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Dos albañiles cayeron de un andamio a más de 6 metros de altura en Fisherton

El gremio de los trabajadores de la construcción cuestionó la insuficiencia de controles en la periferia rosarina. Pero aclaró que la provincia colabora con el gremio en las tareas de fiscalización de higiene y seguridad en las obras.

Otra vez las condiciones de seguridad en la construcción puestas sobre el tapete: dos hombres –de 21 y 30 años– cayeron este miércoles de un andamio en una obra situada detrás del Jockey Club, en Fisherton. Los albañiles, que se desplomaron desde una altura de entre 6 y 8 metros, quedaron internados fuera de peligro en el hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria. Desde el gremio que representa a los trabajadores del sector, Uocra, señalaron que mientras la inspección en las construcciones del centro de Rosario se realiza periódicamente y es efectiva, en las periferias –como en este caso– es insuficiente. El sindicato apuntó especialmente a las empresas subcontratistas y a la modalidad de trabajo por tanto, que inhibe a los trabajadores de denunciar las irregularidades en higiene y seguridad porque en ese caso se retrasan las tareas y cobran menos.

El incidente ocurrió en una obra de calle Alippi al 9100, de la zona oeste. De acuerdo a los primeros informes médicos, Leonardo R. sufrió  lesiones en tórax, miembro inferior, espalda y pecho. Y a Humberto I. le diagnosticaron traumatismos de cráneo y tórax. Las vidas de ambos trabajadores, con todo, están fuera de riesgo. No obstante, en la noche de este miércoles permanecían internados en el Eva Perón, hacia donde habían sido trasladados por móviles del servicio de emergencias Sies.

“La obra estaba siendo inspeccionada por la Uocra, pero estaba en la fase final, en la colocación del material de frente, en la que se subcontrata a otros equipos de trabajadores especializados en esa tarea”, señaló ante los medios el secretario adjunto del gremio de los albañiles, Sicto Irrazábal. “Las condiciones de los andamios eran precarias”, se quejó el dirigente.

Aunque Irrazábal aclaró la buena predisposición del gobierno provincial para realizar junto a la Uocra el control de las condiciones laborales, puso de relieve las diferencias de rigor que observa según sea la ubicación de las obras: “Las obras del centro se controlan, pero estos complejos habitacionales en los alrededores no tienen un control muy estricto. Se trabaja bien cuando llegan la visitas de los inspectores del Ministerio de Trabajo, pero a los dos días vuelven las irregularidades, como la falta de elementos de seguridad”.

Un sistema perverso

Irrazábal cuestionó el manejo de las subcontratistas y la modalidad de trabajo por tanto: “¿Por qué los trabajadores no hacen las denuncias de las condiciones en las que se desempeñan? Porque trabajan por tanto, lo que los lleva a trabajar de cualquier manera con tal de hacer el trabajo rápido para ganar algo. Es que si esperan que les lleguen por ejemplo los arneses o botines que reclaman, no ganan nada”.

El secretario de la Uocra agregó otro dato más: dijo que hata no hace mucho, este tipo de problemas se circunscribía a las obras privadas, pero que comenzó a manifestarse también en la obra pública y, justamente, en las empresas contratistas que tercerizan tarea de las ganadoras de las licitaciones.

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