La visita de Evo Morales, aquel lunes 11 de julio, se convertirá en un hito en la historia de la ciudad y quedará registrado en la memoria de la institución universitaria, parafraseando los dichos introductorios al encuentro del rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci.
Para las 11 de esa mañana, en el Salón de la Sede de Gobierno de la UNR no entraba ya ni una aguja. La expectativa ante la inminente llegada de uno de los dirigentes políticos más importantes de Latinoamérica colmaba cada rincón de la planta baja. El recibimiento de todos los presentes al verlo bajar las escaleras fue de algarabía, emoción, respeto. Lo acompañaba el referente de La Corriente Nacional de la Militancia e Interventor de la AFI, Agustín Rossi.
“Pasado, Presente y Futuro en América Latina” era el eje que enmarcaba el encuentro. En un contexto latinoamericano donde por un lado se observa la llegada de gobiernos populares, como el caso de Gustavo Petro en Colombia, y por el otro una avanzada de las derechas, la pregunta que flotaba en el ambiente era: ¿Cómo imaginar Latinoamérica en los próximos años?
En conferencia de prensa, previo a la clase magistral, el dirigente y activista definió, entre muchas otras cosas, una perspectiva esperanzadora: “En mi experiencia aprendí que la unidad es tan importante. Con unidad el movimiento campesino indígena, los movimientos sociales, demostramos que otra Bolivia es posible, que otra América latina es posible”.
Pero para explicar ese futuro posible, luego en la clase magistral Morales tuvo que retroceder unos 500 años. La premisa era hacer historia para revisitar el largo camino de las conquistas sociales y comprender que la lucha de los pueblos es permanente. “Siempre es importante recordar el pasado; como movimiento político, ¿de dónde venimos?”, postuló.
¿Cómo resumir 500 años de historia en una hora de encuentro? Una tarea casi titánica, por lo que el ex mandatario recorrió sucesos destacados que hicieron de Evo Morales, y el ejemplar movimiento indígena boliviano, lo que es hoy día.
“El movimiento indígena, en tiempos de colonia, fue amenazado de exterminio”, comenzó. La sala, repleta de gente, está atenta a cada palabra. “Y en tiempos de República, fueron los más odiados, despreciados y discriminados. Mi hermana, su madre, sus abuelas, de pollera no podían entrar a los bancos”, ejemplificó.
El dirigente narró desde el momento en que en las décadas del 80-90 empezaron a cuestionar y sostener que ellas y ellos “también tenían derechos políticos”. “Con motivo de 500 años (de 1492 a 1992) de resistencia indígena popular dijimos con rigor, con otros líderes de América latina del movimiento indígena: «Resistencia a la toma del poder»”, declaró.
En esa misma línea, Morales manifestó: “Era importante impulsar un movimiento político y fundamos, en los 90, el Movimiento al Socialismo–Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) que es algo, espero no equivocarme, único en el mundo”.
Como recordar el pasado nos permite comprender el presente, para Evo Morales explicar de dónde proviene le sirve para definir sus orígenes y dar cuenta del proceso que ha atravesado el movimiento indígena para llegar a convertirse en gobierno en Bolivia.
Para las comunidades indígenas la política en aquel momento estaba vedada. “Me acuerdo que de niño nos decían que la política del campesino en el altiplano boliviano era pala y pico”. Morales contó que, al momento en que se comenzaban a gestar estos movimientos de lucha, junto a otros dirigentes planteaban no solamente una reivindicación social sino también un cambio estructural. Para eso necesitaban poder hacer política. “Nos decían: «La política para ustedes es delito». Ahí nos dimos cuenta que la derecha o la oligarquía tenían derecho a hacer política y no la gente humilde, la gente pobre”, afirmó.
A modo de ejemplificación, Morales citó una anécdota del senador boliviano del MAS Leonardo Loza, quien lo estaba acompañando en su visita a Rosario y se encontraba entre el auditorio.
Cuando Leonardo Loza era niño escuchó a su mamá y papá teniendo una discusión. “La mamá de Leonardo no quería que él vaya a la escuela y el papá sí quería. ¿Por qué la mamá no quería? Decía: «Si mi hijo va a aprender a leer y escribir le van a matar». Así era, escarmiento”, contó Morales, agregando también que para los indígenas la escuela era clandestina y que los profesores eran perseguidos por enseñarles a leer y escribir. “De ahí venimos, la esclavitud”, aseguró en relación con el contexto en que se criaron quienes luego se convirtieron en líderes políticos.
