La comunidad internacional celebró este viernes entre el optimismo y la cautela el encuentro previsto para mayo próximo entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano Kim Jong-un, anunciado en la Casa Blanca. La cumbre tiene como objetivo iniciar una ronda de negociaciones sobre la desnuclearización de la península de Corea.
China, aliado clave de Pyongyang, y Rusia, ambas potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, consideraron que el anuncio es “un paso en la buena dirección”, luego de abogar durante todo el año pasado por una salida diplomática al conflicto provocado por los continuos ensayos misilísticos y nucleares de Pyongyang, en una abierta diferencia con la postura de Washington, que impulsó el camino de las sanciones contra Corea del Norte y hasta llegó a agitar la opción bélica.
En tanto, Alemania y Japón valoraron el avance pero se mostraron prudentes a la espera de “los hechos” y destacaron el papel de la presión internacional contra Pyongyang para forzar el diálogo.
“La vemos como un paso en la buena dirección. Espero que se ponga en práctica”, dijo el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, en una conferencia de prensa en Addis Abeba, Etiopía, acerca de la que será la primera cumbre entre un mandatario norcoreano y un presidente estadounidense.
Por su parte, un portavoz de la cancillería china afirmó que el conflicto coreano “sigue avanzando en la dirección correcta” y recalcó que Beijing apoya solucionar los problemas por la vía del diálogo.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, citado por las agencias de noticias EFE y DPA, expresó su deseo de que “todas las partes puedan mostrar valentía política y decisión” para una solución pacífica del conflicto.
El portavoz chino no aclaró ayer si Beijing podría ofrecerse para albergar esa reunión, pero reivindicó la propuesta de su país de “doble suspensión”, en la que Seúl y Washington debían detener sus maniobras militares a cambio de que Corea del Norte frenara sus pruebas nucleares, como una salida que allanó la distensión del conflicto.
En tanto, el gobierno británico también expresó su “satisfacción” por la reunión entre Trump y Kim.
“El Reino Unido recibe con satisfacción el anuncio de Corea del Norte de que Kim Jong-un ha hecho un renovado compromiso para la desnuclearización y de que se abstendrá de hacer más pruebas con misiles nucleares mientras continúa el diálogo”, señaló ayer un portavoz de la residencia oficial británica en Downing Street, Londres.
Por su parte, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, adjudicó la concreción de la cumbre Kim-Trump a “la elevada presión” internacional sobre Pyongyang.
“Valoro el cambio de Corea del Norte a la hora de ofrecer una reunión para hablar sobre la desnuclearización. Esto es resultado de la elevada presión que hemos aplicado Japón, Estados Unidos, Corea del Sur y el resto de la comunidad internacional”, dijo Abe en declaraciones a los medios.
El gobierno alemán reaccionó de igual manera. Berlín consideró que hay que esperar a ver si el diálogo “se traduce en hechos” y caracterizó los avances como “un éxito de la presión internacional”, que debe continuar hasta que se concreten avances.
En rueda de prensa, la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores germano, María Adebahr, subrayó que no hay ninguna confirmación oficial por parte del régimen de Pyongyang de un cambio de rumbo, aunque reconoció que abrirse a dialogar con seriedad con Corea del Norte es “necesario” y “urgente”.
La Comisión Europea, el Ejecutivo del bloque comunitario, se sumó a los apoyos. “Creemos que la disposición del presidente Trump a aceptar la invitación de Kim Jong-un para participar en una reunión en mayo representa un desarrollo positivo”, declaró en la portavoz comunitaria para la Política Exterior, Maja Kocijancic.