Dos productores avícolas vivieron más cuatro horas de terror y angustia este miércoles cuando fueron víctimas en la localidad de San Fabián de un solo atacante que los golpeó, les exigió sumas millonarias y terminó por llevarse a uno de ellos para luego dejarlo abandonado en Santo Tomé. Por la noche, los investigadores dieron con el sospechoso de llevar adelante este ataque, quien resultó ser un ex empleado de los empresarios, indicaron voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA). El caso quedó a cargo del fiscal de San Jerónimo Marcelo Nessier, quien imputará este viernes al único apresado, el que en un primer momento dijo “ser el de la avioneta” –por la aeronave abandonada el 8 de diciembre pasado en la misma zona y de la que se sospecha tenía drogas–, versión que fue rápidamente descartada por los pesquisas.
La odisea comenzó este miércoles alrededor de las 16 cuando Carlos Baella, de 68 años, se cruzó a un campo que está enfrente de las instalaciones avícolas de su familia, en San Fabián, localidad ubicada a unos 90 kilómetros de Rosario, en el departamento San Jerónimo.
El empresario trabajaba en el lugar cuando fue sorprendido por un encapuchado que lo amenazó con un arma casera modificada –conocida como tumbera–. El solitario atacante le dijo que era “el de la avioneta, que estuvo fondeado en Coronda y que le hiciera caso o si no lo quemaba”, según la declaración de la víctima reproducida por los investigadores.
Después lo apuntó y lo obligó a subirse a su camioneta, buscar el celular y lo llevó a una precaria vivienda que hay en ese lugar. Ahí le pegó con la escopeta tumbera en la cabeza y en el brazo y lo obligó a que llamara a su hijo Hernán, que estaba a unos mil metros.
“Estoy en una situación complicada, venite”, le dijo Carlos a su hijo y el atacante lo encerró en un baño que tenía la puerta rota, por lo que la víctima pudo ver qué pasaba. Apenas llegó Hernán, de 36 años, el encapuchado lo agarró a fierrazos en la cabeza. Después, le dijo a Carlos que se quedara con el celular y las llaves de la camioneta. Que había otros y que lo iban a llamar para que les entregara una suma millonaria que, según versiones, era de 5 millones de pesos, continuaron los voceros.
Carlos pudo ver cómo el encapuchado obligaba a subir a Hernán a la parte trasera de la camioneta Toyota Hilux color blanco con la que había llegado y aún sigue sin aparecer, confirmaron los pesquisas.
Así las cosas y en medio de un estado de shock, Carlos fue hasta la casa de un amigo y de ahí llamaron al 911. El empresario esperó en vano el llamado de los supuestos cómplices del atacante con el pedido del dinero para el rescate de su hijo pero nunca se comunicaron y eso incrementó su angustia y desesperación.
El encapuchado paseó a Hernán por muchas localidades, fue hacia la ruta 80, pasó por Gálvez, San Carlos, Matilde, San Agustín hasta que tomó la ruta 19 y llegó a Santo Tomé, dijeron las fuentes para agregar que en esta última ciudad «hubo una situación» en el barrio Los Hornos que le permitió a Hernán escapar de su captor.
La menor de las víctimas le contó a los pesquisas que se escondió y vio que el encapuchado, después de buscarlo unos instantes, huía a toda velocidad en su camioneta. Fue en ese momento que Hernán aprovechó para pedir ayuda a los vecinos y fue asistido pasadas las 20 por los médicos del Samco de dicha ciudad.
Como la víctima tenía un profundo corte en la cabeza, fue trasladado hasta el hospital José María Cullen, describieron los voceros judiciales. “A mi hijo le pegó mucho pero está bien. Le hicieron una radiografía pero no tienen ninguna cosa grave”, dijo Carlos en una comunicación con Aire de Santa Fe.
Para esa hora, el personal de la Agencia de Investigación Criminal (ex Policía de Investigaciones) y los uniformados de la Unidad Regional XV del departamento San Jerónimo habían desplegado no sólo un operativo cerrojo para atrapar al encapuchado sino que también hicieron una serie de medidas donde descubrieron que el atacante no era desconocido para las víctimas, oriundas de la localidad de Arocena.
Según las fuentes, tras tomar unas declaraciones los pesquisas determinaron que el encapuchado tenía una forma muy particular de hablar –una versión dice que ceceaba–, y eso los llevó al ex empleado, quien fue apresado en San Fabián.
Luego, los uniformados hicieron una requisa en la casa del sospechoso, ubicada en Coronda, donde secuestraron ropas, elementos de interés para la causa y el teléfono celular de Hernán Baella, siguieron las fuentes de la Fiscalía para agregar que el ex empleado había presentado una demanda laboral contra los empresarios.
El fiscal Nessier ordenó que el detenido quedara incomunicado en el calabozo de la Unidad Regional XV hasta este viernes, cuando se realice la audiencia imputativa y se conozca su situación procesal.