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Eclipse: los rosarinos fueron protagonistas de un espectáculo conmovedor

Ayer buena parte de los ciudadanos estaba expectante aguardando que el fenómeno se produjera y en terrazas de viviendas o de edificios, en ventanas y balcones, mucha gente se liberaba de otras obligaciones cotidianas y se disponía a pasar un buen momento

Poco después de la una de la tarde de ayer se produjo un eclipse de sol en todo el país, pudiéndose observar con mayor o menor intensidad y parcial o total según las regiones.

Las localidades patagónicas, principalmente las de Neuquén y Río Negro, fueron las que se llevaron la mejor parte en cuanto a la plenitud del fenómeno pero en el resto del país, aunque el oscurecimiento no fue absoluto, sí hubo una marcada disminución de la luminosidad solar que dejó la impresión de estar bajo un extraño color diurno, como si se estuviera en otro planeta a juzgar por lo que las imágenes de ficción proponen.

Los tres protagonistas del eclipse

Como se sabe, el eclipse solar tiene lugar cuando en un breve intervalo de tiempo la luna se interpone entre quien observa y el sol, y será total si este último queda oculto detrás del satélite natural; o parcial, si sólo cubre una parte del cuerpo luminoso.

Se suele decir que los eclipses tienen tres protagonistas: la estrella luminosa (el sol), el satélite natural (la luna) y el espectador humano, quien completa el fenómeno a partir de su mirada, siempre mediada por el instrumento del que se valga para una mejor observación.

Claro que no todos, como se dijo más arriba, tendrán la posibilidad de la mejor escena ya que también para muchos, según donde se encuentra, hasta puede ser imperceptible.

Uno de los efectos más notables y espectaculares de este fenómeno astronómico es que en pleno día, en ciertos lugares de la Tierra, comienza a producirse un paulatino pero repentino oscurecimiento hasta hacerse totalmente de noche, para luego, unos minutos después, volver a pleno día.

Para que el eclipse solar sea total, la luna tiene que encontrarse a una distancia tal de la Tierra que permita que se la vea del mismo tamaño que al disco solar, cuando, en realidad, es cuatrocientas veces más chica.

Un espectáculo conmovedor

Ayer, pese a las circunstancias agobiantes que produce la pandemia, buena parte de los rosarinos estaba expectante aguardando el momento en que el fenómeno se produjera y en terrazas de viviendas o de edificios, en ventanas y balcones, y aún en espacios abiertos como parques o paseos, mucha gente se apostaba liberada de otras obligaciones más cotidianas para pasar un momento observando el cielo.

En esta ocasión, a diferencia de otros eclipses, al ocurrir poco después del mediodía, el sol se encontraba mucho más arriba, lo que le dio mayor espectacularidad al fenómeno, y en verdad se trató de una situación que siempre se hace difícil contar luego, ya que lo mejor es experimentarla a pleno y de la forma que sea puesto que se trata de un espectáculo conmovedor y los que miran se sienten, aunque sea por un breve lapso de tiempo, protagonistas privilegiados.

 

 

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