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Ecos de Vicentin: la cerealera Buyatti otra vez en problemas y peligran 100 puestos laborales

Apellidos ligados y empleados perjudicados. El gremio Soeme anunció este jueves un plan de lucha y acusó a la empresa de amenazar con el cierre de la planta de Puerto General San Martín como "apriete". El contrato de fasón con el grupo en concurso de acreedores vence a fin de año

La cerealera Buyatti fue una de las primeras, desde Puerto General San Martín, en armar lo que es el mayor complejo exportador de granos, aceites y derivados del mundo, y también se caracteriza por la suma de reveses y conflictos laborales que este jueves sumaron otro capítulo con un nuevo ofrecimiento de retiros voluntarios a su casi centenar de trabajadores. La sombra del grupo Vicentin está otra vez presente: es que el 30 de este mes vence el contrato de fasón que el consorcio en concurso de acreedores firmó con Buyatti para procesar en una planta siempre complicada por su ausencia de puerto propio, y no hay expectativas de renovación. El sindicato Soea (Obreros y Empleados Aceiteros) anunció un plan de lucha y acusó a la firma de un «apriete» con la amenaza de cierre de la fábrica.

Los trabajadores de Buyatti atraviesan momentos difíciles. Desde hace tiempo, en función de mantener sus puestos laborales, resignaron parte de sus beneficios y cobran menos que el resto de sus compañeros del sector. El apellido que da nombre a la empresa está ligado al de Vicentin. En 1979, en la conducción de la cerealera de los desmanejos aparecía, junto a la segunda generación de los Nardelli y Padoán, Daniel Buyatti, casado con una Vicentin y con cargo de presidente en el momento de la debacle.

Daniel Buyatti es uno de los directivos que, en junio pasado, fue denunciado por la Inspección General de Personas Jurídicas por presuntos ardides de vaciamiento. “Apenas exteriorizado el estado de cesación de pagos, varios integrantes del directorio comenzaron con febriles movimientos tendientes a la disminución de sus respectivos patrimonios. Así están obrando Daniel Buyatti (presidente), Roberto Vicentín (director titular), Martín Colombo (director titular) y Bettina Padoan (directora suplente). Al menos es lo que se conoce hasta el momento, sin perjuicio de que puede haber más”, señala el texto de la IGPJ mencionando los entonces cargos de los involucrados.

Otra relación de apellidos: Vicentín SAIC y Buyatti SAICA se unieron en la denominación Ríos del Norte SA, que se hizo cargo de la explotación comercial de la terminal de graneles del Puerto Reconquista, sobre la margen del río San Jerónimo, afluente del Paraná, a 380 kilómetros al norte de la capital santafesina. Se trata del segundo puerto que el Estado santafesino transfirió al sector privado en 1998, después del de Rosario.

Buyatti también figura en el entramado de sellos comerciales con los que Vicentin escondía operaciones y se escondía del fisco. Tres de sus ramificaciones en Uruguay, Vicentin Family Group, Industrias Agroalimenticias Latam y VFG Inversiones tenían como representante a María Carolina Buyatti, el mismo apellido que el entonces presidente de Vicentin SAIC, Daniel, que se repite en varios de los directorios de firmas vinculadas.

Los dueños de la planta de Buyatti, que opera desde 1985 y tiene una capacidad de molienda de 3.300 toneladas diarias, no pudieron acceder a un puerto propio en Puerto San Martín y decidieron en 1997 dejar de operarla para, en cambio, ofrecerla en alquiler a terceros. Antes que con Vicentin, habían firmado un convenio de fasón con Molinos Cañuelas para la elaboración de aceite, lecitina y harina de soja. También estuvo cruzado por dificultades y conflictos laborales antes la caída del contrato, en marzo de 2018, cuando la procesadora del cordón industrial presentó un procedimiento de crisis. Estuvo un año parada, hasta que en marzo de 2019 retomó las operaciones de la mano de Vicentin. Con un costo: en el camino, la planta laboral pasó de 125 a 85 empleados al cabo de un plan de retiros voluntarios como el que ahora, de nuevo, plantea la patronal.

Con todo ese historial, Buyatti está otra vez en problemas. Si Vicentin no renueva el fasón, y no aparece otro interesado, el futuro es incierto para sus trabajadores.

 

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