Cuando el emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico, también conocido como Carlos V de España, tomó posesión del trono en 1520, se convirtió en el monarca más poderoso del siglo XVI porque heredó los distintos reinos de la península ibérica, las posesiones de la herencia borgoñona y las posesiones alemanas de Europa central. Sumado a esto, el emperador se quedaba con las Indias occidentales, que es como los españoles denominaron al continente americano por mucho tiempo. En 1515, Juan Díaz de Solís zarpó hacia el sur americano y fue el primer europeo moderno en explorar el territorio rioplatense. Desde entonces, la Corona española exploró y sometió a esta geografía por 300 años, formando una nueva sociedad colonial operada desde la metrópoli europea. Sobre la denominada época colonial se han escrito numerosos libros de historia o ensayos pero las preguntas sobre el período siguen presentes. ¿Cómo hicieron los españoles para dominar el extenso territorio desde lejos?, ¿cuál fue el trato dado a los nativos?, ¿qué tipo de sociedad se formó luego?
A 524 años de la llegada de Cristóbal Colón al Caribe, aún están pendientes muchos debates sobre qué es lo que sucedió luego; esto es, matanzas, sometimiento político, religioso y cultural, además de conformar sociedades jerarquizadas; y cómo repercute eso en nuestras sociedades actuales. Los historiadores Raúl Fradkin y Juan Carlos Garavaglia en su libro La Argentina colonial. El Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX, ofrecen una perspectiva renovada sobre el pasado de nuestro país sin caer en imágenes mitificadas, sino todo lo contrario, para desmontarlas.
La historia de la colonia del Imperio español en estos territorios sirve a Fradkin y Garavaglia para pensar lo que viene después, la construcción de la nación argentina. Para estos historiadores, no es cierto que el montaje político armado por los españoles, que sobre el final tomó la forma del Virreinato del Río de la Plata, en 1776, sea un precedente directo de la nación argentina. Los autores sostienen que los llamados criollos que gestaron la Revolución de Mayo en 1810 no eran un grupo homogéneo con una identidad clara, ni tenían plan alguno. Señalan que es necesario reflexionar sobre qué fue realmente la colonia del Imperio español que terminó, muchos años después, siendo la República Argentina.
Historia en movimiento
Fradkin y Garavaglia se toman la tarea de romper con una historia simplificada y esquemática. Es decir, lo que se aprendió en la escuela que era la época colonial: los conquistadores fundando ciudades, los encomenderos “haciéndose cargo de los indígenas”, los clérigos evangelizando a los nativos o los funcionarios del Virreinato cumpliendo sus deberes. A estas postales históricas luego se antepusieron otras como las de los conquistadores masacrando poblaciones y estructurando su dominio, los encomenderos maltratando a los indígenas, los curas imponiendo otra cultura y destruyendo para siempre la que tenían los nativos; o los funcionarios virreinales aprovechando su posición, logrando los mejores sitios en las administraciones a pesar de los deseos de los criollos. Más allá de estas imágenes, muchas veces estáticas, los historiadores proponen un análisis sobre los 300 años en los que hubo cambios importantes. La clave para abordarlos fueron las preguntas. ¿Cómo fueron los primeros contactos entre los europeos y los pueblos originarios, y por qué Paraguay y Tucumán fueron los escenarios originarios? ¿Cómo se fueron asentando los españoles?, ¿Qué producciones sirvieron para garantizar la dominación de la metrópoli? y ¿cuáles les garantizaron su existencia tanto a los europeos como a los aborígenes?
Argentinos, igual a rioplatenses
Es sabido que el gentilicio argentino proviene de rioplatense, y fueron precisamente las producciones regionales las que dieron esas denominaciones. La plata surgía de Potosí, actual Bolivia, y era embarcada hacia Europa en Buenos Aires, es decir desde el Río de la Plata. Entre estos polos surgieron economías regionales que garantizaban la reproducción de ese sistema y vivían del mismo. Eso explica que las ciudades más antiguas de nuestro país pertenezcan al Noroeste. Los autores se interesan en mostrar cómo se desarrollaron esas economías, principalmente en la producción y circulación de productos. ¿Cómo pensar ese territorio?, ¿por qué el boliviano Cornelio Saavedra fue nuestro primer representante criollo? Fradkin y Garavaglia subrayan que, desde el siglo XVIII, la extracción de plata potosina tuvo un crecimiento importante que dinamizó a la región. Al mismo tiempo se va despertando otra economía regional recostada en el Litoral dedicada a la ganadería y a la exportación de cueros que terminaron transformando a Buenos Aires en la provincia más rica.
Historia desde abajo
La Argentina colonial. El Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX se propone como un manual de historia necesario para quienes deseen enseñar sobre este período, a la vez que permite ser leído por quienes tengan interés en conocer con más detalles sobre el pasado. No es un relato sobre jefes indígenas, conquistadores, funcionarios ni próceres en exclusiva, sino que presenta un análisis de la economía, la sociedad y la cultura desde una mirada antropológica. ¿Cómo eran los negocios de un mercader santafesino?, ¿tenía contactos con el espacio potosino o con el mercado negrero del Atlántico? ¿Qué significaba vivir en “extramuros”?, ¿por qué una ciudad era considerada una república?, ¿cómo era representada la extensa jerarquización social en las ceremonias?
Esas pautas sociales reflejaban a la sociedad colonial que fue totalmente desigual. Los más beneficiados eran los europeos blancos que llegaban recomendados y ocupaban los altos cargos de la administración imperial, o heredaban riquezas. Los seguían los criollos blancos. Por debajo, estaban los indios que sufrían desprecios e incluso en la actualidad son tratados de esa manera. Por último, los esclavos negros, zambos o mulatos, quienes no tenían ningún tipo de derecho social. Esta sociedad estalló en 1810 y se produjeron algunos cambios. Lo interesante es saber cómo hizo para resistir durante tanto tiempo.
Conformando la entelequia
Los historiadores Raúl Fradkin y Juan Carlos Garavaglia se propusieron en La Argentina colonial, el Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX revelar la pluralidad de proyectos en pugna, de valores y de creencias que atravesaron esta región en el extenso período que transcurre entre el primer asentamiento estable de los conquistadores españoles y la ruptura con la metrópoli. Los autores logran reflejar la densidad social de ese mundo pasado, sus tensiones y sus conflictos. Por eso los protagonistas de este relato no son ni los conquistadores y funcionarios del imperio ni los “próceres” de la patria, sino los grupos humanos que habitaban estos territorios y forjaron una sociedad que es la que luego se iría conformando en aquella entelequia llamada “el ser nacional”.