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Ejercicio poético sobre el universo de la palabra

El actor, docente y director teatral Fabián Vena habla del unipersonal “Conferencia sobre la lluvia”, del escritor y periodista mexicano Juan Villoro, con el que este jueves se presenta en Rosario

Un conferencista, un hombre enjuto, no se sabe bien su edad. Tiene un par de libros con separadores que señalan algunas páginas; por momentos lee, en otros sólo pasa las páginas buscando algo. Su presencia es algo desconcertante, pero en unos pocos minutos, el público podrá entender de qué se trata. Algo de la idea que antecede escribe a modo de introducción el periodista y escritor mexicano Juan Villoro en la primera página de Conferencia sobre la lluvia, un texto bello y poético que brilla por estos días en algunos escenarios del mundo. Sucede que en agosto de 2013, la Biblioteca de México, invitó a Villoro a escribir una obra para inaugurar su Foro Polivalente Antonieta Rivas de Mercado. Fue así que el autor de El Testigo y El libro salvaje, entre un puñado de materiales que parecieran conjugar con ingenio géneros como la novela, el relato y particularmente el teatro, imaginó un monólogo en el que el protagonista es un bibliotecario y, como él mismo dice en el prólogo del texto, “su modo de expresión se basa en un género que practicó con temor y entusiasmo: la conferencia”.

Este bibliotecario, que intenta dar finalmente una conferencia y divaga ágilmente entre el humor y los fragmentos de los libros que marcaron su vida, tomó cuerpo en escena gracias a un descubrimiento que hizo el actor, docente y ahora también director teatral Fabián Vena, quien una vez que conoció el texto no pudo resistir la tentación de interpretarlo, acompañado en la dirección y en la puesta por José Luis Arias, ambos al frente de un gran equipo.

“No estaba en mis planes para nada hacer esta obra, pero me sorprendió el texto, que me lo acercó una amiga; el teatro también es eso: dejar sorprenderse. Y es un texto maravilloso, muy conmovedor, es un recorrido de palabras con una musicalidad propia, con un lenguaje propio, precisamente, para disfrutar del lenguaje”, adelantó Vena, actor de un vasto recorrido que este jueves se presenta en Rosario, y de quien se recuerdan, en teatro, trabajos como Las variaciones Goldberg o La resistible ascensión de Arturo UI, entre otros.

“El personaje es un bibliotecario que intenta dar una conferencia, pero en realidad, todo es un hermosa excusa para exponer y contar varias verdades que este hombre tiene para decir acerca de la vida y de sus historias, que son muy graciosas, y a la vez, muy románticas y conmovedoras; la conferencia viene de manera perfecta, de hecho, el mismo Villoro sostiene que el de la conferencia es un terreno muy teatral”, relató el actor, también abocado a la docencia, que en los últimos meses ofreció en Rosario un seminario intensivo para actores invitado por La Macbeth Colectivo de Artistas.

El encuentro con la obra

“El texto, como nos suele pasar a los actores, llegó a mí de manera casual el año pasado. Y ni bien lo leí, me desesperé: quería hacerlo, dirigirlo, llevarlo por el mundo. Es un texto que me tiene muy apasionado”, expresó Vena que en teatro venía de hacer Casa Valentina y que, con esta misma obra, se presenta todos los domingos en el porteño teatro Regina.

“Siempre le había huido un poco al unipersonal que, de igual modo, me llamaba mucho la atención. Creo que el mayor atractivo de estar solo en escena pasa por el desafío de congregar la atención del espectador que acepta esa convención: es una obra sin ningún efecto, son sólo las palabras, y es la confirmación de que si un actor se enamora de un texto, no importa nada más; desde un comienzo me imagino esta obra hecha por cuatro o cinco actores colegas a los que admiro y, en cada caso, siento que puede ser una cosa maravillosa y muy distinta una de otra porque lo que premia es la singularidad de cada uno”, destalló.

Y completó: “Todo lo que pasó, fue a partir del profundo enamoramiento que me generó la obra, y que desde un comienzo estaba latiendo el rol del actor y director; en este caso, la idea de estar solo me dio, también, mucha tranquilidad por no tener que hacerme cargo de muchas cosas que aparecen cuando hay varios actores en escena”.

El autor, el personaje

Juan Villoro (México, 1956), como suele pasar con la mayoría de los autores, imprime algo de su propio recorrido en las vivencias de este singular bibliotecario, un nexo entre los libros y los lectores, que por una serie de causalidades lleva al espectador a un destino donde premia lo poético. “Hay muchas cosas conviviendo en este personaje, incluso el mismo Villoro, que ha dado muchas conferencias en su vida, se ríe, desde cierto desprejuicio, de los autores; es todo muy gracioso siempre y cuando no seas autor (risas). Hay algo de la mirada del mundo, de la intelectualidad, de los libros y de la literatura, y también una toma de posición sobre la vida, las relaciones personales; todo eso, mezclado con la lluvia, que es fundamental, porque te conduce a algo muy particular; además desde cuándo la lluvia necesita de una conferencia… Sin embargo, el texto provoca en el espectador una fluidez de pensamientos e imágenes que es algo muy conmovedor”.

El actor

Casi como una declaración de principios, Vena dice: “Mi formación ha sido siempre teatral, mi recorrido en el teatro ha sido casi sin interrupciones y he llegado a hacer dos obras al mismo tiempo: no podría pensar esta profesión si no fuera a través del teatro; y desde hace algún tiempo, se renueva el espíritu de esta convicción a través de mi nuevo rol de docente, porque está claro que no se forman actores para la televisión, sino que se forman actores para el teatro que luego pueden hacer otras cosas”.

Finalmente, en relación con el lugar de la verdad actoral que es el teatro, Vena expresó: “Hay algo que le digo a los actores y que tiene que ver con que no intenten ocultar nada en el teatro, porque en el teatro siempre se ve todo; suelo festejarle a los alumnos, incluso, los momentos en los que están pensando, quietos, en silencio, porque ves a un actor vivo que más allá de que está actuando, está viviendo esa escena, atravesada con algunas reglas vinculadas con la técnica. El teatro es eso: vértigo y un lanzarse al vacío. Una terapeuta amiga, acerca de una escena de una obra en la que tenía que desnudarme, me dijo «no veo cuál es el problema, porque por más vestidos que estén, los actores siempre están desnudos»”.

Para agendar

Conferencia sobre la lluvia se presenta este jueves, a partir de las 21.30, en el Teatro de la Plataforma Lavardén, de Sarmiento y Mendoza, con entradas populares

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