“Mi mamá era analfabeta. Yo estaba en la escuela, mi primera escuela la hice en Argentina, en Jujuy. Mi papá vino a trabajar. Yo no entendía castellano, tenía 5 o 6 años. Sólo me acuerdo que mi profesora me miraba y me decía: «Evito, Evito» y acariciaba mi cabello”, contó el ex presidente casi como si estuviera hablando sentado a la mesa de un bar con cinco personas en una charla de café, a diferencia de que en el gran salón de la Sede de Gobierno de la UNR había mínimo unas 600.
Continuó: “Pasé de curso. 1º, 2º, 3º, 4º. Mi mamá sorprendida me preguntaba: «Qué es eso de 1º, 2º, 3º y 4º Evito, ¿qué es eso de cada año? Hay que vender llamas, ovejas para material escolar». Se molestaba mi mamá, no entendía. Me dijo: «Tu tío estuvo nueve años en la escuela y nunca ha pasado de curso, 1°, 1°, 1° en nueve años». Mi tío era el único que sabía escribir”, añadió riendo junto a toda la audiencia.
“En todos los países del mundo hay partidos de izquierda, socialistas, humanistas, algunos antiimperialistas, revolucionarios. Pero en Bolivia viene de esas familias”, definió resaltando esa especificidad. El movimiento indígena boliviano se levantó contra la opresión y gestó, bajo la dirección de dirigentes como Evo Morales, el movimiento político que converge en el llamado MAS.
Ese movimiento fue mutando, tomando fuerza. Para Morales, la tarea más difícil, pero más importante, fue unir. “Nos unimos todos, y a la cabeza la Central Obrera Boliviana. Unir bajo principios. Otros dirigentes departamentales, nacionales y yo no inventamos la parte ideológica, somos herederos de la lucha histórica, durante la colonia, de nuestros antepasados”, expresó.
“Desde el movimiento indígena y otros sectores sociales decidimos que era hora de liberarnos. Nosotros también podíamos hacer política para el bien de todas y todos”, afirmó.
Pilares
Ya en un pasado más cercano, Evo recordó qué se plantearon como movimiento para llegar al gobierno. Enumeró tres pilares que tenían como horizonte: en lo político, la refundación de Bolivia; en lo económico, la nacionalización de los recursos naturales; y en lo social, la redistribución de la riqueza. Evo se convirtió en presidente de Bolivia el 22 de enero de 2006 y ejerció su cargo hasta el 10 de noviembre de 2019, cuando fue derrocado por un golpe de Estado a manos de las Fuerzas Armadas: luego volverá sobre eso.
“Lo difícil fue garantizar esa profunda transformación política, la refundación de Bolivia mediante asamblea constituyente. Sufrimos tres años. En Santa Cruz se levantaban, no querían que terminara la asamblea constituyente, la fuerza social fue tan importante”, explicó.
La Asamblea Constituyente de Bolivia a la que se refirió Evo Morales fue aquel proceso que comenzó el 6 de agosto de 2006 en Sucre, con el propósito de redactar una nueva constitución. La Asamblea la aprobó el 10 de diciembre de 2007, pero por conflictos políticos y sociales recién se la sometió a un referendum constitucional en 2009, por lo que la nueva constitución, que establecía un Estado Plurinacional, entró recién en vigencia el 7 de febrero de ese año.
Morales afirmó: “Refundamos Bolivia y dejamos el estado colonial para tener el primer estado plurinacional del mundo. En nuestro territorio somos tan diversos, diversidad de color, de economía, geográfica. ¿Qué es la plurinacionalidad para nosotros? Unidad en la diversidad para enfrentar la adversidad. Los antepasados respondieron: «América latina no es el patio trasero de EEUU», y esta generación dice: América Plurinacional de los pueblos para los pueblos”.
