Una vez más, el frente de un boliche bailable rosarino fue blanco de un ataque a tiros que provocó dos heridos de consideración. Uno de ellos, un patovica de 34 años, fue alcanzado por un plomo en la región dorsal, en tanto un agente de la Policía de 45 años que se encuentra en disponibilidad resultó herido en el abdomen y al cierre de esta edición se encontraba en terapia intensiva recuperándose de una cirugía. La balacera ocurrió en la madrugada de ayer en la puerta de Divina Greta, una cantina ubicada en Mendoza y Felipe Moré, en barrio Azcuénaga. Según un escueto parte policial, dos hombres a bordo de una moto pasaron por el lugar y sin detener la marcha abrieron fuego.
El ataque ocurrió en jurisdicción de la seccional 14ª, desde donde dijeron que no brindarían información sobre el caso, que es investigado por el fiscal de Homicidios Dolosos en turno, Ademar Bianchini.
Según una versión policial, alrededor de las 3.40 de ayer un móvil del Comando Radioeléctrico trasladó a Claudio Fernando I., de 34, y a Sergio Adrián B., de 45, a la guardia del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, ambos heridos de bala.
El primero de ellos con un disparo en la región dorsal alta, se encontraba fuera de peligro y declaró que estaba en la puerta de la cantina Divina Greta, desde donde observó pasar a dos hombres a bordo de una moto de 125 centímetros cúbicos y abrir fuego al que viajaba como acompañante. En tanto, una fuente allegada al agente de policía Sergio Adrián B. dijo que la bala le entró por el estómago y le perforó el colon, por lo que fue sometido a una cirugía en la que lograron extraerle el proyectil y se encontraba en terapia intensiva en estado reservado.
Policía prontuariado
Hace un año, este agente había sido sobreseído en una resonante causa penal de finales de 2002, cuando intentó sacar de la Alcaldía, escondido en el baúl de su auto, a un conocido narco de zona sur junto con dos de sus lugartenientes, según la acusación. El frustrado plan de escape ocurrió cuando el uniformado ya se encontraba en disponibilidad acusado por facilitar la fuga de un estafador algunos días antes. Luego de diez años, en octubre de 2013, la Justicia lo condenó a una pena condicional aunque su defensa planteó la prescripción del caso. El pedido de su defensor fue admitido por la sala IV de la Cámara Penal, la que dio vuelta la decisión de primera instancia y sobreseyó al acusado por prescripción.
El escandaloso caso tuvo lugar la tarde del 21 de diciembre de 2002 cuando Sergio Adrián B. llegó en su Volkswagen Gacel a la vieja Jefatura de Policía, por entonces ubicada en Santa Fe al 1900. El policía se encontraba en disponibilidad desde hacía 10 días por la fuga de Claudio Belinatto, un hombre que se ganó la fama en el año 98 por estafar a una treintena de profesionales y comerciantes en la venta ficticia de automóviles Alfa Romeo, cuando lo trasladó hasta el hospital Centenario.
Ese sábado, Sergio “pasó a saludar a los muchachos” y a buscar unos efectos personales. En esas circunstancias, cargó en el Gacel a un peso pesado de Las Flores y dos de sus lugartenientes. Cuando intentó salir de la Jefatura, una comunicación telefónica alertó a la guardia, con lo cual un sargento salió a cortarle el paso. Lejos de amedrentarse, Sergio intentó embestirlo pero fue detenido.
La tenacidad del agente se puso a prueba cuando su superior le pidió que bajara del auto. En ese momento, Sergio intentó tomar un revólver calibre 38 pero fue reducido, dijo el suboficial que evitó el escape. Dentro del Gacel fueron hallados Sergio “Colorado” Arriola, quien hasta su detención controlaba el narcotráfico en la zona sudoeste, Oscar Gregorio Caminos, primo de Pimpi, el luego asesinado líder de la barrabrava de Newell’s, y Sergio Ivanoff, otro de sus laderos. Todos regresaron a sus celdas.
En diciembre de 2012, el agente fue condenado a la pena de tres años de prisión en suspenso e inhabilitación por el triple de tiempo de condena por facilitar en forma dolosa la evasión de los tres presos. Ante ello su defensor apeló: sostuvo que al momento del hecho su defendido estaba en disponibilidad, por lo que no revestía el carácter de funcionario policial, y agregó que los delitos achacados –favorecimiento doloso de la evasión y tenencia de arma sin autorización– se encontraban prescriptos. Lo que el tribunal de apelaciones avaló.
En diciembre de 2004, el agente mencionado se había visto involucrado en otro oscuro episodio. Es que hombres de la Brigada de Homicidios lo detuvieron a bordo de un Volkswagen Senda bordó estacionado en Suipacha y Córdoba al que le faltaba la patente delantera. Cuando chequearon la chapa trasera se dieron cuenta de que tenía pedido de captura de la comisaría 48ª de la Capital Federal, aunque no en el VW si no en un Renault 18.
Violenta noche rosarina
El ataque a tiros ocurrido anteayer en el frente de Divina Greta, una disco tipo cantina, no es el primero en Rosario, donde los frentes de boliches bailables suelen ser escenarios de violentas balaceras.
En febrero pasado, Jeremías Trasante, de tan sólo 17 años, falleció a la salida de un local nocturno céntrico donde se había desatado una violenta pelea entre dos grupos. El muchacho, quien era hermano de una de las víctimas del Triple Crimen de Villa Moreno, había logrado zafar pero fue perseguido por un vehículo y asesinado de un disparo a pocas cuadras de Chiringo, ubicado en Dorrego al 1000.
Dos meses después, el 13 de abril pasado, una chica de 17 años falleció tras recibir un balazo en la cabeza cuando se encontraba en la puerta del local bailable Dorian, ubicado en Presidente Perón al 5600, en la zona oeste de Rosario. El asesinato de Rocío Martín ocurrió a las 7 de la mañana de un domingo, cuando la adolescente se retiraba del boliche junto con un grupo de amigos. En esa oportunidad, las balas también salieron de dos motos en movimiento desde donde los agresores abrieron fuego indiscriminado.
A mediados de 2013, cinco adolescentes que salían del boliche de cumbia Al Diablo, ubicado en Baigorria al 1700 de la zona norte, fueron alcanzados por disparos con los que se puso fin a una gresca que se presume comenzó en el interior del local nocturno. En ese hecho, ocurrido el 13 de julio, fue baleado en el abdomen un pibe de 16 años, otro de 18 fue alcanzado por un plomo en el cuello, una joven de 19 y uno de 17 fueron heridos en la pierna, y otro de 17 en el brazo.
Ese hecho ocurrió un mes después del asesinato de un policía de 27 años que realizaba servicios adicionales en el boliche Yamper, ubicado en Ovidio Lagos al 4500, en la zona sudoeste de la ciudad. En esa oportunidad, un pibe de 22 años recibió cinco impactos de bala y fue acusado de ser quien disparó en la cabeza a Jorge Andrés Currie, el policía asesinado. Según los investigadores, los incidentes ocurrieron en la vereda de la disco en horas de la madrugada.