Ocho de cada diez mujeres recibieron alguna vez imágenes de contenido sexual que consideraron fuera de lugar y el 70% fue presionada para enviar fotos íntimas, según la encuesta «Consentimiento y violencia en el mundo digital» presentada este jueves por la Fundación Avon.
Se entiende por «consentimiento» a los acuerdos mutuos alcanzados sin presiones de ningún tipo, que deben existir entre las partes involucradas en una relación sexual, afectiva o romántica sana.
«El silencio no es un ‘sí’, un emoji tampoco. Necesitamos promover la búsqueda del consentimiento frente a toda interacción, particularmente en las de índole sexual», dijo Ana Inés Álvarez, directora ejecutiva de Fundación Avon.
La encuesta encargada a la consultora Gentedemente contó con la participación de 1.631 mujeres de toda Argentina de entre 18 y 54 años que respondieron al formulario publicado en Facebook e Instagram.
Los resultados muestran que casi el total de las encuestadas está de acuerdo en que se puede decir que «no» incluso en el marco de una relación establecida (97%) y que el consentimiento otorgado en una ocasión no es permanente (96%); pero una de cada cuatro también considera que no es necesario reiterar el consentimiento de forma explícita en el marco de un vínculo de pareja.
En ese sentido, aunque nueve de cada diez estuvo de acuerdo en que el consentimiento tiene que ser claro, directo y explícito; el 42% admitió que podría quedar por sobreentendido a partir del contexto o ser implícito.
Al respecto, el informe señala que la idea de que el consentimiento puede ser implícito crece a medida que disminuye el nivel educativo; y seis de cada diez mujeres que no terminaron el secundario adhieren a esta manera de pensar.
«Estos datos encienden luces (de alarma) porque cuando quedan blancos en los ‘complete la frase’ y alguien contesta por nosotros, muchas veces completa con lo que no queremos», dijo.
La importancia del consentimiento
Cuando se aplica al mundo digital, la idea de consentimiento polariza: mientras que para 39% las reglas son las mismas que en lo presencial, el 48% sostiene que las reglas son diferentes y esa proporción aumenta entre las madres.
En lo que refiere al envío de cualquier contenido sexual, 76% declara asegurarse del consentimiento de quien lo va a recibir, aunque una proporción similar dijo haber recibido contenido similar sin haber prestado su consentimiento.
Ocho de cada diez encuestadas estuvieron de acuerdo con la idea de que publicar una foto sexy o mostrando el cuerpo no habilita a comentarios o mensajes sexuales sobre la misma, pero a medida que aumenta la edad y entre madres con hijos mayores es más frecuente la idea de que ciertas publicaciones otorgarían un consentimiento de manera implícita.
Prácticamente, todas las mujeres encuestadas testimoniaron haber padecido alguna de las situaciones medidas, con niveles de prevalencia altos: seguidores que reaccionen sistemáticamente con likes y comentarios a muchas fotos o posteos a pesar de la falta de respuesta (84%); recepción de mensajes, memes o emojis con contenido sexual o doble sentido considerados fuera de lugar (80%); imágenes con contenido sexual desubicados (79%); envío de nudes no pedidas o no habilitadas (75%); comentarios subidos de tono sobre una foto publicada (68%), insistencia o presión para enviar una foto íntima incluso después de haber dicho que no (71%).
El estudio también da cuenta de la alta incidencia de conductas de control tales como que sus parejas revisen sus cuentas de email o redes sociales sin permiso (51 %), que exijan las claves de ingreso (21%), que compartan imágenes íntimas de la encuestada sin permiso (13%) o que la amenacen con hacerlo para forzarla a algo (10%).
Además, una de cada dos mujeres sufrió o conoce alguna víctima de sextorsión o difusión de imágenes íntimas sin permiso.
El grado de incomodidad que genera todo este tipo de prácticas es muy alto, rondado el 80 por ciento de rechazo para la mayoría de los casos.
Sin embargo, la hiperreacción esta naturalizada: 37% de quienes tuvieron un seguidor que likeaba o comentaba reiteradamente sus posteos y fotos a pesar de la falta de feedback, dijo incomodarse.
«Notamos altos grados de violencia digital que están naturalizados y pareciera que si pasa en formato virtual no es tan grave. Sin embargo, toda interacción debe considerar el deseo de la persona que lo recibe», dijo Álvarez
«La era digital trajo un nuevo lenguaje -memes, stickers, emojis, likes- que es altamente polisémico. Un ‘fueguito’ no puede constituirse como la vara del consentimiento. Tenemos que generar acuerdos claros que impulsen el disfrute y no la violencia», continuó.
Por otro lado, casi 6 de cada 10 mujeres opinaron que la pandemia intensificó estas situaciones.
La Responsable de la Promesa Avon para Erradicar la Violencia hacia Mujeres y Niñas Lucila Decoud aseguró que «la única forma de consulta es la pregunta, que no mata la seducción ni mucho menos: preguntemos así avanzamos de manera sana y respetuosa» en los vínculos.
«La violencia también se da en el ámbito virtual y si la nombramos, existe y si existe, la podemos abordar y trabajar esta temática», concluyó.