Ecuador dijo hoy estar dispuesto a negociar con el Reino Unido una salida a la crisis diplomática por el asilo a Julian Assange siempre y cuando las autoridades británicas dejen sin efecto la amenaza de irrumpir en su embajada en Londres para detener al fundador de Wikileaks.
En Londres, las autoridades británicas insistieron en que no permitirán que Assange salga del país porque deben extraditarlo a Suecia, aunque también manifestaron su voluntad a buscar una «solución diplomática» a la situación legal y jurídica del ciberactivista australiano y a la disputa con Ecuador.
En mayo pasado, luego de una larga batalla legal, la Corte Suprema de Justicia británica habilitó la extradición de Assange a Suecia, donde una fiscal emitió una orden de arresto en su contra para interrogarlo por denuncias de inconducta sexual presentadas en su contra por dos mujeres que conoció en Estocolmo.
Pero Assange, que niega las acusaciones y dice que están políticamente motivadas, violó el arresto domiciliario de que gozaba en el Reino Unido mientras se resolvía su extradición, se refugió en la embajada de Ecuador en Londres el 19 de junio y solicitó asilo, beneficio que se le concedió la semana pasada.
Además de responder que no dará un salvoconducto para que el ex hacker pueda viajar a Ecuador, el gobierno británico dijo que lo detendrá si sale de la embajada, en la que incluso amenazó con irrumpir para arrestarlo.
Assange, de 41 años, afirma que Suecia planea entregarlo a Estados Unidos, donde teme ser juzgado y condenado por haber publicado en 2010, desde Wikileaks, cientos de miles de documentos confidenciales del gobierno norteamericano, una acción que le valió fama mundial pero que molestó sobremanera a Washington.
Luego de días de tensión bilateral, el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, dijo hoy que Quito está dispuesto a conversar con Londres. «Preferimos seguir trabajando con Gran Bretaña», dijo el canciller al canal de TV ecuatoriano Gama.
«Dirigirnos ala Corte Internacional de Justicia de la Haya sería el camino a tomar luego de eso», agregó, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Como el tribunal de La Haya podría tardar años en alcanzar una decisión, «preferimos que este asunto se resuelva antes de que pasen algunos años», señaló Patiño.
Ecuador reaccionó con sumo malestar la semana pasada cuando Londres advirtió que podía reflotar una ley poco usada de 1987 para levantar la inmunidad de su embajada e ingresar para detener a Assange.
Antes de que puedan comenzar las conversaciones, «esperamos que nos digan oficialmente que la amenaza ya no está en efecto, porque actualmente está en efecto».
El Reino Unido dice que nunca profirió una «amenaza» de irrumpir en la embajada y que sólo comunicó al Ecuador sobre la existencia de esa ley.
Ayer, Assange realizó una aparición desde un balcón de la embajada y acusó a Estados Unidos de llevar adelante una «caza de brujas» contra él y su portal Wikileaks, aunque ahorró críticas contra Londres.
«Bajo nuestra legislación, habiendo agotado todas las opciones de apelación, estamos obligados a extraditarlo a Suecia. Es nuestra intención cumplir esa obligación», dijo hoy el portavoz del primer ministro británico, David Cameron, en un comunicado.
El abogado de Assange, el jurista español Baltasar Garzón, dijo ayer frente a la legación ecuatoriana en Londres que su cliente no rehuye a la Justicia sino que exige «garantías mínimas» para responder ante las autoridades suecas, y pide al Reino Unido que le facilite un salvoconducto.
En este contexto, los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), reunidos de emergencia en Guayaquil, respaldaron ayer a Ecuador ante las amenazas del Reino Unido de irrumpir en su embajada en Londres para detener a Assange y «repudiaron y condenaron» la actitud británica.
La cita de la Unasur llegó horas después de otra realizada el sábado también en Guayaquil en la que ministros de Relaciones Exteriores de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) repudiaron el «acto de intimidación» británico respecto de Ecuador.
El Alba también pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA), que esta semana celebrará una reunión de urgencia de cancilleres en Washington para discutir el caso, que insista en los tratados relativos al estatus especial de las delegaciones diplomáticas en todo el mundo.