El 14 por ciento de los desempleados en la provincia de Santa Fe son mujeres menores de 29 años. Los datos muestran que no sólo tienen menos oportunidades laborales sino que los sueldos son más bajos. Según un informe del Observatorio de Género del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) el salario de las mujeres es un 27 por ciento menor al de los varones. En Rosario, la cifra asciende a un 29.40 por ciento según señaló otro informe del observatorio de la Fundación Demos. Los dos se basaron en la Encuesta Permanente de Hogares.
Ante el complejo panorama, surgieron en Rosario grupos de Facebook para mujeres emprendedoras que quieran difundir su producción. El objetivo es generar una red laboral entre chicas. El Ciudadano habló con referentes de dos de los proyectos: Transfeministas trocando y Mujeres trabajando. El primero está basado en el intercambio de objetos. El otro está dirigido a la difusión de emprendimientos personales. Ambos nacieron este año y cuentan con más de mil integrantes cada uno. Una condición los une: no aceptan hombres.
La emergencia de estas alternativas informales muestra que las chicas no sólo quieren divertirse, también quieren trabajo y un sueldo igual al de los hombres.
Transfeministas trocando
Ailin Gentili tenía seis años cuando junto con sus padres y hermanos iban a las ferias de trueque. En plena crisis económica de 2001 la familia que vivía en un Fonavi cambiaba juegos de goma Eva por comida. Ahora Ailin tiene 20 años, estudia circo y vive en pareja. Ella está desocupada y su novio vive de hacer tatuajes. En el contexto socioeconómico actual recordó el salón de una calle desconocida donde había manteles con feriantes y pensó en rescatar la tradición. Supo de un grupo de trueque a través de Facebook en Buenos Aires y replicó la experiencia en la ciudad. Lo llamó Transfeministas Rosario y convocó a mujeres, travestis y trans a ofrecer productos por intercambio. El grupo tiene más de dos mil usuarios que interactúan a diario. El trueque virtual se materializó y las participantes organizaron cuatro encuentros en plazas y parques que repetirán los fines de semana.
“La experiencia que tuve de chica me quedó grabada y ahora me toca vivirla desde otro lado. Estoy sin trabajo y no tengo plata para comprarme ropa. Me pareció una buena idea gestionar un grupo de intercambio”, contó Ailin, a El Ciudadano.
El intercambio de productos en el grupo de Facebook funciona exclusivamente a través del trueque. Cada integrante sube un álbum con los objetos que ofrece y especifica por cuál quiere cambiarlo.
Sólo participan mujeres, trans y travestis y se usa lenguaje inclusivo.
“En el grupo somos muchas mujeres desempleadas. Soy feminista y que haya sólo mujeres es un tema de contención. Soy la única de seis hermanos varones. Viví en carne propia las injusticias. Hace dos años me puse la bandera del feminismo pero la lucha viene desde siempre”, explicó.
El grupo se amplió y trascendió la esfera virtual. Las chicas organizaron cuatro encuentros en distintos puntos de la ciudad como el Patio de la Madera, Italia y el río, y la plaza del Che, donde cada una llevó sus productos para intercambiar. “El grupo funciona bien. Todos los días hay nuevas publicaciones. A la feria se acercaron cerca de dos mil personas. Estoy muy contenta y orgullosa del funcionamiento que superó mis expectativas”, opinó.
Mujeres trabajando
Bárbara Rivero es bailarina y actriz. Hace dos meses se volcó a la autogestión y decidió dar clases de elongación y danza contemporánea. Pensó en una forma de difundirlas y en la dificultad de encontrar trabajo. Unió su militancia feminista con su profesión y creó Mujeres trabajando, un grupo de Facebook exclusivo para chicas emprendedoras. La idea es que cada una ofrezca lo que hace, ya sea un producto o servicio, a cambio de plata o por trueque. El grupo tiene más de 1.300 participantes de todas las edades que ofrecen panificados, ropa, muebles, productos de belleza, y todo tipo de clases.
“Armé el grupo para que sea sólo de mujeres y trans autogestivas: que tengan su proyecto o su pequeña empresa. El objetivo es generar una red para ofrecer trabajos”, contó Bárbara a El Ciudadano.
Bárbara tiene 29 años y nació en Posadas, Misiones. Vino a Rosario a estudiar baile y actuación. También viajó a formarse a Buenos Aires y el año pasado estuvo por Costa Rica y Nicaragua. Pasó por varios empleos en relación de dependencia y este año se inclinó por generar su propio emprendimiento. Para ella, ser mujer le dificultó la búsqueda laboral.
“Cuando laburas en un espacio con hombres te dejan al margen. En 2014 trabajaba en el shopping. No nos dejaban hablar con mis compañeras, no podíamos ir al baño de a dos porque no acusaban de quedarnos hablando, nos decían cómo vestirnos. Cuando nos quejamos, nos echaron”, contó.
Bárbara quiere dedicarse a lo que estudió. Cuando armaba el cronograma para enseñar danza, pensó en difundirlas a través de Facebook y creó un grupo para eso con una particularidad: sólo participan mujeres.
“Tengo una profesión que no es fácil. Me encontré con muchas chicas en la misma situación. Soy feminista militante, y creo que las mujeres somos aliadas porque estamos bajo un mismo mandato. Unirnos nos permite generar una red para empoderarnos”, opinó.
El grupo “Mujeres Trabajando” surgió hace dos meses y ya cuenta con más de 1300 participantes. Cualquiera que desee unirse no tiene más que solicitarlo. La única regla es que sea una red abierta para mujeres, lesbianas, trans y travestis.
Todos los días chicas de todas las edades comparten los servicios que brindan o los objetos que hacen. Hay clases de yoga, baile, tejidos, peluquería, venta de panificados, ropa, restauración de muebles, maquilladoras, diseñadoras, niñeras, entre otros rubros de los más variados. Están las que ofrecen y las que piden.
La idea del grupo es que la plata no sea un obstáculo, por eso entre las pocas reglas de la administradora está la posibilidad del trueque. “Pedí en el grupo si alguna diseñadora me hacía unos afiches de mis clases a cambio de enseñarle. Se ofrecieron un montón de chicas. Hicimos el trueque. Sentí que surfeamos por debajo de las normas”, contó Bárbara.