El presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, volvió a reunirse ayer con sus principales asesores militares para ultimar los detalles de la intervención contra Siria, y anticipó en unas breves declaraciones a la prensa que “en ningún caso habrá tropas sobre el terreno”. “Será un acto limitado, reducido a la respuesta que se quiere dar”, detalló. Poco antes, el secretario de Estado, John Kerry, aseguró disponer de claras pruebas sobre el ataque con armas químicas por parte del gobierno sirio y denostó a los expertos de la ONU que hoy deberían concluir su informe en el lugar de la presunta masacre. Obama insistió en la acusación sobre Damasco y dijo que plantea “un desafío al mundo”. “Y el mundo tiene la obligación de responder”, sentenció.
Según Kerry, Estados Unidos tiene fotos, vídeos, imágenes de satélite, declaraciones de testigos, informes médicos y de organizaciones no gubernamentales, datos de servicios de espionaje –algunas de las cuales no pueden ser expuestas al público por razones de seguridad–, que “demuestran con alta confianza que el gobierno sirio perpetró el ataque contra elementos de la oposición en las afueras de Damasco el 21 de agosto”.
El informe elaborado por la inteligencia de Estados Unidos sostiene que “1.429 personas resultaron muertas (…) incluyendo por lo menos a 426 niños”. La Casa Blanca facilitó después un mapa en el que se detallaron con su nombre esos lugares. Kerry insistió en que estas pruebas han sido minuciosamente analizadas por los servicios de inteligencia hasta tener la seguridad de que no existe posibilidad de error.
“Se ha hecho así”, dijo, “conscientes de la experiencia de Irak”. “No repetiremos ese momento”, garantizó.
Además, denostó de antemano el informe que los expertos de la ONU tienen que concluir hoy en el lugar de los hechos ya que no pueden aportar, según dijo, “nada que no sepamos ya”.
Por su lado, Obama declaró que hubiera preferido una actuación con mayor respaldo internacional, pero que “el Consejo de Seguridad de la ONU se ha mostrado impotente para reaccionar”. Cabe recordar que la negativa de Moscú y Pekín impidió consensuar una acción armada avalada por el organismo internacional, por lo que Washington lo hará por iniciativa propia.
