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Ecuador cambia de raíz su educación superior

El sistema de becas en el extranjero y la creación de universidades durante los gobiernos de Correa marcaron un quiebre.

Ecuador apuesta por una “revolución” en la educación superior con un intenso programa de becas de pregrado y de posgrado en el exterior para estudiantes de escasos recursos, la creación de cuatro nuevas instituciones especializadas y una depuración de los centros de tercer nivel.

Desde 2007, un total de 8.860 jóvenes han obtenido becas del Estado para estudiar en el extranjero. Fernando Rivas, de 28 años, es uno de ellos. “La vida en Europa es muy cara, sin considerar el pago de estudios. Me costaba 20.000 dólares por año, y en mi familia no disponemos de esos recursos”, dijo a la agencia de noticias AFP este quiteño, que contó que al enterarse de que había ganado una beca para estudiar en la Universidad Politécnica de Valencia (España) dio saltos de emoción.

Rivas hizo en dos años una maestría en biotecnología y en 2013 retornó a su país para retribuir lo que había recibido, esta vez como catedrático durante el doble del tiempo de la beca. Este ingeniero ya planea hacer maletas para un doctorado bajo el mismo sistema.

Ecuador tiene 2,31 becarios por cada 10.000 habitantes, dijo el presidente socialista Rafael Correa hace poco. En el mundo, “solo nos ganan Alemania y Dinamarca”, apuntó.

Otro paso de la “revolución educativa” fue la clausura, en 2012, de 14 instituciones privadas llamadas por el gobierno “de garaje”, luego de una evaluación a cerca de 70 centros.

El proceso de depuración de centros universitarios se mantiene como una política permanente.

Asimismo, el gobierno de Correa se fijó como meta fortalecer la oferta de institutos técnicos, que hasta 2017 sumarán 40 para acoger a 100.000 estudiantes.

“Somos el país con mayor inversión pública de la región y, sin embargo, tenemos que importar talento humano porque no tenemos esos técnicos”, dijo a la AFP el secretario (ministro) de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, René Ramírez.
El ministro señaló que desde 2007, cuando asumió Correa por primera vez, Ecuador incrementó la inversión en el sistema universitario de 1,1 por ciento a 2,1 por ciento del PIB.

El gobierno de Correa heredó un sistema universitario que, pese a ser estatal, cobraba. Según Ramírez, había un “proceso de elitización” en las universidades oficiales por lo que marcó como hito el establecimiento, en 2008, de la gratuidad en la educación superior.

Esta decisión incrementó la matrícula de alumnos pobres en universidades de 11 por ciento a 20 por ciento entre 2006 y 2013. En ese mismo periodo, la asistencia de indígenas a los centros educativos aumentó de 9,5 a 17,5 por ciento, y la de afroecuatorianos de 14,1 a 25,5 por ciento. .

“Un sueño de muchos”

El aumento de la inversión se refleja en la creación de cuatro nuevas universidades: la de Educación, la amazónica Ikiam (cuyo nombre significa selva en el idioma indígena shuar), la de Artes y la Yachay (conocimiento, en lengua quichua).

Esta última ha sido catalogada como la Silicon Valley ecuatoriana por su orientación hacia la investigación científica y fomento de industrias.

Yachay, ubicada en lo que era una hacienda en la provincia andina de Imbabura (norte), es la insignia de la nueva educación superior. Desde marzo funciona para las áreas de Biomedicina, Petroquímica, Nanotecnología, Emprendimiento, Informática y Geología.

En el futuro, esta universidad estará vinculada a once institutos de investigación que conformarán parques científicos y tecno-industriales, que se construyen a su alrededor.

“Es la primera vez que se crea en Latinoamérica una universidad en la que el 97 por ciento de estudiantes y el 100 por ciento de profesores no proceden de 20 kilómetros a la redonda”, afirmó el rector de Yachay, el español Fernando Albericio, añadiendo que una de las metas es ayudar a cambiar la línea de producción nacional.

Yachay, con docentes extranjeros, alberga a 169 jóvenes. Emil Vega, de 20 años, es oriundo de la localidad costera de El Guabo (suroeste y cercana a la frontera con Perú) y el primero de su familia de campesinos en acceder a la universidad. “Muchos de nosotros, si no fuera por las becas, no estaríamos estudiando. Yachay es un sueño de muchos”, dijo Vega.

Vega aspira a ser ingeniero en energías renovables y continuar su formación en el extranjero con más ayuda estatal.

Albericio indicó que para 2015 se prevé abrir maestrías en energías sustentables, nanotecnología y química orgánica y farmacéutica, con la colaboración de la Universidad de Barcelona.

Con 16 millones de habitantes, Ecuador, que en marzo pasado registró una pobreza de 24,6 por ciento, tenía un analfabetismo de 6,8 por ciento en 2010 (último censo), según cifras oficiales.

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