La vida comienza lentamente a volver a la normalidad en Egipto, tras las celebraciones nocturnas seguidas al anuncio de renuncia del presidente egipcio, Hosni Mubarak, mientras se espera que los militares al mando del país anuncien el siguiente paso en el proceso de democratización.
Civiles y soldados retiraban hoy los controles en las calles alrededor de la plaza Tahrir, el centro de las manifestaciones de las últimas semanas, mientras miles de personas continúan en el lugar, la mayoría limpiando las calles y las áreas verdes.
«Ahora es nuestra oportunidad de tener un papel real en la reconstrucción del país», afirmó Mariam, una estudiante de medicina mientras colaboraba en las tareas de limpieza.
Además, trascendió en los medios locales que miles de personas rezaron juntas esta mañana en un acto festivo en la plaza Tahrir, que ha sido el centro del movimiento democrático durante las 18 jornadas de protestas que culminaron con la dimisión de Mubarak.
Muchos manifestantes esperan declaraciones de la cúpula militar, a la que fue transferido el poder y que dirigirá el plan que debe culminar en la celebración de elecciones libres y el traspaso de poderes a un futuro gobierno democrático.