El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, redujo el domingo los precios de los combustibles, principal reclamo de las manifestaciones indígenas que sacuden al país hace 15 días con un balance provisional de cinco muertos y que originaron un debate parlamentario sobre su posible destitución.
Aunque en un porcentaje menor al que piden miles de ciudadanos por el alto costo de vida, el mandatario de derecha cedió a una reducción de 10 centavos de dólar que deja el precio del diésel en 1,80 dólares y el de la gasolina corriente en 2,45, reseñaron las agencias de noticias AFP y Sputnik.
Los indígenas exigen bajar las cotizaciones a 1,50 y 2,10 dólares respectivamente.
Los cortes de ruta y la toma de más de mil pozos en medio del estallido tienen en jaque al petróleo, principal rubro de exportación del país.
Si las protestas continúan, el país podría dejar de producir crudo en las próximas 48 horas, de acuerdo con el Gobierno.
Mientras tanto, por segundo día consecutivo, el Congreso debatió la posibilidad de destituir a Lasso, al que un sector de la oposición considera el responsable de la «grave crisis política y conmoción interna» que golpea al país desde el 13 de junio, con manifestaciones y bloqueos casi diarios.
Luego de siete horas de deliberaciones la sesión fue aplazada este lunes para el martes a las 11, ya que quedaron pendientes 20 diputados por hablar del total de 84 inscriptos.
La bancada de Unión por la Esperanza, afín al expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), convocó al debate contra Lasso, quien ve en la presión social una intentona golpista.
La destitución del mandatario requiere 92 de los 137 votos posibles en el Congreso, donde la oposición tiene mayoría, aunque está fragmentada.
Cuando concluyan los debates, los diputados tendrán un máximo de 72 horas para votar.
De aprobarse la destitución, lo cual parece improbable, el poder lo asumirá el vicepresidente Alfredo Borrero, y se llamará a elecciones presidenciales y legislativas para el resto del período (hasta 2025).
Al frente de las protestas, en las que han muerto cinco manifestantes y se cuentan cientos de heridos entre uniformados y aborígenes, está la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
Lasso culpa del caos al presidente de esta organización, Leonidas Iza.
«Aquí no hay un luchador social, aquí hay un anarquista (…) que quiere derrocar un gobierno», aseveró el gobernante a la cadena de televisión CNN.
Unos 14.000 indígenas protestan en Ecuador para exigir alivios que amortigüen la pobreza en sus territorios agrícolas.
Aunque en su mayoría las protestas han sido pacíficas, las jornadas del jueves y viernes se tornaron violentas en Quito. Los enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública se avivaron con la represión policial.
Al respecto, una misión de solidaridad y derechos humanos argentina difundió este lunes un reporte en el que dio por acreditado el «asesinato» de un manifestante el pasado jueves, en choques con las fuerzas de seguridad frente al parlamento.
Se trata de Franco Eduardo Iñigues Camacho, de 36 años, quien era padre de dos hijos, desempleado, de acuerdo con el reporte de la misión, integrada por dirigentes de derechos humanos y sociales argentinos.
Otras organizaciones internacionales y de derechos humanos claman por un cese de la violencia.
Este domingo el papa Francisco llamó al «diálogo» y a «la paz social». «Animo a todas las partes a abandonar la violencia y las posiciones extremas», escribió en Twitter.
En paralelo, cientos de manifestantes salieron a las calles de Quito en rechazo a las protestas indígenas, con banderas blancas y en caravanas de automóviles.