El segundo pilar, y tal vez el más importante en las políticas del ex mandatario, tiene que ver con las políticas de recuperación de los recursos naturales. Morales contó como muchos ministros, en el momento en que él era presidente, tenían miedo a la nacionalización. “Cuando decidimos nacionalizar los hidrocarburos me decían: «Presidente Evo, con calma, esas transnacionales nos van a llevar a la demanda, al Banco Mundial»”, relató y luego añadió con firmeza: “Si quieren demandar que demanden en nuestra tierra, no fuera de Bolivia, vamos a nacionalizar los hidrocarburos. Para ser la autoridad principal no solamente uno necesita energía, fuerza, sino fundamentalmente valentía, decisión política”.
A la hora de explicar por qué, en su opinión, la nacionalización de recursos naturales y servicios es una política deseable, trajo a colación una anécdota con el ex presidente de Argentina Mauricio Macri. “Siempre nos encontramos en reuniones de jefes de Estado, a veces Unasur, a veces Mercosur. Una vez me cruza, ni me saluda, en vez de buenos días u hola presidente me dice: «Evo, ¿este año cuánto va a ser tu crecimiento económico?». Yo le dije: «Está estimado 4.5%, va a haber doble aguinaldo». Y me preguntó: «¿Qué hay que hacer para eso?», a lo que contesté: «Hay que nacionalizar los recursos naturales»”, contó. “Cuando dije eso, se dio la vuelta y se fue, sin despedirse. ¿Yo qué culpa tengo, para qué me pregunta, verdad?”, remató entre las risas de los presentes.
Al estilo de dos caras de la misma moneda, en este caso dos caras del mismo país, Evo también narró una experiencia con el ex presidente argentino Néstor Kirchner. “Me acuerdo cuando nacionalizamos el gas, especialmente. ¿Qué decían los contratos que había? El titular adquiere el derecho a la propiedad en boca de pozo, es decir, cuando está bajo el suelo es boliviano, cuando sale del suelo ya no es de los bolivianos. Del 100% de ingresos, el 82% era para la petrolera internacional y 18% para los bolivianos. Saqueo total”, arrancó Morales.
Al momento de debatir el decreto supremo de nacionalización, el ex mandatario tenía como objetivo invertir ese porcentaje y dejar en manos de los bolivianos el 82% de los hidrocarburos y el 18% a las petroleras privadas, a lo que estas últimas pusieron el grito en el cielo y amenazaron con dejar de invertir. “Entonces me llama Néstor y me dice «¿No quieren invertir? ¿Es verdad? Ya, convoca a la prensa, te va a llamar Néstor y pon en voz alta la conversación telefónica. Me dice: «Evo, si las petroleras no van a invertir yo voy a invertir en Bolivia». Listo, eso es solidaridad. Se acabaron las amenazas, las petroleras calladitas después”.
Y en cuanto al tercer pilar, la redistribución de la riqueza, Morales recordó su período de diputado, cuando las políticas de derecha aprobaban leyes para condonar deudas a la banca privada. Explicó: “No había recursos económicos para los órganos sociales, asociaciones pequeñas, eso era ilegal, pero sí para bancos privados. Tuve que cambiar estas normas”.
El dirigente político sostuvo que cree en un Estado que encabece la inversión pública. Aseguró que el próximo paso en sus políticas de gobierno era la sustitución de la importación con la industrialización, que hoy en encabeza el ahora presidente de Bolivia, Luis Arce, quien asumió el 8 de noviembre de 2020 luego del restablecimiento de la democracia en el país.
Cuando Morales habla en potencial hace referencia a un proceso que fue truncado a manos del golpe de Estado. Tres años pasaron desde aquel noviembre de 2019 cuando ocurrió la asonada en Bolivia que lo obligó a abandonar su país.
El Golpe
Para el líder político la gestación del Golpe y la crisis política que atravesó Bolivia durante aquel período tiene tres aristas principales. Morales explicó que las derechas y oligarquías no aceptan que los llamados indios, indígenas, puedan liderar y cambiar la situación económica y social. “Segundo, el capitalismo, el imperialismo, no quiere competencia, no quiere que haya otro modelo económico mejor”, manifestó con firmeza y agregó: “Con nuestro modelo económico demostramos que Bolivia tiene mucha esperanza”. En tercer lugar, y tal vez la que será la discusión clave de esta década: el ex mandatario declaró sobre Occidente: “No quiere que nosotros demos valor agregado a nuestros recursos naturales, sólo nos quieren por las materias primas”.
