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Al menos tres personas murieron en Carolina del Norte (EEUU) a causa del paso del huracán Irene, informaron voceros de los servicios de seguridad de ese estado.
Una persona murió afuera de su casa del condado de Nash aplastado por parte de un árbol arrancado del suelo por los vientos. Otra persona, en el condado de Onslow, murió de un ataque cardíaco mientras colocaba planchas protectoras sobre los vidrios de su casa. Por la tarde, un portavoz de los servicios de seguridad de Carolina del Norte informó que un conductor murió también a causa del paso de la tormenta.
La tormenta con ráfagas de hasta 140 kilómetros por hora causó «graves daños» en las líneas eléctricas y en el suministro de agua, la gobernadora de ese estado, Beverly Perdue.
Según Perdue, todo el este de Carolina del Norte está afectado por «Irene». El canal de televisión ABC informó que se cancelaron más de 24.000 vuelos en Estados Unidos por la tormenta.
El huracán tocó tierra hoy cerca a Cape Lookout en Carolina de Norte. Horas antes el estado ya se había visto afectado por duras precipitaciones y fuertes vientos soplaban sobre el océano.
Mientras, las autoridades ordenaron la inédita evacuación de 250.000 neoyorquinos y decidieron cerrar los aeropuertos John F. Kennedy, LaGuardia y Newark.
El presidente Barack Obama, que exhortó a los estadounidenses a «tomar en serio esta tormenta» cuyas proporciones podrían ser «históricas», interrumpió sus vacaciones en Massachusetts (noreste) y regresó a Washington la noche del viernes, poco antes de la medianoche.
«Insisto en que si se encuentran sobre la trayectoria prevista del huracán, deben tomar precauciones desde ahora. No esperen», dijo el mandatario en una alocución.
A las seis de la mañana (hora argentina), el centro del huracán se encontraba a sólo 55 kilómetros al sur de Cap Lookout, en Carolina del Norte, donde ya se hacían sentir vientos fuertes y lluvias.
Aún bajo los efectos que dejó el huracán Katrina que golpeó duramente a Nueva Orleans en 2005, las autoridades temen que el huracán se acompañe de inundaciones, cortes de energía eléctrica y destrucción.
Los daños podrían alcanzar hasta los 12.000 millones de dólares, según los expertos de Kinetic Analysis, una oficina que desarrolla modelos informáticos sobre los eventuales destrozos provocados por las tormentas.
Desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, las autoridades decretaron el estado de emergencia y lanzaron alertas de huracán, y decenas de miles de personas han recibido la orden de alejarse de las costas.
En Nueva York, el alcalde Michael Bloomberg, quien hizo de esto una «cuestión de vida o muerte», ordenó el viernes la evacuación obligatoria de 250.000 neoyorquinos que habitan en los sectores costeros expuestos, y 750.000 habitantes de Nueva Jersey tuvieron que alejarse de la zona de Cap May.
Como un verdadero «monstruo», Irene tiene un diámetro de 820 km, o sea cerca de un tercio del equivalente del total de la costa este estadounidense (2.675 km), según una estimación de la Nasa realizada a partir de satélites.