Si bien el presidente estadounidense, Barack Hussein Obama, logró sobre la hora evitar al país la cesación de pagos, perdió la confianza de sus bases, que lo acusan de capitular ante los conservadores cuando se acerca la presidencial de 2012, comentaron ayer analistas, según la agencia AFP. Por otro lado, la extensión del techo de deuda no devolvió la confianza a los inversores y las bolsas neoyorquinas se afianzaron en terreno negativo.
Obama y sus aliados demócratas del Congreso “fueron revolcados en harina” por sus opositores republicanos con el acuerdo sobre la deuda cerrado la noche del domingo y, finalmente, aprobado ayer, aseguró Dante Scala, profesor de Ciencias Políticas enla Universidadde New Hampshire (noreste de Estados Unidos). “En el corto plazo, el presidente ha recibido un golpe” y aunque se evitó una potencial moratoria de pago catastrófica, “él perdió esa batalla”, añadió, consultado porla AFP.
En tanto, Obama despertó la ira del sector más a la izquierda del Partido Demócrata, que lo acusa de haber renunciado a poner fin a las exenciones fiscales para los más ricos, medida que los demócratas defendían arduamente para equilibrar los recortes presupuestarios.
El acuerdo final sobre la ampliación del límite de la deuda, votado enla Cámarade Representantes el lunes pasado y en el Senado ayer, prevé recortes en el presupuesto de 2,1 billones de dólares durante diez años sin aumentos de impuestos de ningún tipo.
Las críticas siguen siendo fuertes en este punto, a pesar de que el presidente consiguió de sus opositores que el techo de la deuda se elevara lo suficiente como para llegar hasta el final de 2012 y para que los programas sociales como Medicare, dirigido a los ancianos, no se vieran afectados.
Estos dos últimos aspectos del acuerdo también han sido fuertemente criticados por los republicanos más conservadores. Según los analistas, algo que también afectó a Obama fue el espectáculo que mostraron ambos partidos al no conseguir ponerse de acuerdo sobre la deuda, agitando la amenaza de un incumplimiento de pagos de la primera potencia económica mundial.
En el medio, el presidente sólo logró convencer al Congreso para llegar a un acuerdo en el último minuto, después de semanas de estancamiento que llevaron a las agencias de calificación a amenazar a Estados Unidos con reducir su calificación financiera.
The New York Times criticó al presidente su “capitulación casi total” ante los conservadores, mientras que el premio Nobel de Economía Paul Krugman dijo que Obama ya había cedido ante los republicanos en diciembre, con el compromiso de extensión de las exenciones fiscales de la era Bush y de nuevo en la primavera (boreal) para evitar una paralización del gobierno.
Así las cosas, la popularidad del presidente Obama cayó a 40 por ciento, según el último sondeo de Gallup, mientras que la del Congreso es aún más baja. La capacidad del presidente para “hacer aprobar en el Congreso una ley que defiende se ha visto profundamente afectada”, dijo, por su parte, Peter Kastor, profesor dela Universidadde Washington en Saint Louis, Misuri.
Obama asumió la presidencia en 2008 con un Congreso en manos de los demócratas. Sin embargo, en noviembre de 2010, los republicanos recuperaron el control dela Cámarade Representantes con nuevos legisladores entre sus filas provenientes del ultraconservador Tea Party, llamando a drásticos recortes en el gasto público y a desterrar todas las formas de impuestos. Episodios como las negociaciones de la deuda “pueden destruir una presidencia”, resaltó Kastor.