Cuando el Negro Pagani se entregó en la seccional 19ª todavía olía a alcohol. Dijo que se presentaba porque había herido a su cuñado, a quién “hincó” en el pecho porque le faltó el respeto en su propia casa. Momentos antes, Rosario Raúl Vera, de 50 años, salía malherido de una humilde vivienda de zona oeste con un puntazo en el pecho y casi una hora después moría en la guardia del Heca. Su hermana Adela, concubina del agresor, había sufrido un episodio de violencia doméstica que denunció durante toda la tarde del domingo sin éxito, porque la Policía acudió al lugar cuando ya había ocurrido lo peor.
Según fuentes policiales, la pelea tuvo lugar alrededor de las 19 de anteayer en una vivienda ubicada a metros de Rouillón al 4300, más precisamente en la esquina de Pasaje 4 y Pasaje 5, adonde vive una familia numerosa que se gana la vida con una granja situada frente del domicilio que linda con el Centro de Salud Toba del distrito Oeste.
El Negro Pagani, como le dicen en el barrio Toba a Luis Alejandro M., de 40 años, bebía en el patio de su casa y alrededor de las cinco de la tarde del domingo comenzó a agredir a su mujer Adela, de 30, según contó a El Ciudadano un familiar. Juntos tuvieron a dos niños, de 1 y 7 años, que se agregaron a otros seis que suman de parejas anteriores.
María, una de las hijas de Adela, contó que Pagani se puso muy agresivo el domingo a la tarde y le tiró un cajón de cervezas a su madre, quien corrió a la vereda desesperada. “La maltrataba muchísimo, una vez le quebró la pierna, tiene cicatrices en todo el cuero cabelludo y un ojo de vidrio”, describió la adolescente de 15 años, que ya es madre.
“El marido de mi mamá es mi suegro. Tuve a mi nena con su hijo. Siempre la maltrata, pero yo no le tengo miedo”, agregó la muchacha tras reclamar: “Llamamos a la Policía unas cincuenta mil veces y no nos dieron ni bola. Después de dos horas llegaron, cuando pasó lo peor”.
“Papá, tomá un cuchillo”
Rosario Raúl Vera comía pescado en el patio de la casa de su hermana cuando se armó la pelea. Su cuñado, el Negro Pagani, bebía sentado en un patio delantero y ya le había lanzado “un cajón de cervezas vacío” a su mujer, quien tras el episodio comenzó a los gritos, señalaron allegados a la familia.
Por eso, Vera intentó tranquilizar primero a su hermana a quien le repitió: “Basta Adela, no se peleen”. Para luego sentenciar lo mismo a su cuñado: “Ya basta Negro, ya está”. Sin embargo, su intervención despertó la peor reacción en Pagani, que le respondió que no se meta y le lanzó un golpe en la garganta. Además de hacer que su cuñado se atragante con el pescado, la agresión dio inicio a una pelea a golpes de puño, la cual fue interrumpida por uno de los hijos del agresor, quien tomó una cuchilla de la cocina y se lo alcanzó: “Papá, tomá un cuchillo”, le dijo. El hombre lo agarró, hirió a Vera en el pecho, y se fue de la casa.
Rosario Vera “quería seguir peleando” y caminó dos metros hasta la vereda, donde cayó desmayado sobre un charco escarlata. Fue asistido por un vecino que lo trasladó al Heca, pero falleció casi una hora después por las heridas recibidas, prosiguieron los testigos del hecho.
“Era muy bueno. No se metía con nadie. Cirujeaba con su caballo y sobrevivía con eso. El hijo de 12 años quedó muy triste”, describió otro familiar.
Luego de la trágica pelea, los medio hermanos quedaron a cargo del comercio y recibieron a los uniformados a quienes les relataron lo sucedido con versiones confusas sobre el desarrollo de los hechos, ya que la mitad de ellos tenía a su padre detenido.