Un joven de 19 años fue asesinado a balazos ayer por la madrugada en el barrio Tablada. Circulaba en moto con una mujer cuando dos hombres lo interceptaron y le dispararon al menos once tiros. Fuentes del caso señalaron a dos muchachos del barrio como los autores del hecho. En tanto, allegados a la víctima sostuvieron que los asesinos se equivocaron de persona. El crimen fue presenciado por el padre de la víctima sin saber que el ultimado era su hijo.
Voceros judiciales indicaron que la víctima fatal era Cristian “Charly” Machuca, de 19 años, y que el hecho ocurrió pasadas las dos de ayer en Necochea al 3900, a escasos metros del domicilio del joven. El muchacho viajaba en el asiento de acompañante de una moto Honda Tornado con una mujer de unos 40 años, propietaria del rodado, cuando fue atacado a balazos por al menos dos hombres que andaban a pie. Charly cayó del vehículo y murió en el acto. Enseguida, sus atacantes se subieron a la motocicleta y se dieron a la fuga.
La Policía informó que el cuerpo presentaba once heridas de arma de fuego, una en la cabeza y las demás en el cuello, la clavícula y el tórax, y que en el lugar se secuestraron vainas calibre nueve milímetros. En tanto, diferentes testigos indicaron que los autores del homicidio serían dos jóvenes del barrio conocidos como Peter y Chuky, y que la víctima y sus victimarios eran amigos.
De acuerdo con lo relatado por allegados a la víctima a El Ciudadano, la muerte del joven de 19 años fue un error ya que el objetivo de los asesinos era otro, un muchacho conocido como Maicol, quien había sido detenido en el atardecer del miércoles en la zona de Colón y Biedma y trasladado a la comisaría 15ª. Según esta versión, Charly y Maicol eran amigos del barrio y la víctima estuvo en el momento de la detención junto con otros vecinos.
Esa noche, Charly iba a acompañar a Rosa, madre de Maicol y también conocida como “la Pipi”, a llevarle ropa a la dependencia policial y salieron en moto de un pasillo lindero a la casa de Charly. Cuando ingresaron a Necochea, dos hombres a pie salieron de veredas opuestas y comenzaron a disparar. Charly cayó herido al piso, a escasos metros de su casa, y uno de ellos se acercó y le efectuó más detonaciones más. La Pipi resultó ilesa, aunque una bala le rozó una mejilla.
Charly vivía en la casa de Necochea al 3900 junto a su padre y sus cinco hermanos. Su papá, “el Porá”, es albañil y trabaja en obras en Tablada. En la madrugada de ayer, el hombre estaba en la puerta de su casa y presenció la secuencia en la que mataron a su hijo. Sin embargo, no se dio cuenta de que era él hasta que acudió a socorrerlo. La gorra que tenía puesta quedó marcada por una de las detonaciones, que ingresó por un costado de la cabeza.
Según familiares y vecinos de la zona, la víctima y sus victimarios se conocían de toda la vida ya que habían criado juntos entre el fútbol y los bailes organizados en el barrio. Por otro lado, contaron que ayer recibieron amenazas a través de Facebook por parte de uno de los sindicados asesinos. El mensaje solicitaba que lo dejaran ir a pedir perdón a la familia por haber matado a Charly y que, de lo contrario, les iba a tirotear la casa.
Una saga de muertes
La moto en la que circulaba Charly junto a Rosa ya estuvo involucrada en otro crimen de Tablada, señalaron fuentes judiciales. Se trata del homicidio de Jonathan “Tico” Ferreira, un joven de 24 años asesinado de diez balazos la noche del 4 de diciembre en cortada Gaetano Rezzara y Patricias Argentina (prolongación de Colón). El muchacho era la pareja de la Pipi y el día que fue ultimado andaba en la misma Honda Tornado. Fuentes de la investigación sostuvieron que la Pipi está vinculada con la venta de estupefacientes en la zona.
En ese momento, el crimen de Tico fue relacionado con otro ocurrido un día antes: el homicidio de Jorge “Chancho” Pérez, de 36 años, baleado en la puerta de su casa de Centeno al 200. Cuando ocurrió el hecho, en el barrio tres apodos resonaron como presuntos asesinos: Tico, Maicol y Chuky. Además, el homicidio de Pérez tuvo como consecuencia un tiroteo horas después, en el cual una embarazada de 14 años fue baleada.
Este sector de Tablada es donde el 20 de noviembre fue asesinada Norma Bustos, madre de un joven ultimado en 2013, Lucas Espina, mientras atendía su quiosco de Pavón al 4600. La mujer había denunciado a narcos de la zona.