El discurso del martes de la presidenta Cristina Fernández, cuando anunció un aumento del haber jubilatorio y en la ayuda escolar, y además cuestionó a empresarios y sindicalistas, generó ayer el repudio de opositores y la defensa de dirigentes que comulgan con el oficialismo.
El titular de la CGT opositora, Hugo Moyano, consideró que desde el gobierno “están buscando algún chivo expiatorio para poder argumentar su fracaso total” y consideró “lamentable” el reto público de la presidenta al líder de la CGT afín al gobierno, Antonio Caló.
El titular de la UOM había asegurado que “a la gente no le alcanza para comer”, pero el martes la jefa del Estado salió al cruce: “Yo no creo que sea así, Antonio, no hay trabajadores que se mueran de hambre”.
El líder camionero consideró que el “mensaje es para todos” los sindicalistas para “frenar que los gremios reclamen de acuerdo a la inflación que ha habido”. “Cuando hay una situación de éstas, hay toda clase de especulaciones. Una de ellas es que están buscando algún chivo expiatorio para poder argumentar su fracaso total que han tenido en los últimos tiempos; si no, no se justifica”, evaluó el camionero.
“Esto demuestra claramente que, a lo mejor, está buscando la forma de provocar algo como para justificar su salida “, amplió.
En tanto, el líder de la CTA oficialista, Hugo Yasky, elogió ayer a Caló, a quien calificó de “buen dirigente sindical” y afirmó que, con relación a las paritarias y la inflación, se siente más cerca de él que de la presidenta Cristina Kirchner.
“Por supuesto, de Caló”, respondió Yasky en un diálogo con radio La Red, después de que le preguntaran si se sentía más cerca del reclamo del dirigente sindical o de Cristina Kirchner. Al respecto, Yasky señaló: “Por ahí yo no hubiera empleado la frase de Caló, pero es la tarea que tiene el dirigente sindical. La presidenta lo tiene que entender así. Así como ella tiene la tarea de gobernar, el dirigente sindical tiene la tarea de expresar la demanda de los trabajadores que representa”.
Por su parte, el secretario general de la Uocra, Gerardo Martínez, sostuvo ayer que la presidenta busca “nuevas fórmulas para atender y garantizar el empleo y el salario de los trabajadores y los ciudadanos argentinos”. También ponderó el presupuesto destinado a la obra pública, y dijo que eso demuestra que hay “una presidenta que no se queda con los brazos cruzados”.
“Los reta a todos”
Por el lado de la dirigencia política, el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, afirmó ayer que Cristina Kirchner “reta a todos” los sectores que participaron del anunció de un nuevo aumento para los jubilados.
“Rompió los únicos puentes que le quedaban. Invita a los sindicalistas amigos del gobierno (en alusión a Antonio Caló y Hugo Yasky), los que están bancándolo, los que no le hacen paro, como en otras épocas a otros gobiernos, y los sienta en la primera fila para retarlos”, sostuvo el senador.
“En vez de sumarlos a una tarea, que no es menor, que es volver a la normalidad en este país, reta a los sindicalistas amigos, reta a los enemigos, reta a los opositores, reta a los empresarios, reta a todo el mundo. Y así el gobierno termina aislándose”, agregó Sanz.
Para la diputada de Unen Elisa Carrió, “a la gente jubilada no le alcanza para comer”. “Es cierto lo que dice Caló y es mentira lo que dice la presidenta y si no –desafió– que vaya, coma y pague las expensas con esos ingresos y, sobre todo, los medicamentos, (cuyos precios) se han duplicado”.
“La presidenta cada seis meses anuncia la suba a los jubilados como si ella aumentara lo que marca la ley; anuncia como un aumento lo que en realidad es un ajuste”, aseguró.
Por el lado del oficialismo, el senador Aníbal Fernández sostuvo que el discurso de Cristina no apuntó contra los empresarios en general sino “contra aquellos que se pasan de vivos” y afirmó que si durante 10 años “el país apostó a la industria nacional, se espera reciprocidad”.
A su vez, consideró que “el país creyó en ellos (por los empresarios), cuando se establecieron subsidios a la energía, la flotación administrada”, y por ello se espera que “con todo lo que ganaron” inviertan en “ampliar la capacidad productiva”.
Paños fríos de Capitanich
El jefe de Gabinete Jorge Capitanich, negó ayer una ruptura entre el gobierno nacional y los gremios, al tiempo que recordó que los sindicalistas pudieron aumentar el número de afiliados gracias a las políticas oficiales. “Todos opinan en Argentina, los empresarios critican, los comerciantes critican, los sindicalistas emiten opiniones y critican, pero no podemos tomar cada crítica como una ruptura porque es parte del ejercicio democrático”, señaló en conferencia de prensa.
Precisó que “lo importante es que actores sindicales deben reconocer que los gremios tuvieron un incremento muy fuerte de afiliados porque la política económica permitió un crecimiento del sector, por ejemplo el automotriz”.
Tras hacer referencia a la Unión Obrera Metalúrgica –liderada por Antonio Caló y que recientemente reclamara por la recuperación del poder adquisitivo–, como otro de los gremios favorecidos, incluyó a empresarios y trabajadores entre los beneficiados. “Muchos empresarios obtuvieron rentabilidad y pudieron reinvertir por una política económica que incrementó el consumo, y lo mismo ocurre con los trabajadores que tuvieron oportunidad de obtener mejor empleo y salario por medio de las paritarias”, añadió.
Por último, indicó: “La responsabilidad colectiva consiste en tener conducta razonable que permita a empresarios mantener el mercado interno y a trabajadores defender sus trabajos y potenciar calidad de empleo y salarios”.