Simone Biles, entre otras grandes estrellas de la gimnasia estadounidense, demandarán al FBI y pedirán más de 1.000 millones de dólares por falta de investigación, sumado a daños y prejuicios en la causa por abuso y agresión sexual contra Lawrence Nassar, ex médico de USA Gymnastics.
Las más de 90 demandantes sostienen que el FBI no detuvo en su debido tiempo a Nassar, lo que permitió que el médico del equipo por ese entonces siguiera atacando a más mujeres, un total de 330. Las primeras denuncias comenzaron en 2013, pero nadie de la agencia federal de investigación realizó alguna investigación.
Recién en 2016 la Policía de la Universidad Estatal de Michigan lo detuvo y en julio de 2017, recibió la primera sentencia tras declararse culpable de cargos de pornografía infantil. En 2018 fue condenado entre 60 a 175 años de prisión por siete cargos de agresión sexual de menores y, por último, ese mismo año fue sentenciado a otros 40 a 125 años de prisión después de declararse culpable de tres cargos adicionales de agresión sexual.
En 2015 el FBI recibió las primeras denuncias y allí los agentes procedieron a entrevistar a las deportistas quienes aportaron testimonios detallados. Aun así y pese a la información obtenida, los empleados del organismo no tomaron ninguna medida para intensificar la investigación ni detener a Nassar.
Sumado a ello tampoco notificaron a las fuerzas de seguridad estatales y locales sobre las acusaciones de abuso infantil hechas contra Nassar, lo que demuestra una vez más el mal manejo que tuvieron en torno a los cientos de denuncias.
Ahora la agencia gubernamental tiene hasta seis meses para responder al reclamo de las mujeres: “Después de contar mi historia completa de abuso al FBI en el verano de 2015, el FBI no solo no reportó mi abuso, sino que cuando finalmente documentaron mi reporte 17 meses después, hicieron afirmaciones completamente falsas sobre lo que dije”, denunció Simone Biles en la audiencia.
A su vez la exgimnasta Samantha Roy sacó un comunicado en donde expresa claramente el disgusto que generó en todo el grupo de denunciantes que el FBI les haya dado la espalda: «Si hubieran hecho su trabajo, se habría detenido a Nassar antes de que tuviera la oportunidad de abusar de cientos de chicas, yo incluida».
Después de una larga lucha a fines de 2021 las gimnastas alcanzaron un acuerdo judicial por valor de 380 millones de dólares con la federación y el comité olímpico de EE. UU.
