Los manifestantes que reclamaron durante 18 días la renuncia del ex presidente Hosni Mubarak en Egipto, continuarán en las protestas, mientras que la Junta Militar continúe con la prohibición de salida del país a políticos y a empresarios, informaron fuentes oficiales.
Según la cadena de noticias qatarí Al Jazeera, a lo largo de hoy la plaza Tahrir de El Cairo -epicentro de las protestas- fue llenándose de gente, pese a la renuncia de Mubarak, ayer.
Organizadores de la marcha, citados por la emisora, señalaron que pese al júbilo que reina en las ciudades egipcias, los manifestantes continúan en reclamo de la suspensión del Estado de Emergencia, que durante 30 años ha concedido amplios poderes a las fuerzas de seguridad para reprimir a la disidencia. Además, exigen la liberación de los presos políticos.
A su vez, la Junta Militar a cargo de Egipto prohibió hoy la salida del país sin permiso a políticos del antiguo régimen y a directivos de algunas compañías, informaron fuentes aeroportuarias de ese país.
La prohibición tiene como objetivo «evitar que algunos altos cargos salgan del país para escapar a posibles juicios por irregularidades. Entre los afectados están algunos ex ministros y directivos de varias empresas”.
La decisión llega un día después de que el ex presidente Hosni Mubarak cediera a la presión popular y presentara su dimisión, tras 18 jornadas de protestas masivas.
Mubarak renunció ayer a su cargo luego de permanecer 30 años en el poder y tras 18 días de protestas cedió el mando a las Fuerzas Armadas.
Civiles y soldados retiraban hoy los controles en las calles alrededor de la plaza Tahrir, el centro de las manifestaciones de las últimas semanas, mientras miles de personas continúan en el lugar, la mayoría limpiando las calles y las áreas verdes.
Ayer, a las dos horas de la renuncia de Mubarak, el Ejército emitió un comunicado en el que agradecía a Mubarak los servicios prestados «tanto en la paz como en la guerra» y, sin dar precisiones, indicó que guiarán el camino hacia «elecciones libres» en el país del norte africano.
Durante los 18 días de protestas, al menos 300 personas murieron y miles fueron heridas en los enfrentamientos con la policía y los partidarios del ahora ex mandatario, indicó Naciones Unidas.
A lo largo de las casi tres semanas de revueltas, el ex presidente tuvo que realizar varias concesiones, como la de nombrar un vicepresidente (el primero en 30 años), echar a su hijo Gamal de la conducción política del Partido Nacional Democrático (PND) y renunciar a su sexta reelección.
El desempleo (9%) y la suba en los alimentos, sumado a un régimen que reprimía todo signo de oposición, fueron los factores que desencadenaron la revuelta.
El desplome de la Bolsa de El Cairo, la huida de turistas y la huelga de empleados públicos llevaron también a que la situación económica local exigiera un cese de las protestas.
El Ejército -institución a la que pertenecían Mubarak, al igual que su antecesor Anwar El Sadat y Suleiman- se negó a reprimir a los civiles que manifestaban.