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Dos nenas asesinadas: dolor inmenso del jardín de infantes donde asistieron

Esta vez fue el turno de una pequeña de cinco años. La víctima fue alcanzada en navidad por una bala perdida. En una ciudad sumergida en la violencia y en la falta de apego a la vida propia y ajena. Al mismo jardín fue Auriazul, la niña de 6 años asesinada junto a sus padres en mayo pasado

Los niños asesinados en la ciudad se suman, la noticia genera escozor en el cuerpo y resulta inimaginable el transitar de esas familias que no les queda más que el dolor y la injusticia de perder a un ser querido en esas circunstancias. Aunque nos resistimos a acostumbrarnos, las muertes violentas son tantas que no nos dan tiempo a reaccionar, el dolor se acumula y los reclamos muchas veces no tienen contención. Ya no hay diferencias al momento de sacarle la vida a alguien: niño, joven, anciano, embarazada. Todas estas pérdidas calan hondo y desesperan. Esta vez le tocó a Candelaria. Tenía solo cinco años.

Su familia salió de su casa, ubicada en Iriondo al 3900, después de 12 para festejar la navidad. La niña recibió un disparo en el cráneo que le provocó muerte cerebral. La llevaron al hospital pero murió poco después, no había nada para hacer. Inmersos en el dolor sus padres tuvieron un enorme gesto de generosidad y decidieron donar los órganos de la pequeña. A pesar del arrebato de su niña apostaron por dar vida.

A la misma altura pero por Alsina se encuentra el jardín de infantes  Sapo Pepe, al que iba Cande. En un posteo de la institución, que subió a la foto de perfil un lazo de luto, le dedicaron una amorosa despedida. Recordaron a la pequeña, su festejo de 5 añitos y la cantidad de veces que le cantaron el felíz cumpleaños porque le gustaba mucho.

Murió Candelaria, la nena de 5 años que fue alcanzada por una bala perdida durante Navidad

«Nunca vamos a olvidar tu sonrisa, tu mirada tan especial… tu alegría cada vez que entrabas al jardín y tu saludo a mamá y papá con felicidad, tu inocencia, tu solidaridad, tu bondad, tu paciencia, tu amor, tu cariño, tus seño te amo!!!… tus abrazos tan fuertes, tus carcajadas… »

En el posteo muchas personas se sumaron a la despedida y reclamaron por Justicia y una mejor calidad de vida.

Al mismo jardín había asistido Auriazul, una niña de 6 años que fue asesinada junto a sus padres a principios de mayo de este año. La única que se salvó fue la otra hija de la pareja, de solo 3 años que fue empujada por su mamá para sacarla de la línea de fuego.

Las víctimas fueron asesinadas cuando llegaban a la casa de un familiar en Garibaldi al 57. Fueron a buscar un bolsón con alimentos y algo de efectivo que sus familiares habían juntado para ayudarlos porque el joven papá, de 27 años, se había quedado sin trabajo.

Se bajaron de un antiguo auto y caminaron hacia el pasillo donde se ubica la vivienda y se escucharon los disparos, se usaron dos pistolas de grueso calibre. Las balas alcanzaron a Rodrigo Morera, a su pareja Ainará Gabriela “Tahia” Altamirano y a Auriazul.

La desesperación de una mamá para salvar a su hija de tres años de las balas

La mamá de Aimará contó que su hija y yerno no tenían problemas con nadie, estaban pasando una mala situación económica porque Rodrigo fue despedido luego de pedir un aumento en un taller de chapería y pintura en el que trabajó 15 años, dijo Karina.

En esa oportunidad, el jardín homenajeó a la niña que dejó la institución en 2019, la recordó con cariño y lamentaron su pérdida.

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