El gobierno nacional anticipó una rebaja en el Impuesto Pais, que entre otros aspectos impacta sobre lo que se cobra por importación de insumos. Desde el sector industrial consideran que si bien una vez implementada la decisión puede bajar los costos, hasta entonces generará un nivel de incertidumbre que paralizará aún más la actividad. Es una de las tantas dificultades que atenta contra un sector castigado por la recesión económica.
En primera instancia, desde el gobierno de Javier Milei anticiparon que la eliminación se daría a fin de año, momento en el que vence la vigencia de ese 17,5% sobre el valor de bienes adquiridos en el exterior. En los últimos días, distintos funcionarios adelantaron que podría darse una rebaja inicial durante septiembre. De esta manera la alícuota quedaría en el 7,5%, tal como estaba cuando llegó Javier Milei a la presidencia.
Industriales santafesinos aseguraron a este diario que las indefiniciones al respecto generan más incertidumbre a la hora de planificar e intentar salir del agobio que genera la recesión. Es el caso de quienes tenían pensado hacer alguna compra de insumos o maquinaria al exterior, pero ante la posibilidad de una rebaja o quita del impuesto, prefieren esperar y quedar a la expectativa de lo que defina el gobierno nacional. Esto obstruye aún más el funcionamiento de una actividad que se encuentra a media máquina en la mayoría de los sectores.
“Ante el anuncio de la quita del impuesto País muchos van a querer postergar compras que tengan que ver con bienes de capital. Quien esté pensando en comprar una máquina ahora de 200.000 dólares, sabe que el 17,5% sobre ese valor representa muchísimo, con eso puede cubrir gastos urgentes, entonces lo deja para más adelante”, aseguró una importante dirigente industrial de la región.
Muchas empresas, incluidas las del Gran Rosario y alrededores, seguirán demorando operaciones a la espera de la eliminación o rebaja del impuesto Pais. Esta será así, no solo para evitar mayores gastos, sino también para no quedarse con un stock sobrevaluado. En ese sentido, la mayoría está importando lo justo y necesario.
Si bien el gobierno nacional viene dando a conocer diversos anuncios que apuntan a la desregulación comercial, las medidas no tienen impacto positivo en los números. De hecho el primer semestre de este año cerró con una caída del 30% en compras al exterior, comparada con los datos del año pasado.
Es que más allá de los anuncios con los que el gobierno imagina destrabar la cuestión comercial con otros países y que fue un cuello de botella durante la gestión previa, ahora el problema central pasó a ser la caída de la demanda. Sin mercado interno, los obstáculos para liberar pagos o traer mercadería de afuera, pasaron a un segundo plano. En este momento la queja recurrente de industriales es que no cuentan con una demanda acorde a sus niveles de producción habituales.
El efecto recesión
De acuerdo al último informe mensual de la Federación de Industriales Santa Fe (Fisfe), solo tres de los 19 sectores relevados arrojaron datos interanuales positivos, repitiendo la tendencia que acumularon los primeros cinco meses. Por ahora, los sectores que están zafando de la crisis están viculado en algún punto con el agro, aunque cabe aclarar que la comparación se hace contra un año de sequía.
A largo plazo, las expectativas de la industria en cuanto a la dotación de personal también están lejos de sugerir un aumento de la productividad. Según el último relevamiento que elaboró el Indec, sólo un 3,5% de las firmas consultadas indicaron que su planta de personal crecerá entre julio y agosto. Un 73,9% dijo que no variará y un 22,6% reconoció que reducirá su planta, por lo que podría haber despidos.
Ante la consulta, muchas de ellas adelantaron que implementarán políticas de reducción de horas. De hecho, el 31,5% aseguró que la cantidad de horas trabajadas disminuirá. El dato positivo, es que el 5,3% respondió que aumentarán las horas trabajadas y un 63,2% que no variarán.