Tras retomar la discusión en la tarde de ayer y después de discutir desde la mañana hasta el mediodía, la comisión de Presupuesto y Hacienda del Concejo resolvió pasar a un nuevo cuarto intermedio hasta la tarde de hoy para continuar el debate de la ley de leyes: el presupuesto 2013. Está claro que el proyecto que giró el Ejecutivo va a tener no pocas modificaciones, pero los ediles no llegaron todavía a un consenso sobre cuáles y con qué alcance, por lo que –según quién lo diga– hay tantas posibilidades de que las cuentas tengan hoy dictamen, como de que no. La cuestión no es menor: en rigor, el oficialismo y aliados tienen los votos suficientes para aprobar el despacho en comisión, pero si éste llega al recinto sin consenso, lo más probable es que vaya derecho al naufragio. Así que la idea es acercar posiciones, en particular con el PRO –una bancada de cuatro ediles– y con el ex intendente Héctor Cavallero, que integra una suerte de interbloque de seis.
Encabezada por el titular de la comisión, Oscar Greppi, de la Coalición Cívica-ARI; la reunión de ayer tuvo asistencia perfecta: participaron los ediles Viviana Foresi y Manuel Sciutto, del bloque Socialista; Daniela León, de la Unión Cívica Radical; Roberto Bruera, del Partido Demócrata Progresista; Alejandro Rosselló y Rodrigo López Molina, del PRO, y Cavallero, del Partido del Progreso Social.
Desde el vamos apareció una de las principales distancias que es el largo y constante reclamo del ex jefe del Palacio de los Leones de constituir dentro del presupuesto fondos intangibles y específicos para cloacas y pavimento. “En 2011 se hizo pavimento definitivo en 10 cuadras; y este año, en ninguna. Y faltan pavimentar en la ciudad 1.469 cuadras”, remarcó Cavallero a este diario. Para el edil, es una prueba irrefutable de que sin un fondo de asignación específica no se puede avanzar ni en pavimento ni en cloacas ni en otras obras que por su alcance deben ser “política de Estado” y trascender partidos y administraciones.
Ante ello la concejala León y su par Bruera avanzaron en una idea: constituir fideicomisos para ambas obras, lo que abre la posibilidad de captar otros flujos. “Y fideliza los fondos con su destino”, marcó León a El Ciudadano. Cavallero objetó que un instrumento así deja la obra pública en manos del Banco Municipal –ya que este será el agente administrador– “y puede terminar rematándole la casa a alguien que, porque le cambió la situación, no pudo pagar más”. Y volvió a la carga esgrimiendo la normativa vigente, que establece que un 12,76 por ciento de la recaudación por TGI debe ir para obras cloacales “y no puede tener otro destino”.
La radical León, empero, guardó una carta: que un 30 por ciento del Fondo Federal Solidario, más llamado “fondo sojero” se destine por normativa al fideicomiso existente para cloacas; y que otro 30 por ciento, por una vía “que puede tener otro formato”, para pavimento. La idea puede animar la discusión de hoy, aunque el ex intendente insiste en que “en dos años no se llamó a ninguna licitación” por obras cloacales y “en tres años no se terminaron las cloacas en los cuatro barrios en que se están haciendo”. Por esa vía, el consenso parece difícil. “Está muy inflexible”, dijo Greppi sobre Cavallero, pese a que es evidente y mutuo el respeto que se profesan.
Por el camino del PRO, en tanto, hay menos piedras. Sobre el final de la reunión de ayer el edil Roselló hizo una propuesta que aunque “en lugar de sumar fondos los resta”, no fue mal recibida en el oficialismo: morigerar el aumento del Drei del 25 al 15 por ciento para los comerciantes más chicos, los que pagan el mínimo en el Régimen General y las categorías 3 y 4 en el Régimen Simplificado. “Queremos aliviar a un sector que es generador de empleo y que sabemos que le cuesta”, sintetizó el autor a este diario. La modificación beneficiaría a unas 9 mil cuentas, con un impacto de unos 2 millones de pesos: tanto Greppi como León consideraron que “no es un gran esfuerzo”. Eso sí: hoy su compañero de bancada López Molina llevará a la comisión otra propuesta, que también modifica el proyecto oficial de presupuesto y que deberá ser discutida.
Con todo, si bien una segunda permeabilidad hacia el PRO asegura al socialismo los votos necesarios para aprobar el presupuesto, la intención –y tanto del oficialismo como de la oposición– es llegar a consenso: es tradición política en los distintas fuerzas y niveles del Estado reconocer al presupuesto como un instrumento del Ejecutivo, al que no se debe bloquear. Y en el Concejo la idea también prima, aunque sujeta quienes quieren apurar al máximo y los que prefieren esperar. Hoy se definirá.