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Educación a distancia como sistema de atención primaria

Adrián Márquez, docente en Análisis de Sistemas por Computación, explica los alcances de “una educación sin escuelas”.

La educación plantea desafíos permanentes hasta puede poner en tensión la propia escolarización. Tal es el caso de la Educación a Distancia (EaD) que sostiene una “educación sin escuelas”, que en su expresión extrema, las denominadas homeschool, pone en manos de los padres la formación académica de sus hijos.

Desde sus inicios la EaD ha planteado serios debates, principalmente, los vinculados a la educación primaria y secundaria, que en principio estaban referenciadas a estudiantes que no podían asistir a la escuela por enfermedad, discapacidad, etc. y que actualmente se amplió a niños cuyos padres no quieren que sus hijos reciban clases en una institución educativa. Estas opciones son resistidas por quienes sostienen lo vincular como base de todas relaciones interpersonales.

“Una parte del aprendizaje de la escuela es el aprendizaje de estar en la escuela, de ser alumno y aprender en determinadas condiciones: tener un aula, estar sentado en determinado lugar y que ese lugar nos sea familiar. Que el estudiante tenga un lugar de paridad con respecto a la autoridad, y que esa autoridad no tenga al mismo tiempo un rol familiar. Ese aprendizaje social te lo da solamente la escuela” sostiene la psicopedagoga Gabriela Valiño. Desde esta definición la escuela es mucho más que el desarrollo de contenidos curriculares, es una manera de ser en un contexto histórico, grupal y social.

Otro aspecto de la educación a distancia está sostenido por la inclusión de los alumnos, que por distintos motivos, quedaron afuera del sistema escolar. En este debate, se abre camino la educación a distancia, impulsada principalmente por el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Adrián Márquez es analista de sistemas, especializado en gestión de entornos de Educación a Distancia y en tutorías en sistema de formación y capacitación a distancia para adultos. Es profesor de Análisis de Sistemas por Computación en la carrera de Analista de Sistema en el Instituto Superior de Comercio Nº 49 Cap. Gral. J. J. de Urquiza, del cual además es regente.

“La Educación a Distancia con la cual trabajamos está dirigida al sector etáreo que ha quedado afuera del sistema tradicional. Este sector está integrado por los adultos que, por cuestiones de tiempo, no se pueden encuadrar en las estructuras horarias que plantea la educación tradicional. La Educación a Distancia está asociada, generalmente, al adulto que trabaja” sostiene Márquez.

—¿Qué sostiene el paradigma de la educación a distancia?

—En primer lugar podríamos decir que la educación a distancia es una capacitación donde el alumno está convocado al autoestudio. Ésta es una definición central a la que hay que estar muy atentos porque se puede generar lo que se conoce como ‘soledad del alumno’, en este sentido, es muy importante que el proyecto educativo esté solidamente armado para evitar la deserción del estudiante. Otro aspecto de este paradigma es el trabajo colaborativo que plantea el sistema, que es muy distinto al que se expresa en la educación tradicional. Aquí no hay un docente, un director o un preceptor sino que el alumno está asociado a un equipo multidisciplinar donde todos los implicados en el proceso educativo desarrollan roles docentes. La definición del espacio físico es muy distinta a la que se plantea en la educación tradicional, mientras que en ésta queda claramente circunscripto al aula, en la EaD no hay un lugar de encuentro específico sino una ‘conexión’ específica. Otro aspecto es el tiempo de estudio, que el alumno distribuye de manera especial según sus requerimientos. Si bien esto puede parecer caótico, muchas plataformas web funcionan con horarios preestablecidos por que no se puede presentar un proyecto que no sea planificado en sus tiempos. Por último, señalaría la heterogeneidad del alumno que es algo común tanto en la educación tradicional como a distancia.

—¿Como se capacita el personal para éstos proyectos?

—Este es un punto crítico, ningún sistema educativo dentro del país y en particular en la provincia de Santa Fe, abordan la capacitación de profesionales en este rubro. En los diseños curriculares del profesorado, hay algo de educación a distancia pero está tomado como una alternativa más de capacitación. No se profundizan ni generan profesores o tutores o equipos multidisciplinares con una capacitación específica. Esto determina que a la hora de crear proyectos de este tipo, estén establecidos todos los roles menos el de docente. Resolver esto nos permitiría aplicar los conceptos docentes a la especificidad de los sistemas de EaD. Por ejemplo, los materiales de estudio, centro de toda educación a distancia, son adaptaciones de los aplicados a la educación tradicional, cuando en la EaD la elaboración del material implica un modelo distinto llamado ‘Modelo mediado didáctico’ que son realizados por expertos. Por ejemplo, las ilustraciones no deben tener más del 40 por ciento de la publicación, un texto tiene que ser específico y no contener más de 20 o 25 páginas porque ese texto actúa como mediador entre el profesor y el alumno. La educación a distancia no es impartir conocimientos tradicionales mediados por la tecnología, sino la elaboración de un nuevo paradigma de aprendizaje.

—¿Cuáles son las funciones básicas de un tutor?

—El tutor en la EaD debe tener conocimientos generales de la disciplina que estudia el alumno. Lleva una ficha y hace un seguimiento específico por cada estudiante, de esta manera, logra una atención personalizada que le impide tener a cargo más de diez alumnos. El seguimiento es continuo, cualquier actividad, cualquier evaluación que el alumno envíe debe ser calificada en no menos de 24 horas El estudiante debe tener un diálogo continuo con su tutor sea, en tiempo real (llamada telefónica) o en tiempo diferido. La espera de más de 24 horas genera un caos en su concepción de alumno virtual. Para el seguimiento tutorial existe gran cantidad de herramienta que han sido probadas con las que, no sólo se evalúa al alumno en cuanto a sus capacidades, sino también lo emocional. De la figura del tutor depende prácticamente el sostén del estudiante, por eso este profesional debe tener cuatro cualidades básicas: honestidad, cordialidad, capacidad de aceptación y empatía. El escenario socio-educativo que se presenta hoy en día en nuestro país y especialmente en nuestra provincia genera nuevos desafíos en cuanto a metodologías de aprendizaje y de generación de conocimiento. Alumnos en situación laboral con horarios discontinuos o bajo modalidad freelance, migración hacia las metrópolis por no contar en su propia región con carreras que contemplen su vocación, instituciones educativas sin recursos para atender diseños de programas de inclusión y de atención a la diversidad, son algunos de los tantos desafíos con los que nos encontramos a diario desde y hacia dentro del sistema educativo. Es entonces donde la EaD puede insertarse como sistema de atención primaria. La oportunidad de generar entornos educativos que permitan atender la multiplicidad de casos que se presentan bajo estas políticas marcan un antes y un después en nuestra provincia y contribuyen a una reparación histórica de nuestro sistema educativo. Es acá justamente, donde la EaD debería estar contemplada, normada y preparada para ser puesta en marcha como un eje más dentro del plan de educación.

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