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Dos millones de civiles salieron de Ucrania y lentamente se arman los corredores humanitarios

Miles de civiles están atrapados en ciudades que se están quedando sin agua, alimentos, electricidad y medicamentos en medio del más vasto conflicto bélico terrestre en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial

Colectivos evacuaron este martes a civiles de una ciudad de Ucrania asediada por fuerzas de Rusia, que anunció una nueva tregua humanitaria para este miércoles, mientras la ONU dijo que más de 2 millones de personas huyeron del país en menos de dos semanas y Estados Unidos profundizó las sanciones económicas al decretar un embargo sobre las importaciones de hidrocarburos rusos.

El ejército ruso anunció una nueva tregua humanitaria para la evacuación de civiles en Ucrania, a partir de las 7:00 de mañana (2:00 de Argentina), después de que durante el día se abrieran corredores humanitarios, según anunció la agencia de noticias TASS, citada por AFP.

Según el gobierno ruso, esta proposición será transmitida a las autoridades ucranianas, que deben confirmar antes de la medianoche el lugar donde estarán los corredores humanitarios y a partir de que hora podrán funcionar.

Miles de civiles están atrapados en ciudades que se están quedando sin agua, alimentos, electricidad y medicamentos en medio del más vasto conflicto bélico terrestre en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

La ONU informó de 406 civiles muertos en Ucrania por la invasión, pero dijo que la cifra real seguramente era mucho mayor, mientras el Ministerio de Defensa de Ucrania dijo este martes que documentó 38 niños entre al menos 400 muertos confirmados, y 70 menores de edad heridos sobre un total de 800.

Agregó que los ataques rusos destruyeron más de 200 escuelas, 34 hospitales y 1.500 edificios residenciales.

La guerra causó en Ucrania un aumento histórico de los precios de la energía, derrumbado los mercados y puso bajo amenaza la provisión de alimentos a países que dependen del trigo y otros cultivos que se producen en la región del mar Negro.

Las sanciones económicas que decretaron las potencias de Occidente impactaron en la economía rusa y numerosas compañías de primer orden se han ido del país o recortado sus actividades allí.

Por caso, la cadena estadounidense de comida rápida McDonald’s, un ícono del capitalismo que se asentó en Rusia en el proceso de disolución de la Unión Soviética, anunció hoy el cierre temporal de sus 850 locales en el país.

En otra señal de su aislamiento económico, Shell anunció este martes que dejará de comprar petróleo y gas rusos y que cerrará sus estaciones de servicio en el país.

En este contexto, el embargo sobre la importación de petróleo, gas natural y carbón rusos que anunció este martes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está destinado a profundizar las consecuencias económicas para Rusia por la invasión a Ucrania.

«Hoy anuncio que Estados Unidos apuntará a la principal arteria de la economía de Rusia. Vamos a prohibir todas las importaciones de petróleo, gas y energía rusas», dijo Biden en la Casa Blanca.

«Eso significa que el petróleo ruso ya no será aceptado en puertos estadounidenses y que el pueblo estadounidense dará otro poderoso golpe a la maquinaria de guerra de Putin», agregó Biden.

Pero esta medida mostró una fisura con los aliados europeos, en particular con Alemania, cuya ministra de asuntos exteriores, Annalena Baerbock, declaró que actualmente es imposible que Alemania siga su ejemplo.

«No producimos mucho petróleo. Un tercio de nuestras importaciones de petróleo procede de Rusia. Si las detenemos ahora, dentro de unos días no podremos transportarnos», agregó en declaraciones que replicó Rusia Today.

En este contexto, Putin respondió al embargo estadounidense con un decreto en el que prohíbe «exportar fuera de la Federación Rusa» productos y materias primas, que quedarán explicitadas en una lista que se publicará en esta semana.

Con esta medida del Kremlin muchos de esos commodities comenzarán a escasear y los precios internacionales comenzarán a subir, una forma de globalizar las consecuencias de las sanciones.

En Ucrania, en tanto, intentos previos de sacar a los civiles de las cuidados o de hacerles llegar ayuda humanitaria colapsaron en medio de persistentes combates.

Sin embargo, un video difundido este martes por funcionarios de Ucrania mostró a colectivos que sacaban a gente por rutas nevadas desde la oriental ciudad de Sumy, cerca de la frontera rusa, y ómnibus amarillos marcados con una cruz roja que se dirigían a la sureña y portuaria Mariupol.

El organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) dijo que el número de personas que abandonó Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero, superó este martes los 2 millones.

En una de las ciudades donde la desesperación es mayor, en Mariupol, sobre el mar Negro, unas 200.000 personas -casi la mitad de su población de 430.000- desea salir, según la Cruz Roja.

El centro de coordinación de esfuerzos humanitarios de Rusia y la vice primera ministra Iryna Vereshchuk dijeron que se acordó un alto el fuego desde este martes a la mañana para permitir la evacuación de civiles, pero no estaba claro adónde conducirían los corredores por desacuerdos entre ambas partes.

El centro de coordinación ruso dijo que habría más de un corredor, pero que la mayoría iba a Rusia, ya directamente o a través de Bielorrusia, que limita con Ucrania por el Sur y con Rusia por el Este.

Vereshchuk, en cambio, dijo solamente que las dos partes habían acordado la evacuación de civiles de Sumy hacia la ciudad ucraniana de Poltava, 170 kilómetros al suroeste.

La batalla de Mariupol es crucial, porque su captura permitiría a Rusia establecer un corredor hacia Crimea, la península ucraniana que se anexionó en 2014.

Además de en Mariupol, el Ejército ruso se concentra sobre todo en los frentes de Kiev y de la también norteña Jarkov, la segunda ciudad del país, con 1,4 millones de habitantes, blanco de intensos bombardeos y misiles en los últimos días.

A medida que la situación se deteriora, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó hoy a los países occidentales de incumplir sus «promesas».

«Llevamos 13 días escuchando promesas. Trece días que nos están diciendo que nos ayudarán (…) que habrá aviones, que nos los entregarán», declaró en un video publicado en Telegram.

Sin embargo, Zelenski aseguró hoy en una videoconferencia ante el Parlamento británico que Ucrania luchará “hasta el final» y resistirá “cueste lo que cueste” y renovó su pedido de mayores y más fuertes sanciones a Moscú.

Zelenski habló vestido con una remera verde militar y por videoconferencia, ante el Parlamento británico, oportunidad en la que citó al ex primer ministro británico Winston Churchill.

«No nos rendiremos y no perderemos. Lucharemos hasta el final, en el mar, en el aire. Seguiremos luchando por nuestra tierra, cueste lo que cueste, en los bosques, en los campos, en las costas, en las calles», afirmó el mandatario, ovacionado por los diputados de pie en la Cámara de los Comunes de Londres.

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