la intersección de Ovidio Lagos y avenida Pellegrini frenaron 11 camiones y arrojaron 24 toneladas de basura para reclamar que no pudieron ingresar al relleno sanitario de Bella Vista porque otro grupo cortaba el ingreso. Un vecino los filmó y los trabajadores lo frenaron. Le arrojaron una botella de vidrio y una caja de plástico. Quisieron sacarle el celular y forcejearon hasta que el hombre cayó al piso.
A Fausto Ariel lo identificaron como el autor del botellazo. Estuvo prófugo hasta el martes cuando se entregó en el Ministerio Público de la Acusación. Ayer la fiscal Valeria Hourigot de la Unidad de Investigación y Juicio lo imputó por impedimento del normal funcionamiento del transporte por tierra y amenazas coactivas. Pidió que lo detengan preventivamente por 30 días. La jueza Hebe Marcogliese aceptó la acusación, pero resolvió que el trabajador permanezca en su casa con la esposa como garante y controles semanales por parte de personal policial.
El mediodía del 9 de octubre la esquina de Lagos y Pellegrini se convirtió en un mini basural cuando una interna del Sindicato de Camioneros terminó en una protesta frente a la Dirección General de Higiene Urbana de la Municipalidad. El conflicto se desató entre las empresas recolectoras de residuos Clean City y Ambiental Planet. Son privadas a las que el municipio habilita para recolectar la basura que sale de los bares, clubes y restaurantes.
Ese lunes unos 50 trabajadores se plantaron durante cerca de seis horas en el cruce de avenidas. Llegaron después de denunciar que otra empresa recolectora no los dejó pasar al relleno sanitario de Bella Vista. La disputa era una interna gremial entre los domiciliarios y los grandes generadores. Reclamaban que los privados tomaron rutas y servicios de la otra empresa.
La interna golpeó las puertas de la Dirección General de Higiene Urbana de la Municipalidad, donde los privados frenaron 11 camiones y descargaron 24 toneladas de residuos. La medida cortó las calles e interrumpió el tránsito desde el mediodía hasta las 18 horas. Por la noche la Municipalidad de Rosario limpió la zona.
En medio de la protesta un vecino se acercó a filmar con el celular. Grabó dos videos donde mostraba las calles cortadas por los camiones y la basura. Los trabajadores no quisieron que los registre. Fausto Ariel M., tomó una botella de vidrio de la basura y una caja de plástico y la arrojó al hombre. “Tomatela de acá”, le dijo. La botella le rozó la cara, pero el vecino no dejó de filmar. Otros dos trabajadores lo tomaron de espaldas y le quisieron sacar el celular. Forcejearon. El hombre cayó al piso y volvió a la casa. Más tarde envió el video a un canal de televisión.
Para la fiscal Valeria Hourigot el video muestra que fue Fausto Ariel M. quien arrojó la botella. Por eso, lo acusó de impedimento del normal funcionamiento del transporte por tierra y amenazas coactivas.
Cuando tomó la palabra, el acusado pidió perdón. Dijo que estuvo mal lo que hizo y que el afectado merece unas disculpas. Fausto Ariel M. estaba prófugo hasta fin de octubre y el martes se entregó. La defensa, a cargo de Gonzalo Rucci, coincidió con la acusación de la fiscal y acordaron pedir prisión preventiva para el trabajador por 30 días.
La jueza Hebe Marcogliese aceptó la imputación y la medida cautelar. Tuvo en cuenta que el acusado no tiene antecedentes penales, tiene familia a cargo y se presentó espontáneamente en fiscalía y resolvió que cumpla la medida en la casa. Lo hará con la esposa como garante y recibiendo controles semanales de parte de personal policial hasta el 1º de diciembre.
Lo que costó la protesta
La Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana y la de Ambiente y Espacio Público denunciaron en la Fiscalía los hechos del lunes 9 de octubre. En la audiencia la fiscal Hourigot contó que según un informe que hizo la Secretaría el municipio gastó más de 85 mil pesos en la limpieza de las calles y otros 25 mil pesos para pagarle a los 14 agentes municipales que intervinieron para disgregar la protesta.