El 28 de noviembre de 2017, para muchos es una fecha más. Para Fernando Bilbao no. Ese día el entrenador de Duendes se juntó con Nicolás Galatro y Lucas Bouza, compañeros de staff técnico para planificar la temporada 2018 que entre otros objetivos tenía la recuperación del cetro del Litoral.
Bilbao y compañía sabían que no podían volver a cometer los mismos errores que en 2017. “Ese día comenzamos a trabajar en la cabeza del equipo. Con la madurez que tenía que llegar para jugar las finales”, dice Bilbao.
“Este grupo tenía muy presente lo que pasó en 2017, y no quería que volviera a pasar lo mismo”, expresa Bilbao. El entrenador además analiza la final ante Gimnasia pero también recuerda a la del año pasado. Para Bilbao la definición con Gimnasia fue una final distinta a las que le tocó jugar antes. Y lo explica con dos concepto: “Primero que el año pasado, después de siete finales ganadas, se nos fue tras ir ganando por 23 puntos, faltando quince minutos, y este año teníamos la obligación de ir a buscar el campeonato”, dice.
Y el segundo punto para Bilbao se basa en las características que tiene la Bombonerita del Parque. “Hay que planificar distinto el partido para jugar en la Bombonerita. La gente, el ruido, el tamaño de la cancha, es todo muy vertiginoso en esa cancha”, expresa el entrenador de Duendes.
El 2018 tuvo un inició distinto para Duendes. La clasificación a cuartos de final del Nacional de Clubes predispuso de manera diferente al equipo para encarar el Litoral. Si bien muchos nombres se repiten del plantel del año pasado, muchos jóvenes se han sumado al primer equipo versión 2018 y han aportado ese empuje necesario para llegar lejos. “Los campeonatos del 2010 al 2014, pertenecen a la historia de Duendes. Ustedes necesitan construir su propia historia y no vivir de la historia de los demás”, es el mensaje que transmite Bilbao a sus dirigidos. Y que fue fundamental para motivar al equipo.
Bilbao pertenece a un club, que no es fácil de explicar. Una institución con 51 años de edad y que hasta hace cuatro años atrás no llegaba a los mil socios y hoy suma 1700. Lugar en el que se practican dos deportes: rugby y hockey sobre césped. Un club que ha aportado jugadores, entrenadores y dirigentes a la historia del rugby rosarino y argentino.
Muchos que no conocen como es Duendes, imaginan grandes extensiones de terreno, infraestructura por doquier. Pero es todo lo contrario, recién hace un año inauguraron un nuevo gimnasio bajo la tribuna de cemento, que también es muy joven.
Pero es la pasión con la que se vive el rugby en Duendes, de aprender, de superarse, de conocer, de competir. Puede ser una explicación para entender porque tras una dura derrota como la que sufrió en 2017, cuando tenía todo para ganar se le escapó lo que hubiese sido el octavo título consecutivo del Litoral.
Y porque cuando Gimnasia intentó dar el batacazo sobre el final, Duendes tuvo la respuesta para no repetir la misma historia y tropezar dos veces con la misma piedra. Bilbao y compañía, aprendieron la lección y rindieron bien el examen.
Un staff equilibrado
Así define Fernando Bilbao a Nicolás Galatro y Lucas Bouza, sus compañeros de staff técnico de Duendes campeón 2018: “Trabajar tanto con Lucas como Nicolás es sencillo, somos amigos desde hace mucho tiempo. Con Lucas desde los cuatro años que nos conocemos, empezamos a jugar al rugby y que somos amigos. Nicolás desde que llego de Italia, prácticamente que somos inseparables. Cada uno tiene sus características y nos complementamos muy bien. Nicolás es muy pasional y temperamental, y Lucas es todo lo contrario, un aspecto que a mí me ayuda muchísimo para mantener el equilibrio en el grupo. El trabajo se hace fácil y se disfruta mucho más porque somos amigos”.
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Fueron los tries logrados por Joaquín Brogliatti con la camiseta de Duendes para erigirse como el tryman de su equipo en el Litoral 2018. En total el Verdinegro apoyó 100 conquistas en la temporada.