Los mercados laborales de la Argentina y Brasil recorrieron un camino dispar en la última década, debido a que las políticas macroeconómicas implementadas por ambas naciones fueron “opuestas” en ese lapso, concluye un reciente documento de la consultora Economía & Regiones.
Según el informe, las principales diferencias entre los dos países son que Brasil conduce su política económica en base a metas de inflación y aplica estrategias monetarias contracíclicas, mientras que la Argentina “ignora la inflación” y ejecuta políticas fiscales y monetarias siempre expansivas, “totalmente disociadas del ciclo económico”.
¿El resultado? Brasil consigue logros similares o incluso mejores en materia de generación de puestos de trabajo y reducción de la tasa de desempleo, que en la actualidad se encuentra casi 2 puntos porcentuales por debajo de la desocupación en la Argentina, explicó E&R.
Los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) revelaron que durante el tercer trimestre el desempleo en la Argentina subió a 7,6 por ciento de la población activa. En el mismo período en Brasil se ubicaba en torno de 6 por ciento.
El documento de E&R vinculó la mejor situación de Brasil con el manejo, entre otros aspectos, del gasto público. En el vecino país casi no aumentó en los últimos diez años, mientras en la Argentina se incrementó “exponencialmente sobre todo a partir de 2008 cuando emergen fuertemente las inconsistencias macro y los problemas estructurales sin corregir que atentan contra la inversión”.
Desde 2003, ambas naciones registraron un fuerte proceso de crecimiento que apuntaló el empleo y mejoró el poder adquisitivo de los trabajadores. En Brasil, la tasa de actividad del mercado de trabajo permaneció elevada en cerca del 57 por ciento a lo largo de todo el período. Según datos del Ieral, instituto de investigaciones de la Fundación Mediterránea, la tasa de actividad en la Argentina es 46,9 por ciento, máximo histórico en la serie de la EPH.
Precisamente, en lo que respecta a la Argentina, el instituto explicó que el empeoramiento en la tasa de desempleo se vincula directamente con el incremento de la población activa, que ha pasado de 46,7 por ciento en el tercer trimestre de 2011 al 46,9 por ciento en el mismo lapso de este año.
Si la tasa de actividad no se hubiera incrementado, la tasa de desempleo sería hoy 7,3 por ciento en la Argentina.
En concreto, en la Argentina la desocupación afecta a 906.000 trabajadores en los aglomerados relevados por la EPH y supera 1,2 millón en el total urbano, puntualizó el Ieral.
Además, hay un millón de ocupados que trabajan menos de 35 horas por semana y quisieran trabajar más horas; es decir, son subocupados. En total, casi 2 millones de trabajadores tienen problemas de empleabilidad en los aglomerados relevados por la EPH, una cifra que sube a 2,7 millones en el total urbano.