En ese contexto, la ilusión de que Vilas sea reconocido como el número uno del tenis mundial llegó al gigante del streaming a través de Serás lo que debas ser o no serás nada, propuesta dirigida por Matías Gueilburt (Francisco, el jesuita) de la que Puppo es el autor intelectual y que refleja la lucha del tenista marplatense para que el organismo rector del tenis mundial «le restituya» lo que nunca debió haberle quitado.
«Que Vilas no sea reconocido como el número uno es la mayor injusticia dentro del deporte profesional. Mi pedido apunta a una restitución, no quiero que le regalen el trofeo o lo nombren el empleado del mes, sino que busco una restitución, algo que le fue quitado sin llegar a dárselo, que le está faltando por fallas operativas», enfatizó Puppo, de 63 años, en una entrevista que concedió a la agencia de noticias Télam.
El periodista realizó una investigación en la que revisó mas de 26 mil resultados de 542 torneos y revela por qué Vilas fue un número uno aunque no haya sido reconocido por el organismo oficial, tomando en cuenta cinco semanas desde el 22 de septiembre de 1975 y las primeras dos semanas de 1976, época en la que la ATP no publicó los rankings y mantuvo como líder al estadounidense Jimmy Connors, pese a que existen pruebas concretas en contra.
«Vilas es un número uno invisible para el mundo del deporte. Soy un apasionado en mis investigaciones y sabía que rastrear en rankings y estadísticas de torneos era un objetivo muy complejo e impredecible, pero nunca pensé que me iba a llevar 13 años de mi vida», añadió el periodista nacido en San Isidro y con una vasta trayectoria en la que sobresale la cobertura de más de 50 torneos de Grand Slam y más de 80 series de Copa Davis.
«Comencé a investigar en 2007, por un interés periodístico. Me di cuenta que en 1975 por esa diferencia ínfima podría haber sido el año en que estuvo mejor. Tardé mucho en conseguir los resultados porque no estaban en la base de datos y tuve que investigar, en principio no me pareció conveniente ni lógico avisarle a Vilas porque no sabía cuál sería el final», recordó Puppo.
Junto con el matemático rumano Marian Ciulpan, Puppo entregó un detallado informe con más de 1.200 hojas sobre el período 1973-78, en el que se llega a la conclusión de que el tenista marplatense tenía los puntos y el promedio necesarios para ser el número uno durante cinco semanas en 1975 y dos semanas más en 1976. Esa investigación no fue desmentida jamás por la ATP, que igualmente no lo reconoció con el argumento de que fue en un intervalo en el cual el ranking no había sido publicado.
La investigación de Puppo puso en evidencia numerosos errores y omisiones en las estadísticas de la ATP, mientras que Vilas se quejó en reiteradas ocasiones por no haber tenido acceso a los récords oficiales en poder del organismo.
«Vilas tiene una personalidad compleja, es difícil llegarle y por supuesto no fue fácil ganarme su confianza. Lo entrevisté por primera vez en 1981 cuando era número dos del mundo y la relación entre ambos fue creciendo en paralelo con esta investigación. Hemos llorado juntos en algunas de las 96 veces que lo visité en su casa para que me aportara el material necesario para el reclamo, su ilusión me sensibilizó», confesó Puppo.
Guillermo Vilas, de 68 años, reside actualmente en Montecarlo desde finales de 2016 junto a su esposa, la tailandesa Phiangphathu Khumueang, y sus cuatro hijos, Andanin, Intila, Lalindao y Guillermo, mientras la investigación de su caso sigue en otra etapa de estudio en los escritorios de la ATP.
«Que esto haya llegado a Netflix, que tiene 193 millones de abonados, es muy importante, le da una exposición de una gran magnitud. No tenía previsto hacer un documental, pero entendí que la propuesta y la importancia de la búsqueda será conocida por un número mayor de personas. No me correré del camino hasta que la ATP me confirme que están mal los datos que presenté o elabore un informe científico y matemático que acredite que la investigación está mal hecha», concluyó Puppo.