Más allá de las cientos de razones que en su momento se dieron para justificar lo que a muchos les costó llamar golpe de Estado, los intereses económicos y el poder real fueron para Morales los actores principales que motorizaron la desestabilización, sobre todo en la búsqueda de tomar control sobre un recurso en especial: el litio. “Ha sido un golpe fundamentalmente al litio, no solamente al modelo económico boliviano. A nosotros no nos perdona la derecha boliviana ni la derecha internacional”. Así, definió que el capitalismo quiere que el pueblo latinoamericano sea más pobre y más ignorante para dominarnos y robar “nuestros recursos naturales”.
La gran incógnita es: ¿qué le depara en el futuro a América latina?
“Tengo mucha esperanza por los resultados que estamos viendo con estos nuevos triunfos. La lucha sigue. Somos todos la Patria Grande. Esto es posible cuando nos unimos”, aseguró Morales en relación con las recientes conquistas presidenciales de Gabriel Boric en Chile, de Gustavo Petro en Colombia, y con la futura candidatura de Lula en Brasil. “Es una liberación democrática, vamos retomando, poco retrocedemos y avanzamos otra vez”, sostuvo.
En la actualidad, el contexto internacional sufre turbulencias y ciertamente el mapa de influencias se ha modificado. Según el ex presidente boliviano, EE.UU. está en decadencia y ha perdido hegemonía en América. “La gran ventaja que tenemos ahora es que las políticas de EE.UU. van regresando”, aseveró.
“En este momento EE.UU. tiene 9% de inflación después de tantos años por provocar esa guerra, ese conflicto armado (entre Ucrania y Rusia). Yo veo que EEUU ya no es potencia mundial en tema económico, tal vez potencia en armas”, explicó.
A modo de reflexión sobre esta coyuntura, trajo a colación la última Cumbre de las Américas, donde por solidaridad con Cuba, Venezuela y Nicaragua -quienes tenían la participación vedada- “alrededor de 10 presidentes no han ido”. “De las 22 intervenciones, 20 protestaron (entre ellos el presidente argentino Alberto Fernández) ¿Por qué no está Cuba? ¿Por qué no está Venezuela? ¿Por qué el golpe de Estado en Bolivia? En su casa y en su cara dijeron todo. Ya no tiene autoridad. Antes daba miedo ser expulsado de la OEA, ahora es un lujo retirarnos, hasta eso ha cambiado”, confirmó Morales.
“Los de arriba, los de afuera, planifican cómo dividirnos para dominarnos”, dijo el dirigente al momento de definir el hilo conductor de los procesos sociales, políticos y económicos latinoamericanos. Luego aseguró: “Para el capitalismo los movimientos sociales son terroristas. Ahora los “terroristas” son presidentes”.
Pero la derecha tiene sus estrategias, y una de ellas, para Morales, es colgarse de la “corrupción”: “A los presidentes, ex presidentes progresistas o izquierdistas, los acusan de corrupción sin tener pruebas. Caso Lula por ejemplo. A los ex presidentes de derecha, tan corruptos, no se dice nada, no hay justicia”.
Para Evo Morales lo más importante a la hora de hacer política es “pensar en la gente humilde, tomar decisiones oportunas, con valentía” y demostrar que “otro mundo es posible”. “Algunos llegan a ser presidentes, hacen política para hacer más plata para su empresa o familia. Uno tiene que ser presidente, gobierno, para que su país tenga más plata, esa es la profunda diferencia”, aclaró.
Una hora de clase magistral pasó y aún la plena atención era la protagonista del salón. Nadie se había movido de su silla. Sobre el final del encuentro comenzaron los agradecimientos, en especial con Argentina y Alberto Fernández. “Muchos presidentes, también ex presidentes, me salvaron la vida. México, Argentina, después del Golpe de Estado. Si el hermano Alberto Fernández hubiera tomado posesión antes del Golpe no hubiera ido a México, me hubiera venido a Argentina. Ustedes saben, toma posesión Fernández y al día siguiente ya estaba acá, un año estuve. Muchas gracias hermanos y hermanas de Argentina. Gracias por esta solidaridad, por salvarme la vida. Eso no lo voy a olvidar nunca. ¡Que viva Argentina! ¡Que viva la Patria Grande!”, concluyó entre vitoreos y aplausos.